El presente artículo es un fragmento del capítulo « Deporte y corrupción: un cabaret de coches deportivos», del libro inédito de mi autoría Miserias del deporte en el capitalismo. El libro fue escrito en 2011, de manera que no hay datos actualizados. Pero a la luz del escándalo de corrupción que se ha desatado en […]
El presente artículo es un fragmento del capítulo « Deporte y corrupción: un cabaret de coches deportivos», del libro inédito de mi autoría Miserias del deporte en el capitalismo. El libro fue escrito en 2011, de manera que no hay datos actualizados. Pero a la luz del escándalo de corrupción que se ha desatado en torno a la FIFA, nos pareció pertinente dejar en claro que la corrupción en el fútbol no es nada nuevo, sino que por el contario se trata de una crónica enfermedad que ha contaminado todo el cuerpo del llamado «deporte rey». El fragmento lo copiamos tal como está redactado en el texto original, sin cambios ni enmendaduras.
Es inevitable que los males inherentes al capitalismo permeen todo el cuerpo social, todas las actividades humanas, en menor o en mayor grado. La corrupción, por ejemplo, crece en el deporte como un hongo maligno que arrasa cada vez más con todo lo que de noble puede haber en un área de la vida social que estaría llamada a ser una de las más dignas, educativas, divertidas y saludables tanto física como mentalmente. Pero el demonio del dinero, el poderoso caballero del que hablaba el poeta Quevedo, ha capturado al deporte y lo ha instalado en su deleznable infierno. La danza de millones despierta todos los vicios y malignidades que se han acumulado en el alma humana tras largos siglos de división clasista, de explotación, de inversión de las leyes naturales que deberían regir la existencia de los hombres. Con el capitalismo, el cáncer de la avaricia ha hecho metástasis, y solo el milagro de una transformación radical, de una revolución mundial, podría evitar la muerte de la especie humana en medio de los estertores del fracaso, del egoísmo, de la explotación del hombre por el hombre, del irrespeto a la naturaleza, del derrumbe del alma.
La larga lista de casos de corrupción en el deporte no cabría en este modesto trabajo, intentaremos no obstante presentar casos emblemáticos que no dejan lugar a dudas de lo que estamos denunciando. Un deporte en particular nos servirá de alimento principal, por tratarse del más popular y el más extendido, el fútbol. Pero veremos también cómo el virus de la corrupción no respeta otras disciplinas.
En el año 2009, se informó que unos doscientos partidos de fútbol estaban bajo sospecha de haber sido amañados en Europa. La Fiscalía de Bochum, Alemania, poseyó indicios de que una trama de apuestas ilegales había manipulado una serie de partidos, entre los que se encontraban tres de la máxima competición del continente, la Liga de Campeones, así como doce de la Europa League, la segunda en importancia, y de las primeras categorías de Austria, Turquía, Hungría, Eslovenia, Croacia y Bosnia, además de divisiones inferiores de varios países. Jugadores, árbitros y directivos estarían implicados en uno de los mayores escándalos de apuestas ilegales en el fútbol europeo.
Con la irrupción de la comunicación cibernética se ha agravado la situación. Cada año, las apuestas por Internet generan más de 12.000 millones de euros en Europa. Sólo en España, el negocio del juego a través de la red generó 250 millones de euros el año 2008, con un crecimiento anual progresivo. El «boom» de páginas de Internet dedicadas a esta modalidad, junto la percepción por parte del usuario de obtener dinero de forma sencilla, y el hecho de que buena parte de las empresas de apuestas estén radicadas en paraísos fiscales, han hecho que este sector se haya involucrado hasta lo más profundo en el deporte, y de forma especial en el fútbol. Es tal su éxito que una casa de apuestas pagó al Real Madrid 17 millones de euros por lucir su nombre en la camiseta. Una pequeña parte, si se compara con los 216 millones que facturó solo en un semestre.
Entre los implicados en este caso podría encontrarse el mafioso croata Ante Sapina, quien ya estuvo involucrado en otro caso mayor de apuestas ilegales en el fútbol europeo. En el año 2005, el ex árbitro de la segunda división alemana, Robert Hoyzer, fue condenado a dos años y medio de prisión por pertenecer a una trama internacional de apuestas ilegales, que le reportó 67.000 euros por amañar 23 partidos.
