El espíritu animado de Alberto Acosta parece desbordar por las paredes de una de las salas del tercer piso de Gráficos Nacionales S.A., editora de los diarios EXTRA y Expreso. En cada carcajada, el economista de 64 años y candidato a Presidente del Ecuador por la Unidad Plurinacional de Izquierda, muestra su dentadura que combina […]
El espíritu animado de Alberto Acosta parece desbordar por las paredes de una de las salas del tercer piso de Gráficos Nacionales S.A., editora de los diarios EXTRA y Expreso. En cada carcajada, el economista de 64 años y candidato a Presidente del Ecuador por la Unidad Plurinacional de Izquierda, muestra su dentadura que combina con su camisa blanca marca Yves Saint Laurent. Por momentos es dicharachero y más cuando ensaya analogías de la situación actual del país.
Afuera, el asfalto ha dejado de hervir, el sol le da una nueva tregua diaria a los ciudadanos. Son las 17:20 del pasado 23 de noviembre. Acosta luce cómodo y fresco sentado sobre una silla, frente a él otro ocurrente al mando del cuestionario de preguntas, Henry Holguín, alista su «fusil» periodístico para empezar a disparar preguntas al candidato que fue uno de los «arquitectos» del plan de Gobierno de Alianza PAIS, quien respira y sueña izquierda.
Las líneas de expresión del rostro de Acosta dejan de extenderse, eleva el tono de voz para ganarle a la bulla de las bocinas de los carros atascados en el puente de la avenida Carlos Julio Arosemena, kilómetro 2,5 de la vía a Daule, y explicar que su plan de Gobierno busca vencer la miseria, la pobreza, la excesiva concentración de la riqueza, «nuestra meta no es solo ganar las elecciones, sino estar preparados para conformar un nuevo Ecuador».
Así empezó la última entrevista que realizó Henry Holguín, entre bromas y la lucha por evitar que su teléfono celular no reciba llamadas para que no corte la función de grabadora durante la entrevista.
Henry: ¿Cómo ve lo realizado hasta ahora por este Gobierno?
Acosta: Este es un Gobierno que en la práctica se asemeja más a los conductores irresponsables que nos encontramos con frecuencia en las carreteras que ponen direccional a la izquierda pero curva a la derecha; canta al «Che» Guevara pero no hace reforma agraria; canta al «Che» Guevara y no redistribuye el agua; canta al «Che» Guevara y persigue a unos jóvenes por el único delito comprobado de leer al «Che» Guevara, usar camisetas del «Che» Guevara, me refiero a los 10 de Luluncoto, esa es la realidad de este Gobierno.
Henry: ¿Se siente frustrado, engañado, traicionado?
Acosta: Yo diría que me siento en parte personalmente frustrado porque yo confié en un proyecto político y también en la persona del Presidente de la República (Rafael Correa), a quien conozco desde 1991 y con quien tuve una magnífica relación de amistad y con quien tuve una relación fraterna, pero ese no es el tema de fondo, a mi lo que me molesta es que se haya traicionado a la voluntad del pueblo ecuatoriano, que se haya propuesto un cambio radical y ese cambio radical no aparezca por ningún lado, que se haya comprometido a defender lo que él (Correa) dijo que iba a defender la Constitución que iba a durar 300 años, la mejor del mundo y que representaba un canto a la vida y luego traicione a esa Constitución y principios, eso sí me molesta, pero eso me molesta como ciudadano ecuatoriano como debe sentir gran parte de la población.
Alberto Acosta, candidato a la Presidencia por la Coordinadora Plurinacional de Izquierda, le contó a EXTRA lo que hará en su primer día de trabajo cuando llegue a Carondelet. Asegura ser más radical que Rafael Correa, a quién consideró su «casi hermano», pero del que ya no espera ni una llamada por teléfono. Promete acabar con la «política de humillación», hacer respetar la Constitución de Montecristi y transformar al Ecuador.
H. ¿Usted cree que tenga oportunidad de ganar?
A. El pueblo ecuatoriano sí tiene posibilidades de ganar, si logramos sintonizarnos con lo que la gente quiere; la gente quiere seguridad, empleo, producción, respeto, que se le vuelva a dar dignidad y que se acabe la política de la humillación. Si nosotros nos sintonizamos con ese sentimiento de la gente creo que tenemos muchas posibilidades de ganar.
H. En algunos sectores de «pelucolandia», cuando se habla de usted generalmente la respuesta que escucho de la gente es: «huy, cuidado que ese es peor que Correa, es más radical».
