Es muy sospechoso que Jaime Nebot exhiba encuestas donde no incluye a Lenín Moreno y que cuando las comenta hable de la posibilidad de que en segunda vuelta su candidata, (otra vez) Cynthia Viteri, pueda ganar al postulante del Movimiento Alianza PAIS (AP). Lo que no es para nada sospechoso es que haya roto una […]
Es muy sospechoso que Jaime Nebot exhiba encuestas donde no incluye a Lenín Moreno y que cuando las comenta hable de la posibilidad de que en segunda vuelta su candidata, (otra vez) Cynthia Viteri, pueda ganar al postulante del Movimiento Alianza PAIS (AP).
Lo que no es para nada sospechoso es que haya roto una supuesta unidad con grupos y personas tan dispares como Paúl Carrasco o Marcelino Chumpi. Si experiencias de este tipo buscamos bien podrían hablar los demócrata-cristianos (Osvaldo Hurtado); los de CREO (Guillermo Lasso), y, por qué no, los miembros de Sociedad Patriótica (Lucio Gutiérrez).
A todos, en su tiempo, convocó, abrazó, felicitó y abrigó. Incluso, les deseó futuros promisorios y hasta llegó a hacer acuerdos que nunca fructificaron con ellos.
Si alguna duda cabe, revisemos la historia de las últimas dos décadas, o desde que dejó el poder León Febres-Cordero, y comprobemos el comportamiento político de Nebot. No olvidemos que fue él quien creó el movimiento Madera de Guerrero para tomar distancia de su propio partido, el PSC. ¿O no? Entonces, no hay que molestarse con la decisión tomada ahora.
Al contrario, aquellos que tienen plena responsabilidad deben admitir que creyeron que uniéndose a Nebot abrazarían la posibilidad, juntando el agua y el aceite, de «derrotar el correísmo». O también aceptar que pensaron (Chumpi, Carrasco o el mismo Ramiro González) que con los años Nebot había apaciguado los ánimos, dejado el «centralismo» de su quehacer y desprendido de las diferencias ideológicas en función de un objetivo mayor. Pero la realidad y la historia son necias.
Nebot sabe que Viteri no posee todavía la base suficiente para disputar una segunda vuelta, por más que las primeras encuestas indiquen que tiene un leve crecimiento. Él quiere (es la tradición socialcristiana) gobernar desde la Legislatura y no quemarse en el gobierno como lo hizo todos estos años. Y no hay que dudar de que existe algo de fondo entre Guillermo Lasso y él.
Algún día sabremos hasta dónde la diferencia de fondo impide una alianza entre los bloques de derecha. Lo que viene ahora es saber quién acompañará en la papeleta a Viteri, bajo la bendición o el veto de Nebot. ¿Será que las visitas de algunos empresarios quiteños a la casa u oficina de Nebot darán resultado? ¿Por qué se menciona en ciertos círculos el nombre de Esteban Paz? ¿Lasso alejó de su entorno a Andrés Páez y este hace hasta lo imposible por recibir la venia de Nebot y acompañar a Viteri? ¿Habrá un binomio femenino en el que Lourdes Tibán ocupe el lugar donde siempre debió estar? La ‘Unidad’ nació dividida porque ni Mauricio Rodas tuvo el talante para ponerse el proyecto al hombro, ni Nebot lo vio como un ‘fajado’ para estas lides tras la llamada telefónica en que lo invitó a salir a las calles el año pasado.
Y no deja de ser cierto lo que dice Ramsés Torres: esa ‘Unidad’ solo tuvo sentido para articular acciones desestabilizadoras donde muchos pensaron que podían pescar a río revuelto, desconociendo o ignorando la nueva realidad política de Ecuador tras 10 años de un proceso distinto al que Nebot vivió en sus mejores años, donde imponía a Carondelet sus designios y los de sus allegados.
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