Hay total normalidad en las calles de Venezuela y los millones de supuestos adherentes al golpe de EEUU y su escudero Juan Guidó no aparecen sino en los titulares de los grandes medios hegemónicos y en el bombardeo de los fake-news por las redes sociales, mientras la diplomacia de Washington y la Unión Europea cosechan […]
Hay total normalidad en las calles de Venezuela y los millones de supuestos adherentes al golpe de EEUU y su escudero Juan Guidó no aparecen sino en los titulares de los grandes medios hegemónicos y en el bombardeo de los fake-news por las redes sociales, mientras la diplomacia de Washington y la Unión Europea cosechan fracaso tras fracaso.
Pero sí los que pasean por las calles de las principales ciudades venezolanas son los fantasmas de Irak, Libia y Siria. Según el periodista mexicano Luis Hernández Navarro, son el espejo en el que líderes políticos y sociales venezolanos se miran y ven a su país, la referencia obligada para analizar las amenazas de intervención militar por parte del presidente estadounidense Donald Trump y sus cómplices.
Washington optó por el caos total, por destruir a la nación, convencido que nada puede esperar de las «fuerzas» opositoras. Por ello trata de estrangular al país financiera y económicamente, e impedir que se consigan medicinas y alimentos. Por eso, en 2015 Estados Unidos -con Barack Obama en el gobierno- declaró a Venezuela una amenaza inusual y que en el país hay una crisis humanitaria y que se requiere ayuda humanitaria,
Es el prolegómeno de una nueva intervención militar, al estilo de la masacre en Panamá en 1989, con la excusa de desalojar a Manuel Noriega, o como la invasión genocida a Libia e Irak, desatando una tormenta en el Caribe (donde no hay desiertos), o una intervención similar a la más reciente del escenario sirio
Y por ello plantean tres puntos de recolección de medicinas y alimentos de la publicitada «ayuda alimentaria». La meta es deteriorar las condiciones de vida de la población de tal forma que podría precipitarse una rebelión popular y el resquebrajamiento de la unidad militar, con lo la fuerza multilateral (tras la que se escudan las tropas estadounidenses) estaría en posibilidades de entrar en Venezuela. La duda es si podrán hacerlo.
Para lograrlo los altos mandos castrenses estadounidenes han viajado a Colombia y Brasil. Los puntos de entrada posibles son las fronteriza ciudad colombiana de Cúcuta, en la frontera sur de Venezuela con Brasil (Roraima) o en el noriente desde las islas de Curazao o Aruba, lo que permitiría accionar desde la región nororiental.
Los delirios de dominación planetaria, que no solo son de Trump, incluyó en los últimos años en nuestra región una variedad de quiebres constitucionales (Zelaya, Lugo, Dilma Rousseff), terror financiero, acciones encubiertas, ejércitos mercenarios, invasiones, asesinato político o magnicidio. Incluso Guaidó anunció que la coalición bipartidista estadounidense que lo apoya estaría dispuesta a solicitar y autorizar el ingreso de «una fuerza internacional para restituir el orden constitucional» en Venezuela y «proteger la vida de nuestros ciudadanos».
Cualquier guerra global no tendría asidero sin el control de materias primas, y América latina es rica en níquel, litio, cobre, petróleo, gas, y aun tiene una plutocracia y elite política sumisa a las órdenes de Washington, que le cubre las espaldas, convirtiéndose en ejecutores materiales del golpe de Estado.
El economista Marcos Roitman señala que si el triunfo inesperado de las izquierdas pone en entredicho su control, el dispositivo entra en liza. Sociedades dependientes tecnológica, militar e industrialmente con 70% de las importaciones provenientes de EEUU, son un blanco fácil. Estrangular la economía, provocar desabastecimiento, mercado negro e inflación es tarea simple.
Basta con pedir el pago por adelantado de las importaciones para vaciar las arcas públicas y provocar una crisis inflacionaria. Asimismo, patrocinar el abandono de multinacionales del territorio y cerrar sus filiales acaba desangrando la economía. La falta de repuestos, productos de primera necesidad, pasta de dientes, jabón, papel higiénico, medicamentos antes en abundancia, desaparecen del mercado. Y aparce l llamamiento a las fuerzas armadas al golpe restaurador.
