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Más de una sorpresa en elecciones de Ecuador

Fuentes: CLAE

La correlación de fuerzas entre UNES, Pachakutik e Izquierda Democrática, que en resultados presidenciales suman el 68%, podría ser una oportunidad para salir del entuerto negociado con el FMI y realizar acuerdos mínimos en la Asamblea para el próximo plan de desarrollo.

Los resultados de las elecciones generales del 7 de febrero 2021 en Ecuador dejaron más de una sorpresa, producto de altos niveles de indecisión iniciales (30%) y un abanico de opciones. Pese a la pandemia la participación electoral fue del 81.1% y el voto nulo (9.5%) no tuvo la trascendencia anunciada.

Andrés Arauz (UNES) gana la primera vuelta con un 32% con más votación en la Costa y el correísmo sigue presente como la primera fuerza política en la Asamblea (28% de asambleístas nacionales) pero con un escenario muy conflictivo, esperaban ganar en primera vuelta o en su defecto, ir a la segunda vuelta con Guillermo Lasso y ninguna de las dos cosas sucedió.

El banquero Lasso (CREO) en su tercer intento a la presidencia no logró convencer al electorado pese a tener el apoyo del Partido Social Cristiano (una de las fuerzas políticas de la derecha ecuatoriana) y queda rezagado a un tercer puesto (19.5%) con lo cual la derecha se queda huérfana y con sus opciones en la Asamblea en descenso.

Es preciso indicar que Yaku Pérez que tiene como respaldo una organización política vinculada al movimiento indígena (Pachakutik) logra captar un segundo lugar (20%) con importante presencia en las provincias de la Sierra y la Amazonía además de un 20% de los asambleístas nacionales. Como defensor del agua tuvo el respaldo de una consulta sobre el mismo tema en Cuenca, su provincia natal donde hasta hace poco era prefecto.

Estas elecciones muestran varios temas entre los personalismos y las organizaciones. Andrés Arauz no llegó a contar con identidad propia, su campaña se basó en mostrar el retrovisor de lo realizado en los gobiernos de Correa y mostró un techo que no le permitió pasar a segunda vuelta. Mientras que Guillermo Lasso tuvo una pésima campaña y un pasado a cuestas en el feriado bancario, sus participaciones políticas previas y su apoyo al gobierno de Moreno.

Por el otro lado, aunque con diferencias sustanciales Yaku Pérez y Xavier Hervas contaban con estructuras políticas y no sólo se presentaban a título individual. El electorado que no se quiso entrar en la pugna correista – anticorreista optó por alguna de estas dos opciones. Pérez además cosechó los frutos de las movilizaciones de Octubre 2019 que no se identificaban con el correísmo ni con las políticas de ajuste estructural de las cuales Lasso ha sido un aliado del gobierno de Moreno.

La fragmentación electoral se agudizado en estas elecciones con 16 candidatos a la presidencia que resultaron con 7 candidatos con menos de 1% de los votos válidos y cinco con 2% o menos, es decir, 12 candidatos no tuvieron respaldo electoral, algunos de ellos, viejos políticos, un expresidente, un exdirigente deportivo o un pastor evangélico.

Evidentemente, la fragmentación favoreció la aparición de candidatos nuevos como Xavier Hervas considerado de centro izquierda que quedó en cuarto lugar con un 16% de los votos válidos y que podría ser considerado un outsider y de quién se conoce poco. Sin embargo, su candidatura está basada en una estructura partidaria (Izquierda democrática) que fue recuperada en los últimos años y que la posiciona como la tercera fuerza en la Asamblea en asambleístas nacionales con un 12%.

Los resultados de estas elecciones marcan la muerte de organizaciones políticas como el mismo movimiento Alianza País que antes cobijaba a Rafael Correa y partidos como Suma o Avanza que aparecieron en los últimos años, otros como Fuerza Ecuador del expresidente Abdalá Bucaram y movimientos más pequeños que respaldaron a políticos con presencia mediática como Gustavo Larrea o César Montúfar.

La situación económica en el país es lamentable al punto que ni las propias cifras de desempleo se conocen y se aprovecha la coyuntura para seguir un fracasado recetario neoliberal con privatizaciones y políticas de ajuste que empeoran aún más la actual situación social. Los resultados pueden ser vistos como un rechazo al gobierno de Moreno; sin embargo, las expectativas ante la situación social y política que vive el país son enormes.

La correlación de fuerzas entre UNES, Pachakutik e Izquierda Democrática, que en resultados presidenciales suman el 68%, podría ser una oportunidad para salir del entuerto negociado con el FMI y realizar acuerdos mínimos en la Asamblea para el próximo plan de desarrollo. Aunque por ahora esto no suene posible por la larga disputa entre el correísmo y sectores que en otro momento fueron desestimados por el propio Correa, esta sería una alternativa para superar regionalismos, racismos y polarizaciones que no nos conducen a ningún lado.

*Economista con especialización en Desarrollo Sustentable en la Universidad Católica de Quito; con una maestría en Estadística y Econometría en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Fue Subsecretaria de Seguimiento y Evaluación de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) y Ministra Coordinadora de la Política Económica, durante el gobierno de Rafael Correa. Colaboradora del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)