Además de la investigación de la Fiscalía de Bochum, la policía italiana detuvo a nueve personas por pertenecer a una red de apuestas ilegales que amañaba partidos de las divisiones inferiores del país. Entre ellos se encuentra el presidente de uno de los equipos implicados.
En España, la UEFA, organismo principal del fútbol europeo, inició una investigación del partido U.D. Las Palmas-Rayo Vallecano, de la segunda división, por amaño del resultado. El propio entrenador del Rayo, Pepe Mel, aseguró, tras saberse la investigación, que les preguntó a sus jugadores en el descanso si habían pactado algo. Estos lo negaron.
En el fútbol español salen a la luz otros casos como las bonificaciones a terceros equipos para que le ganen a un rival, o, en ocasiones, pagos al equipo contrario para que se deje ganar. Los implicados, de manera lógica, no lo reconocen porque incurren en un grave delito.
El fútbol es el deporte que más dinero mueve en Europa. Los escándalos relacionados con el llamado «deporte rey» comienzan a ser tan preocupantes como frecuentes. El árbitro, figura decisiva en el transcurso de un partido, se convierte en un objetivo de las mafias. Con sus decisiones, favorece al equipo que en el partido en cuestión tiene menos posibilidades de ganar, según las cuotas de las casas de apuestas. De esta manera, el botín conseguido es mayor, con una inversión reducida, a repartir entre el propio árbitro y la mafia. Ya sea con un penalti, la no señalización de un fuera de juego o cualquier otra decisión.
Pero quizá sean más graves aquellos casos donde son los propios futbolistas los implicados, gente que ha dedicado su juventud a ese deporte y cuyos valores se ven corrompidos por unos fajos de billetes. Una lacra para un deporte que pasó a convertirse en un espectáculo televisivo de masas. Un cabaret de coches deportivos, tatuajes imposibles y que convierte en millonarios a personas que no han golpeado un balón jamás. (Fuente: Javier García Ropero, 04 Diciembre 2009).
En Italia, la descomposición del llamado «calcio», la liga de fútbol de ese país, es profunda, como veremos. En Inglaterra los futbolistas se endeudan con los corredores de apuestas por centenares de miles de dólares, apostando al resultado de partidos, una práctica que es ilegal en otros países. Se multiplican en varios países los escándalos de falsificación de balances, malversación de fondos, entrega de partidos, manipulación de periodistas y funcionarios, campañas de amenazas contra árbitros poco complacientes, limpieza de capitales, corrupción de los arbitrajes, brutal mercadeo de jugadores jóvenes que en algunos casos equivale a tráfico de esclavos, mordidas descaradas en la compraventa.
Difícil saber dónde acabará el último escándalo del fútbol italiano. A mediados de 2011 se informó que la investigación de la fiscalía de Cremona sobre las apuestas y amaños de partidos seguía creciendo, y afectaba a 30 ex jugadores, futbolistas en activo y directivos. Las primeras declaraciones judiciales de algunos de los 16 imputados han involucrado a profesionales y equipos de Primera División. Fiorentina-Roma (2-2), Lecce-Cagliari (3-3) y Génova-Cagliari (4-2) están bajo sospecha. Según los testigos, la red de apostadores ilegal sabía que serían partidos over, es decir que acabarían con más de tres goles.
El mercado estatal de las apuestas deportivas facturó en Italia más de 4.500 millones de euros en 2010, según datos del organismo regulador, la Administración Autónoma de los Monopolios del Estado (AAMS). Pero a eso habría que añadir el dinero que los italianos se juegan en las casas de apuestas internacionales.
En Italia, el tipo de apuesta que más creció en la temporada de 2011 fue la modalidad en directo, que permite apostar sobre la marcha, mientras el partido está en juego, y que resulta especialmente rentable cuando hay remontadas inesperadas.
Los datos de 2011 revelan que la región de Lombardía es la segunda del país donde más se juega: 148 millones entre enero y abril. Y que la primera es Campania, con 219 millones en el mismo periodo. De hecho, los fiscales de Nápoles, los mismos que destaparon el escándalo de la compraventa de árbitros conocido como Calciopolis y que mandó a la Juventus a Segunda División, están indagando tres partidos jugados por el Nápoles en la última temporada. El fiscal Giandomenico Lepore ha dicho que, según su información, «el Nápoles no está de momento implicado». Pero ha añadido que «desde que existen las apuestas, el crimen organizado, que tiene buen olfato, ha intentado explotar ese negocio«. Lepore ha concluido: «Estamos solo al principio de la investigación, pero pienso que descubriremos muchas cosas«.
