En la opulenta y «democrática» Europa, así como en otras partes del mundo, la represión ejercida por sus respectivas policías contra la clase trabajadora siempre ha sido manifiesta. En los tiempos actuales nada ha cambiado; cuando las protestas de los pueblos contra las políticas reaccionarias impuestas por sus espurios gobernantes día a día se acrecientan, […]
En la opulenta y «democrática» Europa, así como en otras partes del mundo, la represión ejercida por sus respectivas policías contra la clase trabajadora siempre ha sido manifiesta. En los tiempos actuales nada ha cambiado; cuando las protestas de los pueblos contra las políticas reaccionarias impuestas por sus espurios gobernantes día a día se acrecientan, las imágenes de manifestantes salvajemente reprimidos por aquellas copan las páginas de los periódicos y las pantallas de los televisores. Las lamentables noticias nos llegan desde Grecia, Francia, Italia, Inglaterra…; desde todos aquellos lugares donde el «arreglo» de la crisis, generada por la desmedida codicia de los capitalistas, recae única y exclusivamente sobre las encorvadas espaldas de los trabajadores.
Pistola al cinto y porra en mano, los embrutecidos policías abren cabezas, contusionan cuerpos…, quiebran legítimos deseos de una vida mejor para todos; protegen, en definitiva, los perversos intereses de los grandes banqueros y los grandes capitalistas en detrimento, siempre, de una inmensa mayoría poblacional eternamente ninguneada y castigada.
Muy al contrario de lo que nos quieren hacer creer, las policías de los países capitalistas trabajan única y exclusivamente para los gobiernos, agentes máximos del gran capital; luego, ¡tremenda paradoja!, los pueblos mantienen económicamente a las fuerzas represivas para que, «si se portan mal», a ellos mismos les repriman.
Cuan distintas son las cosas en la heroica Cuba. En casi cincuenta y dos años de Revolución jamás se ha visto ni una sola imagen de la policía golpeando al pueblo. Pueden creérselo los incrédulos, ¿o es que acaso creen que de existir imágenes semejantes los poderosos enemigos de la Revolución ya no las hubiesen masivamente difundido? Es que en Cuba revolucionaria ni siquiera se han realizado manifestaciones en contra del Gobierno de la Isla.
Por si algún lector de esta nota está pensando en las famosas Damas de Blanco, diré que, además de mercenarias del imperio norteamericano -lo que está sobradamente probado-, no son más que un puñado de mujeres que, lejos de ser reprimidas por la policía, son protegidas por esta para que no sean agredidas por grupos de espontáneos ciudadanos -de esto si que existen imágenes y pruebas.
Y quede claro que no estoy diciendo que no existan problemas en Cuba, porque ¿qué lugar del mundo carece de ellos? Lo que sucede es que en la tierra de Martí quien gobierna es el pueblo, ya que, aunque desde fuera de la Isla cueste creer, gobierno y pueblo son una misma cosa. Un ejemplo bien claro de esto último que digo es el debate sobre el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social que ahora mismo se esta debatiendo en todo el territorio nacional. Toda la población, insisto, participa en los debates, en los cambios profundos que, para actualizar el socialismo, se habrán de dar más adelante. Una quimera, sin duda, en aquellos países cuyos gobernantes tanto se empeñan en impartir clases de derechos humanos y democracia al pueblo de Cuba.
* Blog del autor: http://baragua.wordpress.com
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