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Nuevos proyectores permiten volver al cine al aire libre

Fuentes: The Wall Street Journal

Para aquellas personas que aún los recuerdan, los autocines evocan memorias de noches cálidas al frente de una pantalla gigante. Muchas veces, la película era lo menos importante.Este tipo de cine ha sido víctima del crecimiento de las salas multiplex y los nuevos y sofisticados sistemas de cine para el hogar. Sin embargo, gracias a […]

Para aquellas personas que aún los recuerdan, los autocines evocan memorias de noches cálidas al frente de una pantalla gigante. Muchas veces, la película era lo menos importante.
Este tipo de cine ha sido víctima del crecimiento de las salas multiplex y los nuevos y sofisticados sistemas de cine para el hogar. Sin embargo, gracias a la caída en los precios de los proyectores digitales, que hace unos 10 años se usaban principalmente para presentaciones de Powerpoint, el autocine está experimentando un resurgimiento en Estados Unidos.
Actualmente, estos proyectores digitales pueden adquirirse en tiendas electrónicas por precios que varían desde US$700 hasta miles de dólares para los modelos más modernos de alta definición. También pueden conseguirse aparatos usados por mucho menos en sitios web como eBay o Craigslist.
La primera vez que fui testigo de este nuevo fenómeno fue a principios de este año, cuando en mi barrio de Seattle algunos voluntarios empezaron a proyectar películas para niños en las paredes de locales comerciales. Llamaron a la serie de exhibiciones «Cine en la calle».
Así que decidí recrear la magia de un cine al aire libre. Tomé prestado un proyector digital llamado Play Big IN72, cuyo precio es US$999 y su tamaño es similar a dos cajas de pizza una encima de la otra. Conectar el proyector a mi estéreo, reproductor de DVD y altavoces fue una tarea fácil. Lo más difícil fue acoplar la pantalla usando una sábana blanca y atarla a un lado del cobertizo del jardín.
Invité a varios familiares y vecinos y al atardecer vimos la película The Muppet Show. El cine al aire libre en mi patio fue todo un éxito. Era casi como estar al lado de una fogata: hay algo divertido en ver una película bajo las estrellas.
Durante los dos últimos años, Vance Bass, un ingeniero en computación de 54 años, ha usado su proyector Epson de US$500 para mostrar películas en una pantalla de 1,80 metros por 2,50 metros colgada en la puerta de su garaje.
Al comienzo de la temporada, que consiste de cinco proyecciones gratis entre abril y agosto, Bass imprime la programación con el horario de exhibición y la distribuye entre amigos y vecinos. Normalmente, unas 25 personas asisten a cada película.
Hace seis años, Randy Fisk, un ejecutivo de tecnología en una empresa de periódicos, creó un sitio llamado Backyardtheater.com, con el propósito de difundir el cine al aire libre. Actualmente, el sitio cuenta con 300 socios. Fisk dice que uno de los cines más innovadores de sus socios consiste de una pantalla colgada entre dos edificios. Otros, más ingeniosos aún, han proyectado películas en paredes de nieve.
En un autocine de Santa Cruz, ubicado al sur de San Francisco, entre 150 y 300 personas se presentan cada vez para ver películas proyectadas en la pared de un taller mecánico durante el verano. En el invierno, las películas se proyectan dentro del taller. Wes Mode, uno de los fundadores de este autocine, dice que creó estas exhibiciones porque sentía que la manera en que se disfruta de las películas hoy en día, desde la sala de estar o la sala de cine, aísla a las personas. «Lo que estamos haciendo es usar la tecnología para hacer un bien», dice.

http://online.wsj.com/public/article/SB115758372957355677.html?mod=spanish_whats_news