A. (Jajaja) Bueno yo sí soy más radical, yo no discuto eso, pero ¿qué es ser radical? Ir a la raíz de los problemas, no ponerle parches a los problemas, hay que tratar de solucionar los grandes problemas del Ecuador como uno de ellos que está sucediendo en el agro, en la Costa, que ha sido totalmente abandonado por este Gobierno, el presupuesto (del Estado) es de 26 mil millones de dólares, para el agro hay 270 millones de dólares, es decir el uno por ciento. Qué se hace frente al tema del maíz, entra la producción nacional al mercado local y se importa maíz; qué se hace frente a la plaga del arroz, con la plaga del caracol africano, desde el ministerio de Agricultura se dice que hay que acostumbrarse a convivir con el caracol africano; qué se hace frente al tema del banano, está viviendo un auge, tenemos más de 2 mil 200 millones de exportaciones, el Gobierno tomó una decisión hace tiempo atrás de controlar la expansión de la frontera bananera porque supuestamente no somos muy competitivos y no hay una buena productividad por hectárea, no dice nada mientras se amplía la frontera bananera de los grandes productores, más de 100 mil hectáreas, pero ahora quiere restringir la producción bananera de 6 mil productores pequeños a 40 mil hectáreas, esas son las grandes contradicciones de este Gobierno, todos los beneficios para los grandes, algunas migajas para los sectores populares.
H. La última vez que lo vimos con el presidente Correa fue cuando él fue a buscarlo a su casa (28 de septiembre de 2008), un último acercamiento a usted para que no se le fuera…
A. No fue realmente a eso, él (Correa) fue porque buscaba un efecto mediático el día del referéndum por la Constitución, si él realmente quería un acercamiento lo habría hecho mucho tiempo atrás porque él sabía que yo recorría solo el país para apoyar la Constitución de Montecristi, recibí el respaldo de Alianza PAIS cuando fui a Carchi y después en Imbabura, luego les dieron una orden que a nadie tenían que acompañar, yo recorrí el país y si él quería un acercamiento lo pudo haber logrado y sabe muy bien que pudo acercarse a mí mucho tiempo después.
H. ¿Después de esa visita a su casa han tenido algún tipo de acercamiento, se han vuelto a encontrar?
A. Dos veces en este año en la calle, yo salía de un programa de radio Quito en la calle Benalcázar, atrás del palacio presidencial, yo salía de la radio y él (Correa) pasaba en su carro en caravana, nos agarró el semáforo en rojo y nos quedamos viendo por 20 o 25 segundos, nadie dijo nada, y por esas casualidades de la vida yo tenía en las manos un libro que escribimos juntos y otros funcionarios del Gobierno, El rostro oculto del TLC, y yo me decía: mira cuánto ha cambiado, ya ni nos saludamos.
Y cuando fue operado de la rodilla en Cuba hasta lo llamé para desearle suerte.
H. Al fin y al cabo ustedes fueron amigos.
A. Casi hermanos. Se le cortó la voz cuando lo llamé porque conseguí, a través de otro amigo personal de él, su número de teléfono, y se le cortó la voz cuando pregunté por su rodilla y por la familia, porque yo quería mucho a su familia teníamos una relación muy estrecha, y entonces dijo que quería hablar conmigo y hasta la fecha (sonríe).
H. ¿Cómo ve usted la atomización que hay de la oposición, por qué no han podido lograr una unidad real, total, por ideología o por egoísmos, intereses?
A. No entiendo la incapacidad de la derecha para presentar un candidato único; nosotros hemos hecho un esfuerzo de unidad, nosotros tenemos una propuesta unitaria, para nosotros era difícil, imposible pedir que nos unamos con la derecha, con la oposición oligárquica que en este rato está liderada por un banquero, por un Alvarito Noboa que quiere comprarse por quinto intento la Presidencia de la República, por un Lucio Gutiérrez que recorre el país en campaña permanente, con ellos no podemos unirnos porque nosotros no solo queremos ganar las elecciones, ese no es nuestro único objetivo, nuestro objetivo de fondo es cambiar, transformar al Ecuador, eso que se le ofreció al pueblo ecuatoriano hace siete años, nosotros seguimos en la misma línea, en la misma dirección, no hemos cambiado de rumbo, quien se fue para otro lado fue el presidente Correa y su Gobierno.
H. ¿A ustedes les convenía más si la derecha hubiera ido con un candidato único?
A. Hablando francamente porque ya está consolidado todo, este era el mejor escenario para nosotros.
H. ¿Piensan entrar por la calle del medio?
A. (Jajaja) Por la puerta tranquera.
H. En el supuesto no consentido de que usted gane las elecciones… (Acosta interrumpe)
A. Cómo que no voy a ganar las elecciones si eso va a suceder, jajaja.
H. ¿Qué será lo primero que haga cuando pise Carondelet como Presidente?
A. Lo primero será organizar una jornada de transparencia en el país y derogar todos los decretos inconstitucionales, para nosotros el compromiso es hacer respetar la Constitución de Montecristi, nosotros vamos a respetar la voluntad del pueblo cuando aprobó la Constitución el 28 de septiembre del 2008, entonces ese es el punto de partida para nosotros. Entonces en ese contexto, echaremos abajo todos los decretos inconstitucionales empezando por el 813 que establece la compra de renuncias obligatorias que es una barbaridad semántica y jurídica, impulsaremos las reformas de las leyes inconstitucionales, echaremos abajo todos los procesos judiciales en contra de los luchadores populares, impulsaremos una amnistía para los detenidos de Luluncoto.
