Al grito de «Queremos chicha, queremos maíz, ¡Fuera las mineras de nuestro país! diversas organizaciones sociales se dieron cita en apoyo a las mujeres amazónicas; colectivos urbanos que se oponen a la minería, estudiantes, feministas, trabajadores, gente de a pie, el apoyo pasó de las redes a las calles.
«Nuestras voces traen las de miles de seres humanos de los que procedemos y a los que nos debemos. Pero nuestras voces traen también las voces de los árboles milenarios, de las lianas y las flores de la selva, y el perfume. Son nuestras para su supervivencia las voces de las aves, de las fieras y otros seres vivientes, incluyendo las voces de las aguas y la tierra, de las que somos ancestrales cuidadoras»
-María Clara Sharupi (poeta amazónica)
Un recuento obligado
Escribir sobre mujeres amazónicas es escribir sobre mujeres que luchan, han luchado y no dejan de luchar. Es 12 de marzo de 2018, en los anales de la historia de este país, quedará grabado para siempre cómo un presidente dejó en espera durante diez días a decenas de mujeres luchadoras, que vinieron recorriendo un largo camino para que el poder de turno les conceda 30 minutos.
Sí.Fue un 12 de marzo, el sol en Quito fue impositivo como la imposición vertical y violenta que ejerció la policía nacional para desalojar a las mujeres amazónicas, que habían llegado a la plaza grande en una gran marcha.
Un día inolvidable para Lenin Moreno, a esas horas su cabeza -suponemos- pensaba en la entrevista que mantuvo con CNN a propósito de la ceremonia de transmisión de mando en Chile.
El viejo Marx tenía razón «La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa» y aquí estamos otra vez mirando como se lanzan declaraciones antojadizas ante los medios internacionales aseverando que acá se respetan los derechos de la naturaleza.
Las mujeres llegaron a Quito con una sola convicción; entregar el «Mandato de las mujeres amazónicas». Un pliego de veintidós exigencias puntuales en materia de: Derechos Humanos, ambiente, políticas de desarrollo social en la amazonía, fin de actividades petroleras, mineras y madereras, sin olvidar su propuesta de mejoramiento de la calidad de la democracia en Ecuador.
Cuatro días estuvieron resistiendo frente al palacio, como lo han hecho en sus territorios. El apoyo y la solidaridad no se hizo esperar, cada día fue un aprendizaje de intercambios solidarios. Al quinto día sonó un nombre, Juan Sebastián Roldán, secretario particular del presidente Moreno. La presión social, mediática y de redes sociales, parece que llegó hasta Chile y aguaron la cena del presidente quien dispuso a su secretario las reciba al día siguiente.
Tras cinco días las mujeres amazónicas entre ellas: mujeres embarazadas, ancianas, niñas todas en pie de lucha, fueron recibidas por un funcionario del gobierno. La situación estaba decidida, Lenín no las recibiría, y las mujeres también lo tenían claro; el mandato se lo entregan al presidente y a nadie más.
Las mujeres salieron del palacio presidencial, eran las 13:30, como era de esperarse se mantuvieron firmes en sus convicciones. Salieron con una fecha, 22 y no era un turno del IESS (menos mal, si no, no las recibe nunca) era el día en que se había agendado la reunión con el primer mandatario. Un pequeño triunfo que obtuvieron al no ceder la entrega del mandato a cualquier aparecido.
Lo realmente triste es que en el palacio la media docena de funcionarios que circundan al presidente día y noche, no tuvieron la capacidad ni la decencia de informarle que las mujeres amazónicas son precisamente «de la amazonía» razón por la cual no hay un bus, un taxi, avión o helicóptero presidencial que las lleve de inmediato a sus tierras, que hay que cruzar montañas, ríos, selva por días, para regresar a sus hogares y que además es carísimo. En términos reales un vuelo en una avioneta sobrepasa los 300 USD. Ese acto de por sí, despertó el rechazo de buena parte de la sociedad ecuatoriana, que vio en la figura presidencial una persona insensible ante las mujeres que luchan entre otras cosas, por frenar el extractivismo en sus territorios.
