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Los tres conceptos de educación en Marx

Fuentes: Rebelión

Es cierto que tanto Marx como Engels no hicieron de los fenómenos educativos uno de sus principales objetos de estudio, sin embargo, también es correcto lo señalado por el pedagogo polaco, Bogdan Suchodolski quien afirma que los problemas pedagógicos atraviesan las reflexiones de los fundadores del materialismo histórico en la medida que se relacionan con temas como la alienación, la ideología como falsa conciencia, el desarrollo teórico del proletariado, la situación de la clase obrera o incluso la reivindicación sobre la instrucción que deben recibir los hijos e hijas de trabajadores. Es por ello que en la obra de Marx podemos encontrar por lo menos tres acepciones sobre el concepto de educación.

La educación formal o escolar

En El Capital, cuando Marx analiza el trabajo femenino e infantil como parte de las fuerzas de trabajo subsidiarias al capital, particularmente lo referente a las cláusulas sanitarias y educacionales,i denuncia la degradación moral a la que son sometidos los niños empleados por los fabricantes y cómo es la “devastación intelectual, producida artificialmente al transformar a personas que no han alcanzado la madurez en simples máquinas de producción de plusvalor.”ii Marx cita los reportes de los supervisores de las fábricas, para señalar que derivado de la miseria intelectual que padecía la infancia, el parlamento inglés se vio obligado a aprobar las cláusulas educacionales que en apariencia velaban por la educación de los niños obreros, aunque estas no contenían disposiciones “que aseguraran el cumplimiento del objetivo pretextado”iii

La denuncia de la degradación moral e intelectual de las infancias permitiría a Marx reflexionar en torno a cuál debería de ser el modelo escolar. Apuntaba que, si bien en su conjunto “las cláusulas educacionales de la ley fabril son mezquinas, proclaman la enseñanza elemental como condición obligatoria del trabajo”iv y que el éxito de esto residía en que demostraba “la posibilidad de combinar la instrucción y gimnasia con el trabajo manual, y por tanto la de combinar el trabajo manual con la instrucción y la gimnasia”. Para Marx, el régimen combinado de enseñanza permitiría el desarrollo de una humanidad omnifacéticav.

El Capital no es el primer texto en que Marx o Engels exponen la tesis de una educación de régimen combinado. En el Manifiesto Comunista (1848) y en los Principios del Comunismo (1847), proponen que la educación de la futura sociedad comunista estaría basada en un régimen compuesto por trabajo intelectual y trabajo manual. Además de que este derecho debe de estar garantizado por las instituciones educativas bajo la responsabilidad del Estadovi.

Por su parte, en la Crítica al Programa de Gothavii (1875), en el apartado donde se analiza las reivindicaciones del Partido Obrero Alemán respecto a la exigencia de educación del pueblo, la enseñanza obligatoria y gratuita, Marx cuestionala ingenuidad de los socialistas alemanes que piensan que las clases dominantes se conformarán con la modesta educación que se imparte en la escuela pública para obreros y campesinos, o que difícilmente aceptarían que “la educación pueda ser igual para todas las clases”.viii Además, Marx cuestiona el carácter elitista de los centros de instrucción superior, ya que en este nivel a las clases altas “se les pagan los gastos de su educación de la bolsa general de impuestos.”ix Marx reivindica la exigencia de la creación de “escuelas técnicas (teóricas y prácticas) combinadas con las escuelas públicas”. También comparte la exigencia de que la educación pública fuera laica, y por ello rechazaba que se nombrará al Estado alemán como “educador del pueblo”, ya que este se encontraba ligado indisolublemente a los dogmas religiosos y, por tanto, pugnaba porque los socialistas alemanes lucharan por “substraer la escuela de toda influencia del gobierno y de la Iglesia”

Como se observa, en la Crítica al Programa de Gotha, Marx comparte la exigencia de educación pública, gratuita, laica, que combine estudio y trabajo, garantizada por el Estado. Sin embargo, era reticente a la tesis del “Estado educador”, debido a que reconoce el carácter burgués del Estado y cuestiona que la educación que este imparta sirva para liberar a la clase obrera de la dictadura del capital.

