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Niñato, la lírica de las cosas pequeñas

Fuentes: Rebelión

El 15 de noviembre, la 59 edición de ZINEBI, Festival internacional de cine documental y cortometraje de Bilbao, acogió el estreno en el País Vasco de Niñato, de Adrián Orr. La película es una narración, simple, pero muy laboriosa, elaborada y sincera. Un retrato de familia cosido a retales, a leves pinceladas. El retrato de […]

El 15 de noviembre, la 59 edición de ZINEBI, Festival internacional de cine documental y cortometraje de Bilbao, acogió el estreno en el País Vasco de Niñato, de Adrián Orr. La película es una narración, simple, pero muy laboriosa, elaborada y sincera. Un retrato de familia cosido a retales, a leves pinceladas. El retrato de una familia que, en las buenas y en las malas, está ahí. Dentro del largo periplo de Niñato por festivales de cine de América y Europa (cabe destacar el haber sido elegida «Mejor película» en el Bafici de Buenos Aires, el FICQ de Quito y en SEFF de Sevilla), el 15 de noviembre le tocó el turno a ZINEBI.

Con el Niñato, de eje, el amigo de la adolescencia de este, Adrián Orr, cuenta la historia de una familia de Madrid, los Ransanz. Una familia que sufre el desempleo, la precariedad, pero no baja la guardia y ante las dificultades hace piña. Se tienen unos a otros. Tres generaciones: desde Auri, la abuela, a los niños, Luna, Mía y Oro, pasando por el Niñato y su hermana.

Una historia simple, sin recovecos; una película diáfana, no críptica. Pero, a su vez, como, nos señala su protagonista, el Niñato, abrumado por la acogida que la película está teniendo en los festivales donde se ha exhibido, es «Una apuesta muy diferente».

No hay parlamentos explícitos ni largos diálogos: Orr va tejiendo el retrato a base de la sutil reiteración de momentos, de situaciones, de amanecer y acostarse. Todo ello salpicado por otros momentos del día a día, de la noche a noche: pinceladas de pocos minutos, de segundos; primeros y medios planos, desnudos, sin música; pausas, silencios, breves diálogos, dibujos y palabras pintados en la pared, discos, libros y videos en las estanterías. Así van desfilando amores, anhelos, solidaridades y pasiones. Prueba de lo dicho es que en una película donde el protagonista es un cantante de rap, y más allá de que la cinta comience con él sobre un escenario, esto solo se deduce de comentarios, del Niñato distribuyendo CDs de su banda, Clan Lírica Salvaje, o de las rimas que comparte con su sobrino Oro.

Esta forma de narrar, mediante flashes, mediante la repetición de rutinas cotidianas la emparenta, en mi opinión, a la palestina «Divine Intervention» (Elia Suleiman, 2002).

Como decíamos, parece una historia simple, pero Adrián Orr empleó seis años en la filmación de este trabajo e, imagino, que el montaje también le habrá ocupado su tiempo. Parece simple, pero oculta una elaborada y laboriosa obra de orfebrería. Obra que, por otra parte, toca temas y valores universales, presentándolos, además con un lenguaje universal, como demuestra la aceptación que está teniendo en los festivales de ciudades con culturas tan diferentes como Barcelona, Antofagasta, Buenos Aires, Sarajevo, Sao Paulo o Quito.

 

Ficha técnica:

País de producción: ESPAÑA, 2017
Duración (min): 72
Género: No ficción.
Reparto: David, Oro, Mia y Luna Ransanz. Aurea Reyes y Ester Blanco.
Dirección/Guión/Fotografía: Adrián Orr
Producida por:Adrián Orr PC y New Folder Studio
Producción ejecutiva: Hugo Herrera
Montaje: Ana Pfaff
Etalonaje: Cayetano Martín
Composición Digital: Gonzalo Cort
Montaje y mezclas de Sonido: Eduardo Castro
Traducción y Subtítulos: Ernesto Rubio y Adán Barajas

 

Web de la película: http://thenewfolder.es/ninato/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.