H. ¿Estuvo usted de acuerdo cuando se empezó a cuestionar con duros términos el trabajo de los medios de comunicación llamándolos «prensa corrupta»?
A. Siempre fui crítico con esa posición del presidente, a ratos debo reconocer entendía la frustración que tenía el presidente con determinados medios de comunicación, también tenemos que aceptar que algunos medios de comunicación no tuvieron una posición muy clara y ética y representaban los intereses de grandes grupos económicos, pero no hay que generalizar, siempre le dije al presidente Correa que no se puede decir que toda la prensa es corrupta, como lo hay en otros sectores.
Cuando yo fui presidente de la Asamblea Constituyente demostré una enorme apertura con la prensa y debatía en momentos difíciles, yo sí tuve la precaución de demostrarles con hechos concretos, los comunicadores no estaban reflejando lo que había sucedido y en muchos casos no era un tema de los periodistas, sino de los editores, algunos cambiaban los títulos cuando la noticia era otra pero el título tenía mala intención.
H. Lo veo con los zapatos empolvados, ¿ahora recorre los barrios populares?
A. Siempre camino por todos lados, no solo ahora, siempre he andado en los sectores populares, hace muchísimas décadas.
H. ¿Siempre ha sido militante de izquierda?
A. Una persona rebelde primero. Mi tío abuelo fue José María Velasco Ibarra, tengo fotos de la época del Quinto Velasquismo, en las calles.
H. Pero Velasco no era comunista ni mucho menos izquierdista, ¿cómo salió usted izquierdista?
A. Bueno eso es más difícil de averiguar, pero yo siempre fui rebelde y poco a poco entendí que el mundo necesita una transformación social porque si no la humanidad está en riesgo.
H. Por eso incluyó en la Constitución el derecho a rebelarse
A. Por supuesto, entre otras cosas. Recuerdo cuando estaba en quinto grado de una escuela muy conservadora y había un concurso sobre la vida del Mariscal Antonio José de Sucre, y yo gané el premio, cuando leyeron el nombre del ganador que era con seudónimo mencionaron a Eloy Alfaro y yo había utilizado ese seudónimo y pasé a recibir el premio y mi familia muy conservadora como Condorito se fue para atrás ¡plop! Era un niño de casi 10 años.
H. ¿Cómo ve el «manto de olvido» que se cierne sobre Montecristi por todo lo que representa la Constitución?
A. Bueno es que es el hecho del irrespeto a la Constitución que le resultó una «camisa de fuerza» para el presidente Correa y en esta faceta autoritaria para un gobernante abusivo, prepotente, la Constitución no resulta cómoda.
H. Si su amigo Rafael Correa lo llamara ahora y le dijera Alberto, tú eres mi amigo, me he equivocado, voy a corregir, renuncia a tu candidatura y ven acompáñame que vamos a cambiar esto, ¿usted le creería?
A. Esto no es ciencia ficción, eso no va a suceder, ni él me va a llamar ni yo tampoco, así que la realidad es otra, muy dolorosa y no hay que ilusionarse con cosas imposibles.
H. ¿Qué es lo que más le ha impactado de esta campaña política, lo que más lo ha asombrado?
A. A mí el pueblo ecuatoriano siempre me asombra, es un pueblo inteligente e intuitivo, es un pueblo que tiene capacidad para reflexionar y comprender las cosas, es un pueblo que se da cuenta que algunas situaciones han mejorado en este Gobierno, pero también se da cuenta de que los principales beneficiarios han sido los grandes grupos de poder y cuando la gente hace esa relación comienza a dudar y ese es el primer paso para un cambio y transformación.
H. ¿Usted cree que habrá segunda vuelta?
A. Si va a haber, vamos a estar en la segunda vuelta y vamos a dar una dura batalla en defensa de la democracia, de los derechos, las libertades y las garantías y por supuesto para mejorar las condiciones de vida de la población.
H. Si llegan a una segunda vuelta Correa y Lasso, ¿cuál sería su actitud?
A. Esa posibilidad no la hemos planteado aún, será difícil elegir entre un candidato de la derecha que quiere regresar a la época neoliberal y el quien es ahora el candidato de la derecha del siglo 21, me pone en una disyuntiva muy compleja.
Alberto Acosta, candidato a la Presidencia por la Coordinadora Plurinacional de Izquierda, le contó a EXTRA lo que hará en su primer día de trabajo cuando llegue a Carondelet. Asegura ser más radical que Rafael Correa, a quién consideró su «casi hermano», pero del que ya no espera ni una llamada por teléfono. Promete acabar con la «política de humillación», hacer respetar la Constitución de Montecristi y transformar al Ecuador.
(Ultima entrevista de Henry Holguín, editor de Diario El Extra, (El Verdugo), fallecido el 7.12.12)
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