Marx y la gran educación

Por otro lado, Marx considera a los procesos educativos más allá de su aspecto formal o escolarizado. Comprende que la educación es una fuerza social histórica que se impone sobre las clases. Apunta que “en el transcurso de la producción capitalista, se va formando una clase obrera que, a fuerza de educación, de tradición, de costumbre, se somete a las exigencias de este régimen de producción como a las más lógicas leyes naturales.” La connotación que da Marx a la frase “a fuerza de educación”, no refiere a una acepción relacionada con la escolarización, sino con las condiciones materiales de existencia que, al ser el medio donde el obrero actúa práctica y objetivamentex, se subjetivan y configuran la moral, psique o formas de conciencia de una clase obrera diciplinada.

Esta gran educación, para distinguirla de la educación escolar, se presenta aparentemente de forma espontánea, pero en realidad es resultado de que la burguesía ha creado un mundo “a su imagen y semejanza.” Este mundo burgués se representa en la conciencia de la clase como un mundo fetichizado y pseudoconcreto, fenómenos propios de la dictadura del capital que penetran la conciencia de los proletariosxi al ser subjetivados mediante una praxis histórico concreta, la de ser productor de plusvalor. Estos fenómenos son:

  1. La propiedad privada de los medios de producción que obliga al productor a enfrentarse al producto de su trabajo como algo ajeno.
  2. La concentración y acumulación de capital que masifican la miseria material y espiritual.
  3. El régimen de trabajo asalariado basado en la competencia de los obreros entre sí, obliga a concebirse a sí mismos como individuos separadosxii
  4. La separación entre trabajo manual y el trabajo intelectual que reproduce a un obrero mutilado.
  5. El desarrollo de la división social del trabajo que fragmenta a la clase obrera.

Estas exigencias materiales de la acumulación de capital se resguardan por una atmósfera cultural e ideológica que se reproduce e impone generacionalmente por medio de la enseñanza de un deber ser del proletariado. La formación [diciplinamiento] de la clase obrera se extiende por medio de esta gran educación que provoca en su conciencia la concepción de que esta sociedad expresa un orden eterno y natural (ahistórico), mistificando su condición de esclavo asalariadoxiii.

Sin embargo, las mismas fuerzas que lo condenan a la esclavitud asalariada, proletarizan la sociedad, concentran y aumentan el número de asalariados, organizan productivamente al proletariado como clase, permitiéndole, con ello, identificar sus intereses, identidad de clase, luchas, agrupaciones y organizaciones gremiales y políticas, tal como Marx y Engels lo hacen notar en el Manifiesto.

Aunque la dictadura del capital reproduce al obrero como individuo separado y amplía la heterogeneidad de la clase obrera, la clase obrera se educa en su existencia misma, lo que permite que se reconozca con sus iguales, que desarrolle tradiciones, símbolos, mitos, mártires e identidad como clase, y reconozca que sus intereses son antagónicos con la burguesía. De esta forma, se gesta una conciencia de sí, que supera por momentos el mundo fetichizado sobre sus circunstancias de vida posibilitando su negación. Esta formación de la clase obrera implica asíxiv, un proceso educativo a partir de la resistencia contra su explotación.

Se podría decir que una acepción del concepto de educación en Marx, contiene un sentido amplio no acotado a la estrechez de la escuela, acepción que permite visibilizar que el desarrollo intelectual o “apropiación cognoscitiva de lo real”xv del proletario, está determinado, tanto por su condición material de clase que educa y diciplina su subjetividad en torno a una falsa conciencia, como por su autoeducación sobre la base de la sublevación y rebelión contra el capital.”xvi

Marx y la educación política

La concepción materialista que concibe a la gran educación del proletariado como una fuerza espontánea que se impone férreamente sobre la sociedad, implica un fenómeno contradictorio. Por un lado, la sociedad capitalista, cuya organización moral y cultural está en manos de la burguesía, educa al asalariado en un misticismo casi religioso que divulga la idea de que su condición de clase es condición de un orden social ahistórico, pero al agruparlos e incrementar sus números, y en su lucha contra el capital, en su praxis social, la clase obrera se educa y se reconoce, evaporando por momentos las falacias que la burguesía impone sobre su existencia.