Hay diferencias con golpes anteriores, ya que hoy el factor exterior se estrena como determinante y articulador del golpe de Estado. Países extranjeros y un personaje irrelevante y desconocido es proclamado presidente interino. Sin control del territorio, sociedad a la cual gobernar, instituciones a la cual administrar, ni las fuerzas armadas, en definitiva sin poder, es elevado a la presidencia.
Hoy, en Venezuela, no se trata de derrocar un gobierno legítimo, sino desintegrar el país para que EEUU pueda seguir soñando con el control del mundo, cuyas miras están en China, el gigante asiático que le amenaza.
En esta guerra de quinta generación, la mentira, la manipulación informativa, los factores emocionales y sicológicos cobran un papel fundamental para crear un imaginario colectivo de hacer creer que hay un poder dual. Pero héte aquí que ni la Organización de Estados Americanos ni la Unión Europea han logrado la unidad para ratificar al golpista. Sólo 16 de sus 34 miembros apoyan el discurso del nefasto procónsul Luis Almagro desde la OEA.
Roitman recuerda decenas de asesinatos políticos (más de 200 en 2014 y 2017 años del terror callejero), entre cuyos responsables se encuentra Leopoldo López. En la «alianza» golpista mundial están la socialdemocracia, liberales, conservadores y el complejo industrial-financiero-militar, para nada interesados en el diálogo, la paz, ni las elecciones. El punto de inflexión fue el rechazo -por órdenes de Washington- a firmar los acuerdos para configurar un calendario de diálogo y elecciones entre gobierno y la oposición (MUD) celebrado en República Dominicana.
Maduro señaló que la crisis humanitaria que se proclama por los medios masivos de (des)información, es una farsa. «Venezuela tiene problemas, como cualquier otro país. Es más, en algunos casos no tenemos algunos problemas que tienen países donde gobierna el neoliberalismo. Pero todo el montaje de la crisis humanitaria viene del Comando Sur de Estados Unidos desde el año 2014. ¿Para qué endilgarnos una crisis humanitaria fabricada a nivel mediático? Para justificar una ‘intervención humanitaria’, entre comillas», añadió.
Faller señaló que su máxima preocupación es Venezuela, donde «el ilegítimo gobierno de Maduro mata de hambre a su pueblo usando los alimentos como armas, mientras generales corruptos son recompensados con dinero del tráfico ilegal de drogas, recurso del petróleo y negocios, todo a expensas de la población y los militares de tropa». Añadió que estados externos están expandiendo su influencia en el hemisferio occidental.
«Con Rusia, todo es posible. La estrategia de defensa nacional destaca la competencia con Rusia y China específicamente como áreas de enfoque. Realmente nos hemos alineado y hemos pensado mucho, planeado y dotado de recursos para eso. Aunque diferentes casos: China es una potencia económica en ascenso, y tiene un interés económico y comercial legítimo en todo el mundo. Sin embargo, no siguen las reglas», señaló.
Rusia, por otro lado, es casi, ya sabes, es un oso herido que está simplemente atacando, y no podía predecir lo que hará, y no querría hacerlo. Hemos visto lo que han hecho, y creo que tenemos que estar preparados para lo que pueda suceder en el futuro, dijo a la periodista Carla Babb de la Voz de América, el servicio de radio y televisión internacional del gobierno de los Estados Unidos.
Siguiendo con su discurso de los años 1990, dijo que hay algunos ejemplos evidentes de países que no son democracias, como Cuba, Venezuela, Nicaragua para nombrar los tres ejemplos más evidentes, «y lo que hay en común en estos casos es la influencia de Rusia, Cuba y, en cierta medida, China, y por lo tanto la importancia de la democracia y la importancia de mi papel, apoyando a nuestros diplomáticos, hablamos de la diplomacia de diez centavos, información, militar y económica».
Maduro afirmó que el planteado por los jerarcas estadounidenses es un esquema de interpretación propio de la guerra fría, en donde todos los conflictos parecían tener detrás la confrontación entre la Unión Soviética y EE.UU.
«El conflicto venezolano tiene 200 años. Existe antes de que existiera la Unión Soviética o la Federación Rusa, o de que existiera la República Popular China. Viene desde (el libertador Simón) Bolívar», afirmó: «Es el conflicto entre las ideas independentistas de libertad y soberanía de nuestros libertadores versus las ideas imperialistas», dijo en entrevista con el diario La Jornada de México.