Entre otros indicios que maneja la magistratura, está la visita del futbolista Mario Balotelli al barrio de Scampia, el año pasado, acompañado por dos capos camorristas, y unas fotos tomadas durante un Nápoles-Parma, que acabó con una inesperada remontada de los visitantes (2-3), en las que se ve a un hombre al borde del campo detrás de una de las porterías que no debería estar allí. Se trata de Antonio Lo Russo, hijo de Salvatore Lo Russo, un conocido capo de la Camorra.
Beppe Signori, ex delantero del Lazio y de la selección nacional, declaró durante una hora ante los magistrados de Cremona que dirigen la investigación madre. Sus abogados, que han solicitado que le sea revocado el arresto domiciliario, dijeron que Signori contó al juez que le ofrecieron participar en el amaño del Inter-Lecce pero que se negó. Antes fue el turno del dentista Marco Pirani, otro de los 16 imputados, que habló durante siete horas y podría ser enviado a la cárcel si el juez de instrucción acepta la petición del fiscal. Según su relato y el del estanquero (administrador de estancos, monopolio s -especie de concesiones- en la producción o venta de un determinado bien otorgado a menudo a particulares a cambio de un ingreso al fisco) Massimo Erodiani, también acusado, el grupo manejaba incluso una lista de precios fijos. Amañar un partido de primera costaba 300.000, uno de segunda 120.000 y uno de tercera, 50.000.
Otros 50 partidos están en el punto de mira de la Fiscalía de Cremona, que continúa sus investigaciones sobre el escándalo de apuestas que sacude al fútbol italiano .
La empresa austriaca de apuestas «Skysport 365» ofreció presentar a los investigadores una lista con otros 50 partidos de primera, segunda y tercera división del fútbol italiano que podrían haber sido manipulados.
La emisora de televisión de pago Sky Italia criticó la pasividad de la Federación y de las Ligas a la hora de actuar en el escándalo. «Hicieron demasiado poco para recobrar la confianza de los aficionados en la credibilidad del fútbol«, comentó.
El director gerente de Sky Italia, Tom Mockridge, amenazó indirectamente, en una entrevista concedida al diario Il Corriere della Sera, con una reducción del dinero que invierte la cadena en el Calcio. Actualmente, las Ligas reciben todos los años 570 millones de euros (unos 800 millones de dólares) de Sky. Los ingresos totales por los derechos de televisión se elevan a 940 millones de euros (unos 1.300 millones de dólares) anuales.
En diciembre de 2010 se destapó también otro escándalo, esta vez en el fútbol argentino. El hexagonal Sub 20 de Córdoba donde participó la selección peruana dirigida por Gustavo Ferrín , terminó envuelto en un escándalo de apuestas tras un polémico arbitraje en un encuentro entre Argentina y Bolivia. En ese partido, el árbitro húngaro Lengyel Kolos adicionó 12 minutos sin justificación y solo acabó el encuentro tras cobrar un penal que le dio la victoria a la albiceleste por 1-0. Mientras, el técnico boliviano Marco Sandy, le gritaba al banco argentino que erraran el tiro por decencia.
Eso no es todo. La terna arbitral había sido cambiada a último momento por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que también dispuso el cambio sobre la hora del juez de la final entre Argentina y México, que iba a ser Héctor Baldassi.
Según informo el diario La Voz del Interior de Córdoba, fuentes anónimas advirtieron que el partido entre Argentina y Bolivia había estado « claramente amañado » y que habría estado vinculado con el negocio de las apuestas online.
Un apostador citado como fuente por el diario indicó que al principio Argentina pagaba «el 10 por ciento más por cada dólar apostado, lo que significa que para la casas de apuestas existía entre un 85 y 90 por ciento de probabilidades que fuera el ganador«. Pero «en el minuto 85 una victoria albiceleste pagaba 1,5; lo que representaba aún el 70 por ciento de chances de victoria, algo absurdo…Lo normal es tener un 25 por ciento, o menos, mientras se acerca el final del partido…pero mucho dinero había sido puesto en juego esperando una victoria argentina en los minutos finales«, lo que finalmente ocurrió. Según investigó el periódico, en foros de apostadores se detectó que días antes se había alertado sobre un torneo en Argentina «con árbitros ‘fix’ (arreglados )».