Es por ello que, pese a la abnegación espiritual a la que es sometida la clase obrera, Marx tenía clara la posibilidad material de que cobrará conciencia de clase, de ahí que dedicó toda su vida al desarrollo de la educación política de los trabajadores. Marx era, ante todo, un educador. Entre los años de 1846 y 1847 desde Bruselas, Marx se dedicó a una doble tarea, tanto organizativa como educativa, la formación de la Sociedad de Educación Obrera, pero también a la construcción de una Sociedad de Correspondencia entre diferentes socialistas de Inglaterra, Francia y Alemania en los cuales sobresalían destacados obreros como Guillermo Wolf, Joseph Weidemeyer, entre otros, además de la participación de Jeny von Westphalen quien a partir de1846, dictaba conferencias y organizaba encuentros entre obrerosxvii.

En 1847, Marx dicta la conferencia Trabajo asalariado y capital en la Asociación Obrera Alemana de Bruselas. Por su parte, su texto Salario, precio ganancia, fue un informe redactado por Marx en 1865 para el Consejo General de la AIT. Igual espíritu pedagógico tenía la presentación del Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores, dictado el 28 de septiembre de 1864 en una asamblea pública celebrada en Londres. La educación política de la clase trabajadora, a la que Marx consagró su labor política, permitiría que el proletariado conociera la realidad capitalista, las leyes que rigen su desarrollo y tener una acción eficaz contra ella. Unir la teoría con la clase obrera, era el objetivo de esta labor pedagógica. Ni teoría sin sujeto histórico, ni clase obrera sin teoría, por ello Marx decía que si bien “el arma de la crítica no puede soportar evidentemente la crítica de las armas, [ya que] la fuerza material debe ser superada por la fuerza material; pero también la teoría llega a ser fuerza material apenas se enseñorea de las masas.xviii

Conclusión

En síntesis, podemos señalar que, en la obra de Marx, se encuentran por lo menos tres acepciones sobre el concepto de educación: la primera, aparece enmarcada dentro de la idea de educación como instrucción o enseñanza formal-escolarizada; la segunda, como gran educación, como fuerza histórico social que se impone sobre las conciencias “espontáneamente”; la tercera expresa una clara connotación emancipadora, como educación política del proletariado. Pero en las tres acepciones de educación, Marx parte de un análisis histórico materialista de lo que es y de lo que puede llegar a ser, encuentra en lo viejo y caduco de la educación burguesa, una educación nueva y viva, una alternativa pedagógica, que contribuya a la emancipación histórica de la clase obrera.

Marx logra comprender los fenómenos educativos desde la concepción materialista y dialéctica: por un lado, como instrumento de dominación, por otro como un espacio y estrategia de disputa de las clases explotadas. De ahí la importancia de la educación política, la batalla de ideas o la lucha teórica e ideológica que son tareas centrales de la práctica y militancia marxista. Y si bien, la escuela no tiene el poder para transformar las circunstancias históricas, no se debe dejar presa al interés de la burguesía.

Notas:

i Carlos Marx, El Capital, t. I, vol. 2 (1867). Mexico, Siglo XXI, 2005, p. 480-498.

ii “La devastación intelectual, producida artificialmente al transformar a personas que no han alcanzado la madurez en simples máquinas de producción de plusvalor… obligo finalmente al propio parlamento ingles convertir la enseñanza elemental en condición legal para uso “productivo” de chicos menores de 14 años, en todas las industrias sometidas a la ley fabril. El espíritu de la producción capitalista resplandece con toda claridad en la desaliñada redacción de las llamadas clausulas educacionales de las leyes fabriles; en la carencia de un aparato administrativo -debido a la cual esa enseñanza obligatoria se vuelve en gran medida parte ficticia-; en la resistencia de los fabricantes incluso contra esta ley de enseñanza y sus triquiñuelas y subterfugios para infringirla”. Carlos Marx, El Capital, t. I, vol. 2, op. cit., p. 487

