En varios países los electores se sienten representados por políticos de ideas y propuestas emocionales violentas.
En Italia, Suecia, Polonia, Hungría, Eslovenia, Austria, Finlandia, Países Bajos, los votos han favorecido a ultranacionalistas, xenófobos, homófobos, extremistas de valores religiosos.
En América Latina una encuesta mostró que el año 2010 el 63% apoyaba la política de forma democrática y que el 2023 solo lo hizo el 48%.
Para analizar las acciones posibles de esos políticos hay que observar quién tiene el poder fundamental en el modelo capitalista. A la cúpula de los grandes propietarios.
El poder de los políticos es secundario.
Lo que puedan realizar los políticos de ultraderecha va a depender de los objetivos de sus oligarcas.
Y los neofascistas y neonazis son agentes de los empresarios.
En Argentina Milei primero candidato y después presidente:
«No hago transacciones con comunistas», «no haría negocios con China».
“En las últimas horas, el presidente argentino le envió una carta a su par Xi Jimping no solo para sanar la diplomacia que estuvo a punto de romperse sino, sobre todo, para pedirle plata”. Página 12
La realidad para el nuevo presidente es que el comercio con China lo deciden los empresarios según su conveniencia.
La pregunta para los países de políticos de ultraderecha en alza ciudadana es si los adoptarán los magnates.
Para aplicar la violencia interna o internacional desde el estado también les sirven los políticos llamados democráticos occidentales.
El plan de los mega empresarios para dominar o destruir Rusia y China lo están ejecutando democráticamente los políticos republicanos, socialdemócratas, verdes, laboristas, de la OTAN.
Los políticos de centro o reformistas también dependen, y lo asumen, de los grandes negociantes.
El peligro para la humanidad está en la decisión que tomen los integrantes de la cúpula occidental.
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