22 de marzo, chao festín minero
Al grito de «Queremos chicha, queremos maíz, ¡Fuera las mineras de nuestro país! diversas organizaciones sociales se dieron cita en apoyo a las mujeres amazónicas; colectivos urbanos que se oponen a la minería, estudiantes, feministas, trabajadores, gente de a pie, el apoyo pasó de las redes a las calles.
Nada se improvisó, las marchas partieron de forma organizada desde distintos lugares del país en rechazo a los proyectos mineros. El mensaje al primer mandatario era claro: No más extracción de recursos naturales, fin de las amenazas, persecución y ataques contra defensoras de los derechos ambientales, respeto a los Derechos Humanos y de la naturaleza.
De este encuentro en la Plaza Grande compartimos dos testimonios:
Salomé Arenda, dirigenta de la mujer de Moretecocha
¿Dé dónde es y cómo está la situación en su territorio, desde cuándo está aquí?
Mi nombre es Salomé Arenda, soy de la nacionalidad kichwa, vengo de la comuna Moretecocha, represento a nueve comunidades y estoy aquí luchando por la Amazonia como mujeres amazónicas para que no haya explotaciones petroleras, «minerías» y madereras en mi zona territorial y también hemos estado aquí luchando (para ver) al Presidente para tener diálogo con nuestro mandato que hemos escrito durante meses. Hemos preparado ese mandato en CONFENAI, últimamente nos reunimos las mujeres amazónicas para escribir este mandato y luego hemos acudido a la CONAIE y de la CONAIE a la Plaza Grande para pedir la audiencia al señor Presidente.
Estuvimos cuatro días luchando la anterior semana, y ahora ya hemos logrado que nos de la audiencia para hoy día cinco y media de la tarde y vamos a entrar a conversar con el señor Presidente, tener un diálogo con él, nos ha dado media hora para tener ese diálogo.
¿Solo media hora?
Solo media hora. Estamos tan alegres, por poder proponer nuestras propuestas que hemos venido luchando durante años, por el sufrimiento de la contaminación petrolera que está afectando en la Amazonía a todas las mujeres amazónicas, tanto a los hombres y niños que vienen para el futuro.
La contaminación está terminando con el río, los peces y las tierras agrícolas que tienen las mujeres amazónicas, de la agricultura vivimos nosotros, comemos, nuestro mercado es en el Oriente, la selva amazónica es nuestra vida y está terminando. Aquí está nuestra propuesta, hemos visto todo lo que está sucediendo en la amazonía con la afectación petrolera, hemos venido a luchar y no vamos a dejar de luchar hasta que el Presidente vea esta propuesta y nos apruebe esta propuesta, que vamos a dejar a las cinco y media en manos del Presidente. Sino cumple vamos a continuar luchando todas las mujeres amazónicas de once nacionalidades que estamos aquí y vamos a continuar con la lucha hasta que el Presidente nos dé la solución.
¿Y en los territorios cómo está la gente, que dice?
En los territorios la gente está apoyando bastante, las organizaciones, los pueblos, las comunidades están apoyando bastante a las mujeres amazónicas y si el Presidente no nos acepta este mandato vamos a luchar tanto hombres como mujeres para los próximos años que vienen y vamos a continuar.
¿Qué incluye ese mandato, qué es lo que piden?
Que no firme el Presidente los convenios con las empresas petroleras y que no haya explotaciones petroleras en la Amazonía, y tampoco contratos con empresas mineras y madereras.
………………
Gloria Ushigua, Presidenta de la Asociación de mujeres sápara del Ecuador
¿Si nos puede contar cómo está la situación allá y cómo han emprendido la lucha comunitariamente las mujeres? y si quiere su nombre, su nacionalidad y de qué comunidad viene: Si no quiere por seguridad no lo dice, no hay problema.