iii Marx considera a la educación como parte que acrecienta el valor de la fuerza de trabajo, de ahí que, a mayor instrucción, más tiempo de trabajo socialmente necesario requiere la reproducción de la fuerza de trabajo. “Para modificar la naturaleza humana general de manera que adquiera habilidades y destreza en un ramo laboral determinado, que convierta en una fuerza de trabajo desarrollada y específica, se requiere determinada formación o educación, la que a su vez insume una suma mayor o menor de equivalentes de mercancías.” Carlos Marx, El Capital, t. I, vol. 1. México, Siglo XXI, (2011), p. 208. “De ahí que, al comparar los salarios de diversas naciones, debe tenerse en cuenta todos los factores que determinan el cambio en la magnitud de valor alcanzado por la fuerza de trabajo: precio y volumen de las necesidades vitales elementales, -naturales e históricamente desarrolladas-, costos que insume la educación del obrero, papel desempeñado por el trabajo femenino e infantil, productividad del trabajo, magnitud del mismo en extensión e intensidad”. Carlos Marx, El Capital, t. I, vol. 2, op. cit., p. 583-584

iv “Conforme a la ley fabril inglesa, los padres no pueden enviar a las fábricas “controladas” los niños menores de 14 años sin hacer que al mismo tiempo se les imparta enseñanza elemental. El fabricante es responsable del cumplimiento de la ley. “La educación fabril es obligatoria y está incluida entre las condiciones de trabajo […]” Carlos Marx, El Capital, t. I, vol. 2., op. cit., p. 588

v “Del sistema fabril, que podernos seguir en detalle en la obra de Roberto Owen, brota el germen de la educación del futuro, que combinará para todos los niños, a partir de cierta edad, el trabajo productivo con la educación y la gimnasia, no sólo como método para acrecentar la producción social, sino como método para la producción de hombres desarrollados de manera omnifacética”. Carlos Marx, El Capital, t. I, vol. 2, op. cit., p. 589

vi Carlos Marx y Federico Engels señalarían en el Manifiesto Comunista que una vez conquistada instaura el Estado proletario, se debería tomar la siguiente medida: “Educación pública y gratuita de todos los niños. Prohibición del trabajo infantil en las fábricas bajo su forma actual.  Régimen combinado de la educación con la producción material, etc., C Marx y F. Engels, Manifiesto Comunista (1948), Mexico, CGE, (1974), p. 95. Por su parte, Engels señalaría en el texto, Los principios del comunismo que se debería garantizar la “Educación de todos los niños en establecimientos estatales y a cargo del Estado, desde el momento en que puedan prescindir del cuidado de la madre. Conjugar la educación con el trabajo fabril”,

vii El Programa de Gotha refiere al programa aprobado en el Congreso celebrado del 22 al 27 de mayo de 1875 en la ciudad germana de Gotha, donde se unieron las dos organizaciones obreras alemanas existentes en aquel entonces: la Asociación General de Trabajadores de Alemania y el Partido Socialdemócrata Obrero de Alemania (SDAP), para dar nacimiento a un nuevo partido, el Partido Socialista Obrero de Alemania

viii Calor Marx, Critica al programa de Gotha (1875), Mexico, El Caballito,2021, p. 73

ix Carlos Marx, El Capital, t. I, vol. 3. Mexico, Siglo XXI, (2011), p. 922

x Karel Kosik, Dialéctica de lo Concreto, (1964), México, Grijalbo, 1976, p. 25

xi Karel Kosik, op. Cit., p. 27.

xii Paker, Ian; Pavón-Cuellar, David, Marxismo, psicología y psicoanálisis, México, Paradiso Editores, 2017 p. 20.

xiii Es por esto que Bogdan Suchodolski señalaría que existe un significado pedagógico de la teoría de la enajenación de Marx

xiv E.P. Thompson, La formación de la clase obrera en Inglaterra, (1963), España, Capitán Swing, (2012).

xv Adolfo Sánchez Vázquez, El teoricismo de Althusser (notas críticas sobre una autocrítica), Cuadernos Políticos, número 3, México, Era, enero-marzo de 1975, pp. 82-99

xvi Bogdan Suchodolski, Teoría marxista de la educación (1865), op. cit.

xvii Bogdan Suchodolski, Teoría marxista de la educación (1865). Ciudad de México, Grijalbo.

xviii Carlos Marx. Introducción para la crítica de la filosofía del derecho de Hegel, 1844,

Lenin Contreras. Militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria-México. Profesor del proyecto de educación popular Secundaria Popular «Carrillo Puerto», en Morelia Mich. México. 

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