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Ojo con las apariencias

Fuentes: Rebelión

Una tipa llamada J. C. Davies, que estuvo casi una década como analista de valores en Wall Street, primero en ING Barings, después en Goldman Sachs y finalmente en RIM Securities, al verse sin trabajo por la crisis económica se ha dedicado a publicar un libro sobre sus experiencias sexuales con hombres de diferentes razas, […]

Una tipa llamada J. C. Davies, que estuvo casi una década como analista de valores en Wall Street, primero en ING Barings, después en Goldman Sachs y finalmente en RIM Securities, al verse sin trabajo por la crisis económica se ha dedicado a publicar un libro sobre sus experiencias sexuales con hombres de diferentes razas, «catadora sexual» la han denominado en la prensa, o quizás el nombre se lo ha puesto el departamento de publicidad de la editorial. A lo largo de sus páginas se dedica a presentar estereotipos de comportamiento sexual según el «catado» sea asiático, afrodescendendiente, indio, latino, etc… Además ha abierto un consultorio en Internet como «consejera de relaciones interraciales». Es evidente que no pretendo detenerme en el libro, sino en la curiosidad de que quienes hace unos años creían tener delante a una profesional respetable y sensata, y estar escuchando sesudos y serios análisis financieros con base en los cuales muchos decidieron el destino de sus ahorros e inversiones, ahora podrán ver que se trataba de una descerebrada.

El asunto me ha hecho recordar al jefe de informativos de TVE durante la época de Aznar, Alfredo Urdacci. Aunque no compartiéramos su modelo de manipulación al frente de la cadena pública, siempre pensábamos que Urdacci era una persona responsable y formada, o al menos con sentido del ridículo. Sin embargo, tras su salida de TVE se dedicó a todo tipo de payasadas de televisión basura en diversas cadenas: parodiarse a sí mismo en un programa de variedades llamado Channel nº4, como monologuista de humor, en un programa de cámara oculta, como colaborador de La Noria o del magazine regional Locos x Madrid. Fue ahí donde se disfrazó de Tom Jones para cantar en play back la canción Sex Bomb ante un jurado de los más patético de la telebasura española.

¿Qué tienen en común la analista de valores de Wall Street y el jefe de informativos de la televisión pública española durante el gobierno de José María Aznar? Ambos representaban lo más alto de las autoridades y legitimidades del mundo moderno: la experta en finanzas, el periodista que decide las noticias de la televisión y nos las presenta cada noche. Los dos, al cabo de unos años, se nos han mostrado como lo que de verdad eran: dos impresentables mediocres que con tal de mantener el protagonismo público perdido no dudan en hacer el ridículo. Así descubrimos que ninguno de ellos tenía la más mínima integridad ética ni formación profesional para cambiar a un dedicación digna y respetada, no han dudado en dilapidar la imagen de profesionalidad que pudieran lograr en sus anteriores responsabilidades para dedicarse a hacer el esperpento. A partir de ahora, cuando oigamos a un jefe de informativos o una analista de Wall Street quizás debemos imaginarlos bailando Sex Bomb o como catadores sexuales. Entonces nos los tomaremos menos en serio y nos acercaremos más a la realidad.

Pascual Serrano es periodista. Su último libro es «Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación españoles». Foca. Diciembre 2010  

Www.pascualserrano.net

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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