Faller trató de explicar su arroz con mango ( combinación que resulta incongruente, según los caribeños): Cuando miras a donde todo converge, especialmente Cuba y Rusia, aquí hay un juego largo que es muy importante. Tenemos que estar presentes en el campo para jugar ese juego, para hacer una analogía deportiva, dijo el almirante a la periodista de la Voz de América.
«He estado en Colombia – socios maravillosos, muy dispuestos. Tenemos muy buenas iniciativas en la dimensión de militares a militares y esta semana iré a Brasil, donde buscaremos desarrollar esa asociación y fortalecerla aún más», dijo.
La periodista le señaló (información falsa, también) que hay una ruta que Venezuela había bloqueado y que Colombia esperaba utilizar para la ayuda humanitaria. ¿Ha pedido su homólogo colombiano asistencia potencial si eso continúa bloqueado?, le preguntó al comandante que corroboró «el abyecto sufrimiento del pueblo venezolano» desde el buque hospital Comfort de la Marina de EEUU, en alta mar.
«La firme respuesta fue que Colombia tiene una fuerza de seguridad extremadamente capaz, una fuerza militar y un gobierno democrático que respetamos y que están trabajando muy duro para aliviar la situación. (…) Estuve cerca de la frontera en el USNS Comfort y vi de primera mano el abyecto sufrimiento del pueblo venezolano. Por eso, apoyamos a USAID y nuestros esfuerzos liderados por el Departamento de Estado, y a Colombia, y si es necesario, trabajaremos arduamente para concentrarnos en eso», dijo sin sonrojarse.
Y Faller dio más detalles: Si ponemos atención en el mapa y observamos dónde están invirtiendo China y Rusia, ya hemos hablado de Nicaragua, Cuba y Venezuela. En Nicaragua, Rusia tiene un centro de lucha contra el terrorismo y el crimen organizado que realmente, opino, tiene motivos cuestionables. Y están invitando a socios para educarlos. No he asistido al curso, ni lo haré nunca. No conozco el valor de esa educación, y estoy seguro de que no está a la par con la de EE.UU. No sé qué otros propósitos podría tener ese centro, y estoy seguro de que no son todos propósitos ingenuos y benignos. Así que ese es un ejemplo.
«Y luego mira el mapa de donde China está invirtiendo en importaciones. A ambos lados del Canal de Panamá, y la infraestructura tecnológica relacionada con Panamá y el Canal de Panamá son un par de áreas de preocupación. Y luego, más abajo, hay algunas inversiones en algunas estaciones espaciales estratégicas y otras», como Argentina, exactamente.
Siguiendo el libreto, la periodista lo insta a hablar sobre Irán y sobre las declaraciones del secretario de Estado Mike Pompeo sobre la presencia de células activas del Hezbolá libanés en Venezuela. Faller le respondió que el brazo largo del crimen iraní está en todas partes del mundo y su sustituto, el Hezbolá libanés, está justo al final de ese brazo (…) «Al secretario de Estado, le tengo el mayor respeto, él dice la verdad con energía», agregó.
«Están en nuestro vecindario, tan conectado culturalmente: valores, principios democráticos, por tierra, mar, espacio, ciberespacio, por lo que cada vez que sus amenazas están tan cerca, las amenazas para nuestros vecinos nos afectan aquí en casa», señaló el amirante, quien apurado por la periodista ara que mencionara las posibles amenazas de Hezbolá en América Latina y el Caribe. «¿Los ha visto tratando de calentar el ambiente y recaudar fondos?, le preguntó.
Faller, un observador de cercanías, señaló: «Hay una conexión de recaudación de fondos con el Hezbolá libanés que se utiliza en algunas de las regiones de Sudamérica, la región de la triple frontera, como se llama en Brasil y Paraguay, y lo hemos observado muy de cerca».
Mientras, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China mostró su apoyo para encontrar una solución pacífica a la situación que vive Venezuela. «Los asuntos de Venezuela deben ser resueltos por su pueblo en el marco de la Constitución y la ley a través de un diálogo pacífico y la vía política».
En un comunicado divulgado a última hora del viernes la portavoz de Exteriores, Hua Chunying, señaló que «solo de esta manera se puede lograr la paz y la estabilidad a largo plazo en Venezuela».
Álvaro Verzi Rangel: Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.