El técnico de la selección boliviana Sub 20, Marco Sandy , cuestionó el accionar del árbitro y admitió que en un torneo jugado en su país también ocurrió algo parecido. Fue el 22 de noviembre de 2010 en un encuentro por el tercer puesto entre Bolivia y Paraguay, cuando el árbitro Serge Ilboudo de Burkina Faso, un país con escasa tradición futbolística, dio un penal sobre la hora y Sandy ordenó a su jugador que fallara. «El técnico me ordenó que fallara, y le obedecí. Nos daba vergüenza empatar así«, comentó el jugador Gareca, quien tiró a las manos del arquero.
En torno a los escándalos de corrupción en el fútbol, un documento crítico fue presentado por la Revista Independiente del Deporte Europeo 2006, a las autoridades nacionales, la Comunidad Europea (CE) y la UEFA, el ente rector del fútbol continental. El estudio fue encargado por el ministro de Deportes británico, Richard Caborn, durante la presidencia británica de la Comunidad Europea. El enfoque inicial estuvo concentrado en el fútbol, pero luego se extendió al deporte en general. Las conclusiones han sido interpretadas como un desafío a los grandes clubes y a las autoridades con intereses velados en la discriminación a favor de los poderosos (Fuente: Raúl Fain Binda, Columnista de BBC Mundo).
Un escándalo bastante reciente giró en torno a Mohamed bin Hamman, un qatarí que fue presidente de la Confederación Asiática de Fútbol desde el 1° de agosto de 2002 hasta el 14 de junio de 2011, y miembro del comité ejecutivo de la FIFA de 1906 a 2011, por más de 15 años. El 23 de julio de 2011 bin Hamman fue expulsado de por vida de la FIFA y del fútbol por el Comité de Etica de ese ente rector del fútbol mundial, por su presunta vinculación con un caso de sobornos. Pero la cosa no quedó allí. La organización Transparencia Internacional planteó que la FIFA debería hacer una investigación más a fondo de las denuncias de corrupción. La organización dijo que, para empezar, habría que investigar a otros tres miembros del comité ejecutivo de la FIFA que estuvieron con bin Hammam en Trinidad, en una reunión donde se habría tratado de comprar votos para su candidatura a presidente del organismo rector del fútbol. Transparencia Internacional opinó que también habría que investigar a todos los líderes del fútbol caribeño que recibieron 40.000 dólares para apoyar la candidatura. «Hay que investigarlo todo«, declaró Sylvia Schenk, asesora deportiva de TI: «La reunión esa (de Trinidad), los otros miembros que participaron en esa reunión y todos los delegados«.
Se sospecha que unos 15 delegados de la Unión de Fútbol del Caribe habrían recibido 40.000 dólares por cabeza para apoyar la candidatura de bin Hammam, el único rival que tenía el presidente de la FIFA Joseph Blatter.
Schenk también declaró que «Nunca habrá paz en la FIFA si no hay una investigación independiente… La FIFA tiene que empezar a cambiar su cultura. Los problemas no se acabaron con la suspensión de bin Hammam» Por supuesto que no, pues uno se pregunta ¿qué tanto puede interesar la presidencia de la FIFA para invertir por ella cantidades tan altas? La respuesta es sencilla: el fútbol es con mucho el negocio deportivo más lucrativo que existe a nivel mundial y ser directivo de su ente rector puede significar ingresos multimillonarios, no siempre obtenidos de la manera más idónea o transparente. Invertir en la presidencia de la FIFA es como comprar una mina de oro puro.
Ahora bien, la corrupción en el fútbol no apareció ayer. En 1971, Horst-Gregorio Cañellas, el presidente del club de fútbol Kickers Offenbach de la Bundesliga alemana, destapó la caja de los truenos en un escándalo que sacudió hasta los cimientos al fútbol germano. En su fiesta de 50 cumpleaños, tras la final de la liga que vio descender a su equipo, el dirigente hizo escuchar a la flor y nata del fútbol, y a la prensa, unas grabaciones que contenían pruebas de que por lo menos 18 partidos habían sido arreglados por dinero.
El asunto tuvo cola durante años, 53 jugadores y técnicos fueron llevados a los tribunales y muchos otros fueron amnistiados o cedidos gentilmente al extranjero. La Bundesliga quedó sumida en el descrédito, reflejado en las cifras de espectadores, que cayeron a menos de 18.000 por partido.
