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Los problemas legales de Michael Moore

Fuentes: Newsweek

Traducido por Vivian Cubillas, del Equipo de Traducción de Rebelión y Cubadebate

  • En su nueva película «Sicko», el director Michael Moore lleva a un grupo de estadounidenses a Cuba para su atención médica. El Tío Sam no está contento.

Los problemas persiguen a Michael Moore como una sombra, ¿o será al revés? El realizador izquierdista, cuyos filmes «Roger & Me», «Bowling for Columbine» y «Fahrenheit 9/11» incomodaron al círculo del poder, está inquietando a algunos esta vez con «Sicko», su ataque irónico al sistema de salud de Estados Unidos. Moore ha estado jugando a la ofensiva y la defensiva en el período previo a la exhibición parcial del filme este viernes en Nueva York y Los Ángeles, ha promovido la película en las tertulias, ha analizado los problemas de la atención médica y ha negado las acusaciones de que este documental violó las normas de objetividad y conducta profesional.

 

La sección final del filme es la que pone en aprietos a Moore: conduce a cerca de ocho bomberos que se enfermaron a raíz de los ataques del 11 de Septiembre por un peregrinaje alrededor de La Habana Vieja, donde compran medicamentos baratos por receta y reciben atención médica gratuita, cortesía del sistema de salud socializado de Cuba. El mensaje poco sutil de Moore es ¿por qué estas personas no pueden recibir este tipo de tratamiento en nuestro país? El problema es que su audacia pudiera violar las restricciones impuestas hace 45 años contra el gasto de dinero de estadounidenses en Cuba sin licencia emitida por el gobierno. El Departamento del Tesoro, que supervisa el proceso de licencias, evidentemente concuerda con esto y abrió una investigación sobre Moore y compañía por posible viaje sin licencia. Cualquier sanción implica multas de hasta 65 mil dólares por persona y, lo que representaría un valor infinitamente mayor, la confiscación de la película rodada en Cuba antes de la exhibición general del documental programada para el 29 de junio.

 

La pregunta del millón sería: ¿bajo qué auspicios Moore llevó a esas personas a Cuba? Moore, el productor Harvey Weinstein y el abogado David Boies aducen que el grupo viajó con «fines periodísticos» legales, presumiblemente con licencia otorgada a los miembros de la prensa que pueden presentar pruebas al Tesoro de que son contratados periódicamente por una organización noticiosa. (El vocero de Moore, Chris Lehane, insiste en que el grupo de Moore viajó legalmente, pero no dijo si obtuvieron alguna licencia del Tesoro). Pero los sujetos de «Sicko» no son «contratados periódicamente» como periodistas.

 

NEWSWEEK conoció que la compañía productora de Moore, Dog Eat Dog productions, gestionó las entrevistas (en esencia, denominándolos como periodistas) y luego los envió de Miami a Cuba en un vuelo charter reservado para pasajeros con licencia. ¿Es suficiente con eso? «A Moore no se le permite viajar con acompañantes si no tienen la licencia del Tesoro para viajar a Cuba como periodistas», afirmó David Cibrian, abogado de comercio internacional de Strasburger & Price. «Los periodistas no llevan a personas de otras partes para entrevistarlas en Cuba. La gente va a Cuba para entrevistar a los cubanos».

 

Un último misterio radica en qué documentación presentó el grupo de Moore al personal de la Aduana y Protección de Fronteras de los Estados Unidos a fin de abordar legalmente un avión desde Miami. El Tesoro aduce en una carta enviada a Moore en mayo que «no tiene registro» de emisión de los documentos necesarios para el viaje de Moore. Sin embargo, Angel Marques, funcionario de asuntos públicos de la Oficina de Aduana y Protección de Fronteras de Miami, dice que nadie sube a un avión desde Miami hacia Cuba sin mostrar una licencia del Tesoro. «No sé qué servicio de charter utilizó Moore, pero seguramente le pidieron los documentos antes de abordar», afirmó Marques.

 

Sin embargo, posiblemente Moore no sea el único que está en aprietos. El Departamento del Tesoro no haría comentarios sobre una investigación en curso, pero al menos uno de los diarios de Nueva York reportó que el gobierno está investigando a cada una de las personas del grupo de Moore para ver si violaron las normas de solicitud de licencia para viajar a Cuba. Los mismos entrevistadores conocen las tácticas de Moore, pero no pensaron que hubiera nada ilegal en el proceso. «Creo que Michael solicitó su licencia (una licencia especial para personal no periodístico como técnicos contratados por una organización noticiosa) hace algún tiempo y ellos (el Departamento del Tesoro) no le dijeron que no, pero no le dieron una respuesta», señaló Billy Mahr de 54 años, que al padecer de bruxismo (rechinado nervioso de los dientes) a partir de su participación como bombero voluntario en el ataque del 11 de septiembre, entró en conflicto con el sistema de atención médica. «Pensamos, bueno, no nos dicen que no vayamos, por lo tanto, podemos ir».

 

Dicho esto, Mahr afirmó que no le importa qué tipo de acción pudiera tomar el gobierno contra él. «Que vengan», dijo. «Desearía que no se molestaran en investigar y que vinieran a apresarme», increpa Reggie Cervantes, otro de los que viajó a Cuba. «Al menos tendría tres comidas al día y atención médica gratuita».