Por si acaso alguno de los millones de lectores, cero arriba cero abajo, que tiene mi blog www.cronopiando.com, dispone de un espléndido capital económico y anda a la búsqueda de un proyecto que le permita multiplicarlo, voy a ofrecerle una infalible idea que, sólo porque mi solvencia económica, cero arriba cero abajo, todavía no me […]
Por si acaso alguno de los millones de lectores, cero arriba cero abajo, que tiene mi blog www.cronopiando.com, dispone de un espléndido capital económico y anda a la búsqueda de un proyecto que le permita multiplicarlo, voy a ofrecerle una infalible idea que, sólo porque mi solvencia económica, cero arriba cero abajo, todavía no me lo permite, prefiero cedérsela de manera altruista: editar un periódico deportivo.
Me consta que no va a faltar quien piense que no soplan buenos tiempos para la prensa de papel y que el mercado ya está suficientemente atendido con varios periódicos deportivos entre los cuales, Marca, pasa por ser el periódico de mayor circulación en el estado español.
Sin embargo, insisto en la idoneidad de mi proyecto a partir de tres hechos irrefutables. El primero es considerar el inmenso número de aficionados con que cuenta el deporte y, específicamente, el fútbol.
El segundo hecho es constatar que, no obstante la existencia de varios periódicos deportivos e, incluso, sus buenas ventas, todos están cortados por el mismo patrón y la única diferencia que aportan a sus lectores, con la salvedad de su apego a Real Madrid o Barcelona, es su nombre.
El tercer argumento que esgrimo para asegurar el éxito de la empresa es el hecho de que no toda la millonaria nómina de aficionados con que cuenta la prensa deportiva es idiota.
De hecho, es incalculable, cero arriba cero abajo, la cantidad de aficionados al deporte y al fútbol que no sólo conservamos neuronas sino que, incluso, las tenemos en funcionamiento. Aficionados que no compramos Marca, ni As, ni Mundo Deportivo, por citar tres casos, pero que sí seríamos consumidores de una prensa deportiva pensada para personas provistas de cerebro, ecuánimes, racionales.
Si alguien cree que exagero cuando llamo imbéciles a buena parte de los abonados a esos medios (aclaro que no más estúpidos que los que insisten en la lectura de El País, El Mundo, La Razón o similares) sólo tendría que echar un vistazo a las opiniones de los lectores que acompañan las noticias en sus ediciones por Internet para entender hasta qué punto estoy siendo generoso cuando sólo los tildo de idiotas. Y si para muestra basta un botón, les sugiero las opiniones que se reproducen como consecuencia del llamado a la huelga de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) en las páginas de los citados periódicos deportivos.
Somos millones de aficionados al deporte, y no voy a insistir más en lo de cero arriba cero abajo, que desearíamos erradicar de la prensa deportiva las noticias taurinas, por ejemplo; los burdos reclamos sexuales, tan habituales como machistas; los insistentes rumores de fichajes infalibles que, sin ir más lejos, han convertido al Real Madrid en el club con la plantilla más numerosa del mundo; las tópicas entrevistas y declaraciones que reiteran hasta el aburrimiento la insipidez del entrevistado y la vacuidad del periodista; los absurdos rellenos a los que se apela para poder dar cabida a un nuevo anuncio; el nauseabundo culto a la imagen de dos o tres galácticos en calzoncillos; el tufo derechista que destilan sus páginas; el chovinismo en que se mueven todos esos medios…
Somos millones, y no voy a decir cuantos, a los que nos encantaría leer las crónicas futbolísticas, por citar un autor, de Eduardo Galeano; saber qué es lo que pasa en esas divisiones inferiores que no sean, en el mejor de los casos, los simples resultados; qué hay de esos otros deportes excluidos, desaparecidos de los periódicos deportivos; qué pasa, por ejemplo, con el desarraigo familiar y social entre los deportistas profesionales; qué intereses económicos se mueven en las sombras de algunos clubes; que persiguen, realmente, tantos dirigentes deportivos desde su pretendida entrega y altruismo; porqué la recurrencia a las drogas en el mundo deportivo profesional…
Las páginas de los medios deportivos están llenas de ruido y hay público que pagaría por escuchar voces.
Ese es el negocio que propongo.
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