La denuncia de la autoproclamada central empresaria Fedecámaras ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 2003 y la visita de una delegación de esta organización al país, da pie para que la oposición venezolana de continuidad a las acciones de guerra sucia contra el gobierno bolivariano, que iniciaron 15 años atrás, en 1999, ante […]
La denuncia de la autoproclamada central empresaria Fedecámaras ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 2003 y la visita de una delegación de esta organización al país, da pie para que la oposición venezolana de continuidad a las acciones de guerra sucia contra el gobierno bolivariano, que iniciaron 15 años atrás, en 1999, ante esta organización.
Por más que se trate de una visita rutinaria y acordada con el gobierno (la quinta en los últimos años), la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) y la oposición al proceso bolivariano pretenden dar una connotación política a la visita para incentivar sus acciones de descrédito hacia el gobierno. No es raro: es una práctica habitual de la derecha, esa de utilizar a los organismos internacionales a su antojo para deslegitimar a los gobiernos progresistas. Y a este coro se suman los medios de comunicación y desestabilización.
El diario opositor Tal Cual señala que «La mesa está servida para la oposición, si sabe manejar sus cartas: son pocas las elecciones sindicales ganadas por el régimen, múltiples los dirigentes que le han retirado su apoyo, miles son las protestas callejeras. Un movimiento laboral unido daría significación y fuerza a esas expresiones aisladas de crisis social, como ya fueron en el pasado. Es hora de que nuestros líderes, la MUD, la oposición asumamos también el tema sindical como otra prioridad en 2014».
Más recatado, el secretario general de la socialdemócrata Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), Manuel Cova -con activa participación en el golpe de Estado y el sabotaje petrolero-, expresó que sus expectativas sobre esta visita de la OIT, «son modestas», aunque «sería una excelente ocasión para que el gobierno acepte la facilitación o la asistencia técnica de la OIT, a fin de que podamos instalar una mesa de diálogo social permanente».
Y es paradojal este nuevo protagonismo que intenta tener la golpista Fedecámaras, que una vez más está violando evidentemente el convenio 87, lo que fue analizado con anterioridad el 12 de junio de 2010 por la comisión de Normas (registrada en la resolución c.app/pv.12), cuando se determinó que Fedecámaras no es la organización empresarial más representativa del país.
Pero lo que no se puede olvidar ni soslayar es que Fedecámaras y la dirección de la CTV, participaron abierta y directamente en el golpe de estado del 2002 contra el gobierno constitucional del presidente Hugo Chávez, y que ambas organizaciones establecieron un gobierno de facto conducido por (pocas horas por) Pedro Carmona, Presidente de la autoproclamada central empresarial en ese momento, con apoyo de Estados Unidos y de España.
Fueron, además funcionarios de la administración del entonces presidente español José María Aznar (quien se apresuró a reconocer rápidamente el gobierno de facto de Pedro «el breve» Carmona, deslegitimando al gobierno constitucional de Venezuela) quienes realizaron cabildeos en diferentes organismos internacionales -entre ellos la OIT- para lograr el reconocimiento del gobierno de facto.
Como si todo esto fuera poco, la prensa cartelizada ha reproducido con bombos y platillos las «opiniones» de Froilán Barrios, presidente del Movimiento Laborista, bien de derecha, que hace recordar la labor de Alejandro Peña Esclusa, un agente de la CIA fundador del Partido Laboral Venezolano -filial del movimiento del estadounidense Lyndon La Rouche-, quien fuera finalmente arrestado en 2010 por cargos relacionados con el terrorismo, después de que el salvadoreño Francisco Chávez Abarca fue detenido en Venezuela.
La presencia en el país de la misión de la OIT supone la disposición del Gobierno a resolver los pendientes y la atención a denuncias, como detenciones a dirigentes y sicariato, y el último mandato de Registro de Organizaciones Sindicales.
La visita se da a propósito de la petición del sector patronal data de 2003 (queja 2.254) por marginación y exclusión de los gremios empresariales en el proceso de toma de decisiones, favorecer a otras organizaciones de empleadores, y por la detención del golpista Carlos Fernández, expresidente de la entidad, el 19 de febrero de 2003 «sin preservar las garantías del debido proceso».
La queja incluye la aplicación de un sistema de control de cambios decidido unilateralmente por las autoridades, discriminando a empresas integradas en Fedecámaras en las autorizaciones para la compra de divisas extranjeras.
Oswaldo Vera, miembro del Consejo Superior del Trabajo y consultor de la Central Socialista de Trabajadores, señaló que el único objetico de la misimón es verificar el caso de un supuesto atentado donde estuvo involucrada la ex presidenta de Fedecámaras, Albis Muñoz, y que no tiene nada que ver con reclamos laborales que afecten a trabajadores ni a sindicatos.
«La OIT no viene por asuntos sindicales, vienen a verificar lo que ya se les había dado a conocer, que el caso de los directivos de Fedecámaras, ocurrido en octubre de 2010, fue resuelto y se determinó que se trató de un robo y no de un atentado», añadió.
Por ello las reuniones pautadas con representantes de los ministerios del Trabajo, Industrias, Agricultura y Tierras y Justicia, la Fiscalía, el Tribunal Supremo de Justicia y autoridades policiales, y las visitas a fincas improductivas o sin título de propiedad, recuperadas por el Estado.
Los sindicatos opositores – CTV, Codesa, Unete, Fades, Secura, Mosbase – adelantaron que entregarán un informe unitario, durante las dos horas previstas para reuniones con organizaciones sindicales, entre ellas las bolivarianas CSBT y CUTV. «La oposición va a usar esto como un tema político, lo que decimos es que vienen por un reclamo patronal y no vemos la necesidad de que la clase trabajadora se involucre»; señaló Vera.
La coordinadora nacional de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete), Marcela Máspero, subrayó que la idea no es que el organismo internacional venga a solventar los problemas internos, sino que se hagan las recomendaciones en cuanto a las violaciones de los convenios y el llamado al diálogo social, para lo cual es necesario que cese la judicialización de la protesta y la criminalización de la lucha sindical.
El vicepresidente de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores (CBST) , Marcos Tulio Díaz, informó que le presentarán a la OIT los informes sobre la libertad sindical que hay en el país, el avance de la discusión de las contrataciones colectivas y la vigencia y respeto de los derechos laborales.
Obviamente, durante la visita de la misión de la OIT, dirigentes de Fedecámaras y sindicalistas golpistas, se disfrazarán de demócratas, escondiendo sus posiciones políticas, con la justificación de supuestas violaciones de los derechos empresariales y laborales en Venezuela. Su mayor problema es la credibilidad, aunque son expertos en travestismo.