Un cuarto de siglo después, el fútbol alemán volvió a ser sacudido por un caso de corrupción en momentos en que los germanos limaban con afán su imagen de cara a la Copa de Confederaciones y al Mundial Alemania 2006.
En el ojo del huracán estuvo el joven Robert Hoyzer, mencionado más arriba, un apuesto y ambicioso árbitro de segunda y tercera división, de meteórica carrera y brillantes perspectivas. Hoyzer, según la denuncia de colegas y pruebas que reunió la Federación Alemana de Fútbol (DFB), arregló mediante decisiones dudosas los resultados de unos cinco partidos de Copa y tercera división a los que había apostado dinero. La primera sospecha surgió en un partido de primera ronda de la Copa, en el que el Hamburgo fue eliminado por 4-2 por el modesto Paderborn, de tercera, con dos polémicos penales cobrados por Hoyzer y la expulsión del campo del delantero hamburgués Emile Mpenza.
Agencias de apuestas alertaron a la DFB que habían sido jugadas sumas inusualmente elevadas en varios locales de Berlín a favor del Paderborn. Las investigaciones de entonces no dieron frutos hasta que cuatro colegas de Hoyzer se decidieron a hablar. Al parecer, el joven árbitro de 25 años había estado ufanándose de lo fácil que era ganar dinero como referí. La revista Stern señaló que el berlinés tenía contactos con la mafia croata, una información que ya maneja la DFB. Es un secreto a voces que el mundo de las apuestas de la capital alemana es controlado por mafiosos croatas.
Hoyzer presentó la renuncia como árbitro y socio del club Hertha Berlín, y tras varios días negando tener algo que ver con las acusaciones, finalmente emitió una nota de prensa reconociéndolo públicamente: «Las acusaciones en mi contra son ciertas en la parte esencial. Hoy entregué todos los documentos y las informaciones que poseo sobre las personas y las cosas relacionadas con este caso, y estoy a disposición de los tribunales y de la DBF para esclarecer totalmente este caso«. Asimismo, se mostró arrepentido por lo hecho y pidió disculpas. «Lamento profundamente mi actitud y pido disculpas a la Federación Alemana, a mis colegas árbitros y a los hinchas de fútbol». Hoyzer, como dijimos, fue finalmente condenado a ir a prisión por 2 años y medio.
Sin duda, las nuevas tecnologías, como Internet, han potenciando la manipulación de partidos y las sumas que se maneja no tienen límites. «Hoy en día se puede apostar a nivel mundial, por ejemplo, a que en el partido de la UEFA (Unión de Federaciones de Fútbol
Europeas y organismo rector del fútbol en Europa) entre Atenas y Tbilisi, los visitantes dominen en el primer tiempo pero Atenas se lleve el triunfo», citaba el Hamburger Abendblatt al futbolista amateur y apostador Dirk Paulsen. Se calcula que en Alemania el negocio de las apuestas movía entre 700 y 800 millones de euros en 2006, de los cuales un 80 por ciento eran en el ámbito del fútbol.
Una de las características más notables de la inmensa corrupción que corroe al fútbol es su relación con el mundo de las mafias organizadas. La relación entre crimen organizado y fútbol «es más profunda y compleja de lo que se pensaba», señaló en 2009 el Grupo de Acción Financiera de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ha investigado el blanqueo de dinero en este deporte, y ha llegado a la conclusión de que los delitos son peores de lo que cabría imaginarse: «tráfico de seres humanos, corrupción, drogas, dopaje y delitos fiscales de todo tipo«.
«El fútbol es el mayor deporte del mundo«, recoge el informe. De 265 millones de jugadores, unos 38 millones eran profesionales y cinco millones eran árbitros en 2006, según fuentes de la FIFA. Alemania (seis millones) Estados Unidos (cuatro) y Brasil (dos) eran los países con más jugadores inscritos en torneos oficiales. España, una de las grandes ligas del mundo, tenía más de 400.000.
En este marco, la OCDE denuncia cómo el fútbol ha pasado de ser «un deporte popular» a convertirse en «una industria global» desde inicios de los noventa por la inversión en derechos televisivos y publicidad corporativa. Una conversión en puro negocio que se complica aún más con la entrada de las casas de apuestas «más allá del control de las autoridades».
