Las estimaciones tienden a limitarse a un porcentaje del PIB y no profundizan cómo se distribuyen, a nivel de grupos económicos y sociales, los beneficios, en cuanto al aumento de la riqueza y el número de multimillonarios, y los costos, como el aumento del hambre, la pobreza y la desigualdad.
El último informe del Banco Mundial sobre las Perspectivas Económicas Mundiales (GEP por sus siglas en inglés) caracteriza la crisis económica mundial como una fuerte desaceleración del producto mundial “debido a la elevada inflación, el aumento de las tasas de interés, la reducción de las inversiones y las perturbaciones causadas por la invasión de Rusia a Ucrania”. Así, la confrontación geoeconómica es calificada como “perturbación”.
El Foro Económico Mundial, que se realizó en Davos, en su Informe de Riesgos Globales pone a la confrontación geoeconómica en tercer lugar entre los problemas de corto plazo, después de la inflación y de los desastres naturales, mientras que en el noveno lugar de los riesgos de largo plazo.
Así llama la atención el documento la Fragmentación Geoeconómica y el futuro del Multilateralismo, que es una nota de los debates del personal técnico del FMI (Staff Discusión Notes), que señala que después de varias décadas de creciente integración económica mundial de bienes, servicios y flujos financieros, el mundo se enfrenta al riesgo de una fragmentación geoeconómica. Identifica múltiples canales a través de los cuales se transmitieron antes los beneficios de la globalización y que ahora, a la inversa, se trasmiten los costos de la fragmentación y afecten el comercio, la migración, las corrientes de capital, la difusión de tecnología y el suministro de bienes públicos mundiales.
Según los supuestos que se asuman, el costo del producto mundial derivado de la fragmentación del comercio estima que podría oscilar entre el 0,2% (en un escenario de fragmentación limitada/ajuste de bajo costo) y hasta el 7% del PIB (en un escenario de fragmentación severa/ajuste de alto costo).
Ahora, si se suman los costos del “desacoplamiento tecnológico”, la pérdida de producción podría alcanzar entre el 8% y el 12% en algunos países. Estos costos, se ampliarían si le sumamos los efectos acumulados desde 2019, por la crisis del COVID, la guerra, el aumento de las tasas de interés y la reducción de las inversiones, que según el Banco Mundial estarían alrededor del 20% del producto mundial entre 2020-2024.
El problema es que las estimaciones tienden a limitarse a un porcentaje del PIB y no profundizan cómo se distribuyen, a nivel de grupos económicos y sociales, los beneficios, en cuanto al aumento de la riqueza y el número de multimillonarios, y los costos, como el aumento del hambre, la pobreza y la desigualdad.
El Banco Mundial calcula que ya “La pandemia ha causado retrocesos sin precedentes en la reducción de la pobreza que se ven exacerbados por el aumento de la inflación y los efectos de la guerra en Ucrania. Estimamos que estas crisis combinadas conducirán a entre 75 y 95 millones de personas adicionales que viven en la pobreza extrema en 2022, en comparación con las proyecciones anteriores a la pandemia”. Esta es la primera vez, desde la crisis financiera asiática de 1997-1998, que la tasa de pobreza mundial está aumentando.
Sin embargo, el problema es mucho más grave como señala OXFAM en La ley del más rico al revelar lo siguiente:
· El 1 % más rico ha acaparado casi dos terceras partes de la nueva riqueza generada desde 2020 a nivel global (42 billones de dólares), casi el doble que el 99% restante de la humanidad. Durante la última década, el 1 % más rico ha capturado alrededor del 50 % de la nueva riqueza.
· La fortuna de los milmillonarios está creciendo a un ritmo de 2700 millones de dólares al día, al mismo tiempo que al menos 1700 millones de trabajadoras y trabajadores viven en países en los que la inflación crece por encima de sus salarios y más de 820 millones de personas en todo el mundo pasan hambre.
· Con la aplicación de un impuesto a la riqueza de hasta el 5 % a los multimillonarios y milmillonarios podrían recaudarse 1,7 billones de dólares anualmente, lo que permitiría que 2000 millones de personas salieran de la pobreza.
La cuestión de fondo es que los organismos internacionales tratan los costos centrados en el PIB separados del examen de cómo se distribuyen los beneficios y costos. En cambio, OXFAM se atreve a decir de frente que los ricos siempre ganan en tiempos de paz como de guerra y en tiempos de auge y de crisis.
*Expresidente del Banco Central de Bolivia, Ministro de Planificación del Desarrollo y Director de la Unidad de Análisis de Políticas Económicas y Sociales (UDAPE). Es economista y Master en Administración de Empresas. Funcionario Internacional de la Comunidad Andina. Consultor de organismos internacionales como PNUD, OIT, FONPLATA
Fuente: https://estrategia.la/2023/01/26/los-ricos-y-la-fragmentacion-geoeconomica/