Uno de los periódicos de Caracas, ha pedido a sus columnistas hacer notas como homenaje al Mundial, como el tema me gusta, he leído varios de sus trabajos, buenos algunos, la mayoría dedicados a hacer patente el poco aprecio que tienen por la fortaleza y vivacidad de la cultura latinoamericana y su futbol. Sus lecturas […]
Uno de los periódicos de Caracas, ha pedido a sus columnistas hacer notas como homenaje al Mundial, como el tema me gusta, he leído varios de sus trabajos, buenos algunos, la mayoría dedicados a hacer patente el poco aprecio que tienen por la fortaleza y vivacidad de la cultura latinoamericana y su futbol. Sus lecturas delatan a quienes su pasado asusta y sus ancestros mestizos causan tanto rubor. Tanto que los hace correr a meterse bajo la falda de quienes políticamente los desprecian y socialmente los humillan. Sus gestos bobos y aplausos a equipos que no les pertenecen en ningún sentido, solo produce a quienes debiera agradar, sospechas. Además, de «cuando acá» va alguien a salir de asomado a dedicarle un articulo de prensa al equipo de Inglaterra y la «supuesta sobriedad de su futbol»; o celebrar a los alemanes o gritar hasta enronquecer por gritarle ¡¡¡ Gooool ¡¡¡ a la oncena gringa y exponer que perdieron pero con «elegancia y la caballerosidad de sus jugadores». El colmo. Se apropia su letra de la alegría y fuerza de los paraguayos y chilenos y nada reconoce en la decisión y sentido del gol del equipo de Maradona o la eterna rutina ganadora de Brasil y la sencillez y velocidad de los mexicanos. Pero a pesar de estos ingratos rompe notas, los suramericanos están de «a montón» en los Cuartos de final. Ellos cual plañideras de muertos ajenos le cantan a los derrotados del mundial. Mayor bobería, imposible.
Para estos adefesios contra la grandiosidad copio esta cita del libro SANOJA OBEDIENTE, Mario y VARGAS-ARENAS, Iraida. Cultura y dependencia en la sociedad venezolana. TF, oct. 2004, vol.22, no.88, p.411-432. ISSN 0798-2968 que el escogieron de Cunill Grau, 1997: 153 que dice «…La larga permanencia del poblamiento prehispánico entre los siglos XVI al XVIII culminó en un paisaje criollo, fruto de la mestización entre elementos étnicos, culturales y de la biodiversidad de proveniencia española, indígena y africana (…) que empequeñecerían cualquier comparación con los homogéneos paisajes del Viejo Mundo…» . La latra sensible del Profe. Cunnil nos basta y sobra ante la mezquindad de esos becarios en huelga con la bondad.