En este la autora expone las prioridades que asume Brasil como presidente de turno del G-20: la lucha contra la desigualdad y el hambre, el combate al cambio climático y la reforma de las instituciones de gobernanza internacional.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva asumió la presidencia del G-20 con un llamado a evitar que cuestiones geopolíticas secuestren la agenda del bloque, al destacar su oposición a discutir el conflicto en Ucrania, y aseguró que el presidente ruso, Vladimir Putin, podrá acudir a la próxima cumbre de este mecanismo, en noviembre de 2024 en Río de Janeiro, sin ser detenido, pese a la orden de arresto en su contra emitida por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra.
“No podemos dejar que cuestiones geopolíticas secuestren la agenda de discusiones del G-20. No nos interesa un G-20 dividido. Necesitamos paz y cooperación en vez de conflicto”, expresó Lula en el cierre de la cumbre. Las prioridades de la agenda brasileña del G-20, indicó el mandatario, son tres: la lucha contra la desigualdad y el hambre, el combate al cambio climático y la reforma de las instituciones de gobernanza internacional.
El G-20 incluye a Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Corea del Sur, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Turquía, Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Europea.
Al margen de la cumbre, el presidente brasileño se reunió con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a quien reiteró que las exigencias ambientales europeas para un acuerdo de libre comercio con el Mercado Común del Sur (Mercosur) son inaceptables.
Lula dio a conocer las tres prioridades de la agenda brasileña: la lucha contra la desigualdad y el hambre, el combate al cambio climático y la reforma de las instituciones de gobernanza internacional. Insistió en su llamado a que más países integren el Consejo de Seguridad de la ONU y que las naciones en desarrollo tengan más voz en el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
El tema que dominó la agenda de Lula en la cumbre de India fue el llamado a la acción contra el cambio climático, con la advertencia de que el mundo enfrenta una “emergencia climática sin precedentes”.
Pero la declaración final de Nueva Delhi fue muy poco ambiciosa: aborda el tema de manera tan básica, que resultó aceptable tanto para los países que defienden la eliminación gradual de los combustibles fósiles, como para los grandes productores de petróleo y carbón como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Rusia.
Y, en los márgenes de la cumbre del G-20 en la India, el presidente de EEUU Joe Biden reveló que tuvo un encuentro con el primer ministro de China, Li Qiang, con quien habló de “estabilidad” en medio de la tensión entre las dos economías más importantes del mundo.
“No quiero contener a China, solo quiero asegurarme de que tenemos una relación con China que va viento en popa, todos sabemos de qué se trata”, afirmó Biden, quien tras la cumbre viajó a Vietnam donde firmó junto a la máxima autoridad local, Nguyen Phu Trong, un acuerdo que eleva la relación de ambos países a “asociación estratégica”. “Este nuevo estatus será una fuerza de prosperidad y seguridad en la región, una de las regiones más importantes del mundo”, anunció Biden en Hanoi.
Lula abordó el tema un día después de que el grupo de las 20 grandes economías emitió una declaración final en la cual evitó criticar a Rusia por la invasión a Ucrania, un reflejo de la falta de consenso en el bloque sobre el tema. Estados Unidos y algunos países europeos querían una condena a la Federación Rusa, pero no hubo consenso, incluso sobre la presencia de Rusia en la cumbre.
Putin no participó en la cita de Nueva Delhi, donde fue representado por su ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov. Mientras, la declaración del G-20 denunció el uso de la fuerza para lograr ganancias territoriales, pero evitó criticar directamente a Rusia por la invasión a Ucrania en febrero de 2022. En entrevista televisiva, Lula afirmó que la guerra en Ucrania no debe formar parte de la agenda del G-20, que debe estar centrada en temas sociales y económicos.
El canciller ruso destacó: “logramos impedir el intento occidental de ‘ucranizar’ la agenda de la cumbre”. El presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, participó en la cumbre del año pasado en Bali por videoconferencia y después acaparó el protagonismo con una aparición en persona en la reunión de líderes de las democracias ricas del G-7 –todas miembros del G-20– en Hiroshima este año.
El presidente indio Modi dejó claro que no invitaría a Zelensky a participar en el encuentro de este año, aunque resulta imposible disociar muchos asuntos, como la seguridad energética y alimentaria, de la guerra en Ucrania.
India también presentó un ambicioso plan con Estados Unidos, la Unión Europea y otros países para construir un corredor ferroviario y naviero que conecte India con Medio Oriente y Europa, para reforzar el crecimiento económico y la cooperación política.
Los mandatarios posaron para fotos en el monumento del Raj Ghat en Nueva Delhi. Modi obsequió a los líderes chales fabricados con khadi, tela tejida a mano que fue promovida por Gandhi durante el movimiento independentista indio contra el control británico. Algunos líderes, como el premier británico, Rishi Sunak, y el presidente de Indonesia, Joko Widodo, anfitrión de la cumbre el año pasado, caminaron descalzos hasta el monumento en una muestra tradicional de respeto.
Otros, como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, utilizaron zapatillas que suelen ofrecerse a los visitantes para caminar sobre tierra húmeda salpicada de charcos provocados por la intensa lluvia.
Asimismo, India presentó una alianza global de biocombustibles con 19 países, incluidos Estados Unidos y Brasil, fabricados con productos agrícolas o desechos orgánicos, que han ganado popularidad en las últimas décadas como alternativa sostenible a los combustibles fósiles.
Lula recordó que antes de la cumbre del G20 del año próximo en Rio, habrá una cita de líderes de los BRICS en Rusia. Este foro aglutina a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y en su última cita incorporó a Argentina, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. “Todo el mundo va a ir a la cumbre de los BRICS, entonces espero que ellos vengan a la cumbre del G20 en Brasil. En Brasil van a sentir un ambiente de paz”, sostuvo.
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