México se consolida en los mercados del cine mundial gracias a una camada de jóvenes y exitosos directores, fotógrafos, actores y actrices, mientras en casa sus compañeros de oficio siguen conquistando festivales y público, aunque menos que en el pasado. El país vive un buen momento en los mercados de cine de la mano de […]
México se consolida en los mercados del cine mundial gracias a una camada de jóvenes y exitosos directores, fotógrafos, actores y actrices, mientras en casa sus compañeros de oficio siguen conquistando festivales y público, aunque menos que en el pasado. El país vive un buen momento en los mercados de cine de la mano de gente talentosa y joven, lo que ha revivido el interés de empresarios por contratar a personal mexicano y a filmar en el país, dijo a IPS el crítico Rey Ojeda.
Los nombres y rostros de los actores Diego Luna y Gael García y de la actriz Salma Hayek, cuyas edades oscilan entre los 25 y 38 años, aparecieron el último año de forma repetida en los mercados cinematográficos de Estados Unidos, España y varios países de América Latina.
Por ejemplo, la película «Mala educación», del español Pedro Almodóvar, que tiene como protagonista a García, de 26 años, fue considerada por críticos de Estados Unidos como una de las mejores de 2004.
Detrás de las cámaras brillaron directores como Alfonso Cuarón, de 43 años, que en 2004 dirigió la exitosa «Harry Potter y el prisionero de Azkaban», y el fotógrafo Rodrigo Prieto, de 39 años, asumió la responsabilidad de encuadrar las imágenes de la cinta «Alexander», del director estadounidense Oliver Stone.
Otro director mexicano que cobró fama fue Alejandro González Iñárritu, de 41 años, quien filmó para una empresa de Hollywood «21 Gramos», exitosa película donde actúan los laureados Sean Penn y Benicio del Toro.
La lista se alarga con otros actores y directores mexicanos que brillan en el mercado cinematográfico.
Entre ellos están Emmanuel Lubezki, de 40 años, quien ha sido dos veces nominado a los premios Oscar por dirección de fotografía en cintas producidas en Hollywood como «A Little Princess» y «Sleepy Hollow».
Otro bien ubicado es Xavier Pérez-Grobet, de 40 años, fotógrafo a cargo de las imágenes de «The Woodsman», protagonizada por el actor estadounidense Kevin Bacon y estrenada a fines de 2004.
El director mexicano Guillermo del Toro de 40 años, ha sido el responsable de grandes producciones de terror estadounidenses como «Blade», «El espinazo del Diablo» y «Hellboy».
«Es un hecho que el cine mexicano ha ganado terreno en los últimos años gracias al papel desplegado por una nueva generación de actores y directores», señaló Ojeda.
El sector afrontó en los últimos 11 años una severa crisis por falta de financiamiento, a tal punto que en 1995 los críticos lo declararon muerto.
Pero el trabajo sostenido y exitoso de cineastas que ganaron galardones en festivales internacionales y lograron recaudaciones millonarias en México atrajo la mirada de productores, y con ella el dinero para nuevos proyectos, que dieron impulso y fama a artistas y directores locales.
Ojeda cree que la presencia de la nueva generación de cineastas influye en las invitaciones para presentar cintas locales en festivales internacionales, y en la aceptación que tienen las películas nacionales entre el público local.
El año pasado se exhibieron 565 películas mexicanas en 200 festivales de cine realizados en el mundo, y en 2003 se habían exhibido en 381 festivales.
«Nos hemos damos cuenta que los festivales ponen al cine mexicano realmente en un escaparate mundial, que lo valoran muchísimo», señaló Guadalupe Ferrer, directora de Promoción Cultural del estatal Instituto Mexicano de Cinematografía (IMC).
Para apuntalar la imagen de la producción nacional, autoridades culturales organizaron una muestra itinerante de cine mexicano. La primera presentación se hizo en Nueva York en noviembre, y la gira seguirá hasta septiembre en otras ciudades de Estados Unidos y Europa.
En 2004 se estrenaron 17 películas mexicanas. Seis de ellas, que fueron auspiciadas por el IMC, convocaron a 4,7 millones de espectadores. Las 11 restantes, apoyadas por empresarios locales y extranjeros, fueron vistas por 2,9 millones de personas.
La suma de algo menos de ocho millones de espectadores quedó muy debajo de los 14,7 millones de mexicanos que vieron películas nacionales en 2002, el mejor año en la materia.
Las cintas estrenadas en 2004 fueron «Tiempo real», «Siete mujeres, un homosexual y Carlos», «Las lloronas», «Zapata-el sueño de un héroe», «Fantasías», «Gabriel Orozco», «Matando cabos», «Un día sin mexicanos», «Avisos de ocasión», «Conejo en la Luna», «Mil nubes de paz», «Huapango», «Temporada de patos», «Desnudos», «Mónica y el profesor», «Santos peregrinos» y «Cero y van cuatro».
«Un Día sin Mexicanos», de Sergio Arau, fue la más taquillera de este año, con una recaudación de 5,8 millones de dólares, y la segunda «Matando Cabos», de Alejandro Lozano, que obtuvo 5,4 millones de dólares.
Los cineastas locales se quejan de que el Estado, que entregó alrededor de 18 millones de dólares para financiar cintas nacionales, los apoya poco, y que por tanto no pueden competir con el cine estadounidense, que es el que atrae a la mayor cantidad de espectadores, más de 80 millones en 2004.