Aunque no hay cifras oficiales sobre el dinero que mueve el fútbol, un informe de Deloitte, una agencia internacional de auditoría y asesoría financiera, estima que sólo en Europa generó unos 13.800 millones de euros en 2007. De esta cantidad, 7.200 millones pertenecían a las primeras divisiones de las cinco grandes ligas (España, Italia, Alemania, Inglaterra y Francia).
La OCDE denuncia varias vulnerabilidades dentro del fútbol: es fácil entrar en este negocio; participan en él numerosos intermediarios, desde las televisiones a los agentes de los futbolistas, que gestionan sus relaciones de forma opaca y compleja; los dirigentes «carecen de la profesionalidad de otras empresas»; y la diversidad de estructuras legales que envuelve a este mundillo, desde sociedades anónimas a fundaciones sin fines de lucro.
Ejemplo de ello son las comisiones. Según publicó el diario Marca, el ex presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, y su directiva invirtieron cerca de 320 millones de euros sin incluir unos 24 millones en comisiones por fichajes.
Por su parte, los agentes FIFA operan con otros agentes sin licencia «formando una comunidad cerrada que hace difícil seguir las transacciones operadas por ellos«. No obstante, a ello se suma también el aumento de las empresas que poseen una parte de los derechos sobre el futbolista sin tener relación directa con el fútbol, muchas de ellas «con ramificaciones en paraísos fiscales», lo que hace más difícil desenmarañar la red de pagos.
El informe de la OCDE revela otros detalles. Un palco de fútbol es una golosina para hacer negocios. «El criminal compra una entrada para entrar en la alta sociedad. El fútbol tiene una larga historia de inversiones de ricos o empresas que tuvieron éxito en otros negocios. También hay casos de personas de dudosa reputación que invirtieron en el fútbol y ganaron aceptación social«, explica el informe. A la falta de profesionalidad y regulación se suman miles de millones de euros en constante movimiento entre países y paraísos fiscales, con fichajes pagados con cifras astronómicas basadas en expectativas a corto plazo imposibles de predecir. «Perder un partido tiene consecuencias financieras masivas», agrega el documento.
En cualquier caso, para el empresario metido a presidente no supone un problema. Muchas inversiones en fútbol no buscan más beneficios que la rentabilidad de ganar estatus social, dice la OCDE al citar una veintena de formas de lavar dinero. Una es comprar un club de Tercera e invertir en infraestructuras y jugadores dinero del tráfico de drogas. Al subir el valor del club y la publicidad, el margen vale para blanquear dinero. Otra es directamente utilizar el club como plataforma para ampliar contactos en las altas esferas, algo perfectamente visible en muchos palcos de Primera. Otro ejemplo que cita el informe tiene lugar en Italia, donde se abrieron procesos judiciales en 2006 por la utilización de clubes que salían a Bolsa para lavar dinero y enriquecerse con falsas ofertas de compra (subiendo así las acciones) que luego no se produjeron (con su consecuente desplome).
El informe de la OCDE también recoge cómo los futbolistas son «personas socialmente vulnerables» y denuncia que «si son mal aconsejados, pueden ser fácilmente protagonistas de negocios oscuros».
Por otro lado, el problema del tráfico de jóvenes jugadores comenzó a ser preocupante en algunos países europeos a inicios de los noventa, según el informe. «Las condiciones al reclutar a los jugadores no son nada claras», expresa la OCDE al destacar en especial los fichajes de promesas de América Latina y África. Ejemplo de ello fue la investigación de la Fiscalía Anticorrupción sobre cuatro fichajes del Atlético de Madrid, Maxi, Bernardo Matías, Limamou Mbengue y Muyiwa Lawal, por los que el entonces presidente Jesús Gil pagó 3.100 millones de pesetas.
«La liberalización de los mercados televisivos y la expansión de los canales de pago han contribuido a incrementar el patrimonio de los clubes, los salarios de los jugadores y, en consecuencia, la internacionalización del mercado de jugadores«, recoge el informe de la OCDE, y agrega que «Los factores fiscales también han tenido su parte», y también: «En los últimos años, para un club importante de Reino Unido o España es más barato fichar a un jugador extranjero porque tienen un tratamiento fiscal diferente que el de los residentes temporales» (Fuente: El Mundo, de España).
