En 2019 el Banco Mundial (BM) y el FMI cumplirán 75 años. Estas instituciones financieras internacionales (IFI), creadas en 1944, están dominadas por Estados Unidos y algunas grandes potencias aliadas, y actúan en contra de los intereses de los pueblos. El BM y el FMI otorgaron, sistemáticamente, préstamos a los Estados con el fin de […]
En 2019 el Banco Mundial (BM) y el FMI cumplirán 75 años. Estas instituciones financieras internacionales (IFI), creadas en 1944, están dominadas por Estados Unidos y algunas grandes potencias aliadas, y actúan en contra de los intereses de los pueblos.
El BM y el FMI otorgaron, sistemáticamente, préstamos a los Estados con el fin de influir sobre sus políticas. El endeudamiento externo fue y es todavía utilizado como un instrumento para someter a los deudores. Desde su creación, el FMI y el BM han violado los pactos internacionales sobre derechos humanos y no dudaron, ni dudan, en sostener a dictaduras.
Una nueva forma de descolonización se impone para salir del impasse en el que las IFI y sus principales accionistas acorralaron al mundo. Se deben construir nuevas instituciones internacionales.
Estamos publicando una serie de artículos de Éric Toussaint, quien reseña la evolución del Banco Mundial y del FMI desde su creación. Estos artículos son sacados del libro Banco mundial: El Golpe de Estado Permanente., que podéis consultar gratis en Banco mundial: El Golpe de Estado permanente.
El mandato de Barber Conable (1986-1991)
El congresista republicano Barber Conable sucedió al banquero Alden W. Clausen con un mandato que comenzó en julio de 1986 y terminó en agosto de 1991. James Baker, secretario de Estado del Tesoro, y Ronald Reagan lo eligieron por su conocimiento profundo de todos los arcanos del Congreso estadounidense. En efecto, el Ejecutivo tenía problemas con su mayoría parlamentaria ya que numerosos congresistas republicanos cuestionaban la importancia del Banco Mundial en la política exterior de Estados Unidos (ver capítulo 5). Conable tenía veinte años de experiencia parlamentaria y había presidido la comisión financiera del Congreso. James Baker y Ronald Reagan deseaban que convenciera a los republicanos recalcitrantes de dejar que la Casa Blanca pilotara el Banco Mundial. La cuestión era complicada y rápidamente Conable se encontró en una situación que era muy difícil mantener. La Casa Blanca hacía concesiones a los recalcitrantes, limitaba los medios y le exigía que redujera el tren de vida del Banco, mientras él deseaba desarrollar la actividad del mismo. Aceptó su misión y puso en contra de él una parte del staff de la dirección del Banco y a todo su personal. La reorganización interna del Banco se transformó en 1987 en un verdadero «baile de la silla». Varios altos dirigentes de la gestión del Banco presentaron su dimisión. [1]