No tengo miedo. Ya me enjuiciaron pues, qué más da. Mi nombre es Gloria Ushigua, yo soy de la comunidad Yachamacocha, soy de la asociación de mujeres sáparas, yo soy la presidente de la asociación. A nosotras nos está afectando mucho sobre todo el petróleo. En mi territorio tengo dos bloques 83, 79, pero el ex presidente Rafael Correa ya vendió y recibió economía, por explotar recibió dinero.
Y para mí eso afecta mucho, porque yo soy sápara, están terminando nuestro idioma y nuestra gente con esa explotación. Esa deuda no puede pagarse a gobierno chino, a Andes Petroleum, ellos quieren explotar. Nosotros terminamos mal, no queremos morir por deuda del Estado Ecuatoriano, somos humanos y tenemos derecho, por eso hay derechos humanos para pueblos indígenas, internacional y nacional, nosotros vamos a luchar internacionalmente y de forma local, no vamos a cansar hasta dejar bajo tierra los recursos del territorio sapara.
La mitad de la Amazonía ya está contaminada. La provincia de Pastaza vamos a cuidar, a defender nuestros derechos, porque siempre están consultando a otras personas, achuares, shuaras, kichwas, que no están en mi territorio, a ellos están consultando. Mientras nosotras saparas, somos dueñas de nuestro territorio, eso no es justo, lo que queremos es que se consulte con nosotras para responder nosotras. Nosotras ya miramos lo que le pasa al mundo y algunas comunidades indígenas y como han terminado, no queremos terminar de esa manera, queremos vivir en nuestro territorio donde crecimos nosotras, donde yo crecí. No tengo miedo, aunque me maten, aunque me enjuicien voy a estar al frente.
Crónica de una reunión privada
Son las 17:30 y sesenta mujeres tienen en sus manos los veintidós planteamientos que entregarán a Lenin Moreno, y que responden a un trabajo mancomunado de trescientas mujeres y varios días en asambleas y mesas de trabajo.
Veintidós planteamientos entre los que destacan: La cancelación y anulación del contrato entre el estado y las empresas petroleras, el cierre de las fuentes de contaminación que afectan las riveras de los ríos, la reparación integral ambiental y social, así como el reconocimiento y pago de la deuda ecológica, rechazazo a la construcción de nuevas hidroeléctricas, seguridad y protección a las mujeres lideresas y sus familias, retiro inmediato de militares y cuerpo policíal de sus territorios y otros puntos que puedes llerlo completamente aquí. Link PDF
El salón de banquetes fue el espacio indicado para recibirlas, tras el respectivo trámite obligatorio que implicó constatar si en verdad son las personas de la «lista única» que tenía la presidencia, una voz dijo «sigan, sigan por favor» era un funcionario que improvisaba como encargado de protocolo.
No conforme con hacerles esperar varios días, se les hizo esperar quince minutos más. Algún edecán se acercó, pensando que si antecede la palabra por favor, las cosas son menos impositivas. «Les vamos a pedir un favor especial, -la voz seria y altisonante se hacía escuchar- esta es una reunión privada, no se va ha poder grabar nada señores, les digo de antemano, cualquier toma (se refiere a cualquier registro, sea fotográfico, audio, video) se remiten con la prensa oficial del palacio, si no el teléfono se quedará afuera» O sea las políticas de comunicación que instauró el correísmo de forma unidireccional siguen intactas.
La reunión con el presidente Lenín Moreno finalizó, seguramente para él y para su gabinete se trató de un acto protocolario, uno más de los que tiene que cumplir en su agenda a diario, sin embargo, las mujeres pertenecientes a las seis provincias de la región amazónica tenían claro algo y al salir de la reunión lo manifestaron enfáticamente: ¡Hoy hemos sido escuchadas, pero de no existir voluntad política para aplicar el mandato que se ha entregado regresaremos a Quito para realizar marchas y plantones!
En otras palabras las mujeres amazónicas una vez más nos dejan enseñanzas, el espacio público como elemento de lucha, se disputa, no se abandona ni se relega.
Con la Amazonía y los derechos de la naturaleza no se juega.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.