Otro sonado caso se dio en el fútbol argentino. Según informó la cadena Fox Sport, un ex árbitro dijo que en el fútbol de Argentina abunda la corrupción, y que se compran partidos y campeonatos, y como ejemplo al respecto puso el título que ganó Boca Juniors en el torneo Apertura del 2008. Javier Ruiz, quien ejerció el arbitraje hasta diciembre de 2010, destacó que él mismo estuvo involucrado en varios casos de corrupción y aseguró tener pruebas que confirmarían sus acusaciones: «Hay árbitros que han cobrado hasta en el entretiempo. Esto es un negoción«. Ruiz, de 43 años, quien dijo haber dejado el arbitraje por voluntad propia, reiteró lo que había dicho a fines de 2010, entre otras cosas que el campeonato de Boca en 2008, cuando lo dirigía Carlos Ischia, así como los ascensos de San Martín de Tucumán (2008) y Chacarita Juniors (2009) estuvieron arreglados.
«¿Por qué te pensás que River está peleando el descenso?«, señaló Ruiz. Y él mismo respondió: «Porque los anteriores dirigentes pedían árbitros y no cumplían (no pagaban). Si no pagás (los árbitros) son capaces de no dejarte pasar el mediocampo«.
Ruiz destacó que «hay cuatro o cinco (árbitros en actividad) que arreglaron campeonatos durante años y ahora se preocupan por limpiarse«. Al respecto dijo que el árbitro Pablo Lunati «en cuatro años se puso cinco negocios, tiene una franquicia de 100.000 dólares y un futuro hecho«.
En junio de 2011, 399 eurodiputados presentaron una declaración por escrito donde afirman que la corrupción en el deporte es un grave problema que debería abordarse a nivel europeo. Uno de los firmantes, el europarlamentario popular polaco Tadeusz Zwiefka, denuncia que «el amaño de partidos y las apuestas ilegales matan el espíritu del deporte». El problema va más allá cuando estos delitos presentan vínculos con el crimen organizado, de ahí que la declaración exija a la Comisión una regulación más exhaustiva. » Este problema debe ser abordado a nivel europeo, porque no sólo existe en uno o dos Estados miembros, sino en muchos de ellos » apuntó Zwiefka: » En mi propio país sufrimos grandes problemas de corrupción en el fútbol «.
La declaración que los miembros de la Eurocámara firmaron pretende que se realice un estudio a gran escala sobre los casos de corrupción en el deporte europeo, centrándose especialmente en los posibles vínculos del crimen organizado con las apuestas ilegales, los agentes deportivos, los directivos de los clubes y los propios deportistas.
U n gesto sin precedentes fue el de la dirección del equipo de fútbol Besiktas, que decidió a principios de 2011 devolver la Copa de Turquía ganada ese año hasta que se dirima la investigación sobre el macro-escándalo de los partidos amañados en el fútbol turco, incluida la final copera. Según informaron los medios turcos, la decisión fue tomada por el propio presidente del Besiktas, Yildirim Demirören, ante las recientes detenciones de parte de la cúpula directiva del club y de su entrenador, Tayfur Havutçu, que tomó las riendas del equipo tras la dimisión de Bernd Schuster en marzo. «En el marco de la investigación comenzada el pasado 3 de julio, y aún en curso, uno de nuestros directivos, nuestro entrenador y nuestro director de protocolo han sido arrestados y serán juzgados, los que nos llena de tristeza a toda la comunidad (del Besiktas)«, comunicó la dirección en la web del equipo de Estambul. El 11 de mayo de 2011 se disputó la final de Copa entre el Besiktas y el modesto Istanbul Büyüksehir Belediyespor (Equipo Municipal de Estambul, IBB), que finalizó el tiempo reglamentario en 2-2. En los penaltis, este último equipo se impuso 4-3, alzándose con el trofeo. Sin embargo, la Fiscalía que investiga el escándalo de los partidos amañados durante la pasada temporada, sostiene que la final fue comprada.
De hecho, los dos jugadores del IBB acusados de haber recibido sobornos, los delanteros Ibrahim Akin e Iskender Alin, han reconocido ante la policía haber acordado con el vicepresidente del Besiktas, Serdal Adali, no marcar goles durante la final a cambio del regalo de un caballo valorado en 150.000 dólares. A Ibrahim Akin y a Iskender Alin también se les acusa de haber sido comprados para no marcar en los partidos contra otro club, el Fenerbahçe.
Aunque los casos del fútbol se convierten en emblemáticos por las grandes cantidades de dinero que se manejan en el llamado «deporte rey», otras especialidades no escapan al ciclón del dinero mal habido.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.