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Los posibles escenarios que se abren con la prisión efectiva de Bolsonaro

Jair Bolsonaro
Fuentes: Rebelión / Socialismo y Democracia [Imagen: Jair Bolsonaro, expresidente brasileño, en un mitin en febrero de 2024. Créditos: Victor Moriyama, para The New York Times]

En este artículo el autor sostiene que «la prisión de Bolsonaro representa el triunfo de la democracia y las instituciones jurídicas del país».


Bolsonaro está en prisión domiciliar, destacan los titulares de los principales diarios del país ¿Y ahora qué puede pasar si Bolsonaro es efectivamente encarcelado? Según los pasos que ha seguido el proceso judicial en su contra, falta poco para que el expresidente sea condenado a la cárcel por los delitos que él, junto a otros 33 cómplices -militares y civiles- cometieron a partir de su derrota electoral en octubre de 2022.

Solo para recordar, las acusaciones que pesan sobre este grupo de sediciosos articulados en torno a una trama golpista fracasada incluye los siguientes cinco crímenes: conspiración para dar un Golpe de Estado; abolición del Estado democrático de Derecho; asociación criminal armada; daño calificado al patrimonio público y deterioro del patrimonio histórico nacional. Si es considerado culpable por todos estos delitos, Bolsonaro puede llegar a ser condenado a más de 40 años de cárcel y aumentar su inelegibilidad, que actualmente llega hasta el año 2030.

Lo anterior no incluye otros crímenes por los cuales el excapitán también está siendo investigado, como su conducta negligente durante la pandemia del Covid19 que causó la muerte de más de 700 mil ciudadanos, la falsificación del certificado de vacuna cuando viajó a Estados Unidos o la intención de vender las joyas y relojes de oro que había recibido del gobierno de Arabia Saudita. A ello, se puede sumar recientemente, la conspiración efectuada por el expresidente y su hijo Eduardo junto al gobierno de Trump, para que este aplique sanciones tarifarias a Brasil y penalice a miembros del Supremo Tribunal Federal, en especial al magistrado Alexandre de Moraes.

En rigor, no existe ninguna ilegalidad cometida por el magistrado Moraes por las cuales pueda ser acusado por la Justicia estadounidense y el gobierno de Trump. Al contrario, el proceso conducido por este magistrado ha seguido estrictamente todos los pasos procesuales que considera la legislación brasileña, con la posibilidad de legítima defensa de los reos y el derecho al contradictorio consagrado en la Constitución.

Entonces, pensando en una situación -cada más plausible- de que se haga efectiva la prisión de Bolsonaro, cabe preguntarse sobre sus desdoblamientos en posibles futuros escenarios, tanto en términos institucionales como en lo que respecta al ámbito de lo que pueda ocurrir con la extrema derecha y el bolsonarismo.

Una primera cuestión es que la prisión del expresidente y sus comparsas por los delitos de que son acusados, representa un triunfo del Poder Judicial y del cumplimiento del principio de que “nadie está por encima de la ley”. Ello debería fortalecer la confianza de la población en el papel del Supremo Tribunal Federal (STF) y en la pluralidad de organismos de la institucionalidad democrática atacados sistemáticamente por el bolsonarismo.

Indudablemente, Bolsonaro y sus huestes van a reaccionar violentamente a una decisión de este tenor, acusando a la justicia de ser víctimas de una persecución política y llamando a sus seguidores a tomar las calles –como el pasado 8 de enero de 2023- para exigir una amnistía de los condenados, pero en este caso, sin muchas posibilidades de revertir la condena. La mayor parte de la población brasileña ya se manifestó a favor del encarcelamiento de Bolsonaro y sus secuaces por el conjunto de los delitos por los cuales están siendo juzgados.

Pero una radicalización del llamado “bolsonarismo raíz”, se va a enfrentar con la propia división de la derecha y la extrema derecha con vistas a las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias del año que viene. En este espacio político se constata una división entre las varias figuras que se vislumbran como posibles candidatos a presidentes, entre ellos, Tarcísio de Freitas, Romeu Zema, Ronaldo Caiado y Ratinho Junior, que son los actuales gobernadores de Sao Paulo, Minas Gerais, Goiás y Paraná, respectivamente. También aparecen como posibles presidenciables la esposa del expresidente (Michelle) y los hijos Flavio y Eduardo Bolsonaro.

En ese sentido, existen distintas estrategias que deberán ir asumiendo estos posibles candidatos, algunos acentuando su extremismo con una adhesión sellada a Bolsonaro y a las medidas coercitivas tomadas por el gobierno Trump, junto con un enfrentamiento directo al Supremo Tribunal Federal como una manera de movilizar a los votantes incondicionales del excapitán. Otros deben asumir una postura más distante del bolsonarismo, tratando de ganar el apoyo de electores de derecha más moderados que perciben que una solución a los dilemas del país no pasa por una mayor radicalización de la derecha, sino que en la conformación de un bloque conservador que se mueva dentro de las reglas del juego democrático. Otros pueden mantenerse en una posición más “neutra” esperando los resultados de los acontecimientos y las encuestas de opinión.

Por otra parte, sin la presencia aglutinadora de Bolsonaro como sucedió en las dos elecciones pasadas (2018 y 2022), la tendencia es que se producirá una reconfiguración y probable fragmentación del campo de la derecha, con corrientes que recuperen su discurso tradicional liberal, otras que apuesten en una mirada tecnocrática y conservadora o, finalmente, otras ideológicamente más radicalizadas, como las huestes ultraderechistas y neofascistas que siguen reivindicando el Golpe de Estado y la ruptura democrática. La inclinación por una u otra alternativa va a depender ciertamente de la postura que asuma la mayoría de los electores con relación al encarcelamiento e Bolsonaro y de quienes lo acompañaron en la tentativa de dar un golpe.

Ello también puede implicar un repunte del presidente Lula da Silva que sigue siendo la carta más fuerte de la actual situación y el candidato mejor evaluado entre todas las posibles figuras que se destacan para darle continuidad a su gobierno (Fernando Haddad, Geraldo Alckmin o Simone Tebet). Resumiendo, la prisión de Bolsonaro representa el triunfo de la democracia y las instituciones jurídicas del país, como también puede significar la pulverización de la extrema derecha y la oportunidad para el surgimiento de un nuevo pacto democrático entre el conjunto de fuerzas políticas cansadas del clima de odio, violencia extremista y radicalización impuesto por el bolsonarismo en los últimos años.

Fernando de la Cuadra es doctor en Ciencias Sociales, editor del blog Socialismo y Democracia, autor del libro De Dilma a Bolsonaro: itinerario de la tragedia sociopolítica brasileña (editorial RIL, 2021) y coeditor del libro EP Thompson en Chile: solidaridad, historia y poesía de un intelectual militante (Ariadna Ediciones, 2024).

Fuente: https://fmdelacuadra.blogspot.com/2025/08/los-posibles-escenarios-que-se-abren.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.