La OMC es el organismo económico internacional de mayor importancia práctica para todos los países. Para los desarrollados es la garantía de reglas estables de comercio. Para los países en desarrollo es garantía de sostenerse juntos y no sufrir la imposición individual de reglas desfavorables. Es esto último lo que desagrada a las empresas multinacionales […]
La OMC es el organismo económico internacional de mayor importancia práctica para todos los países. Para los desarrollados es la garantía de reglas estables de comercio. Para los países en desarrollo es garantía de sostenerse juntos y no sufrir la imposición individual de reglas desfavorables. Es esto último lo que desagrada a las empresas multinacionales que imponen sus intereses en Washington, Bruselas y Tokio.
Es difícil doblegar a los países en desarrollo en un organismo multilateral, que funciona en base al consenso. Esto impulsó la política de doblegar primero a los gobiernos complacientes y comprometerlos con acuerdos bilaterales, llamados de Libre Comercio, cuando en realidad versan sobre un modelo de política económica que incluye en muchos aspectos un comercio administrado y poco libre.
Las normas básicas de la OMC, heredadas del GATT son: la no discriminación a ningún país (Trato de Nación Mas Favorecida), igual trato a los productos ya importados que a los nacionales (Trato Nacional) y la oportuna divulgación de las normas que afectan el comercio (Transparencia). Se les llama Multilaterales porque aplican a todos los miembros. Los acuerdos versan sobre mercancías, servicios y en propiedad intelectual. De ellos se desprenden otros más específicos de tipo interpretativo, que son aquellos sobre Barreras Técnicas al comercio, Normas Sanitarias, Competencia Desleal como Dumping y Subsidios, etc.
Por principio elemental, un acuerdo bilateral que otorgue un trato preferencial entre sus socios en detrimento de los otros miembros de la OMC, es contrario a la no discriminación. Por eso los acuerdos bilaterales son tolerados en la OMC, sólo si pasan un examen que pruebe que no son perjudiciales a ningún socio de la OMC y que no contradicen los acuerdos de la OMC.
La capacidad regatiadora del Sr. Blanco.
En la OMC, la Ronda Doha se trabó por la resistencia a reducir el dumping de EE UU y la UE en mercados agrícolas de productos subsidiados. Estos subsidios bajan artificialmente los precios internacionales y quiebran a los productores nacionales; baja de precios que sólo beneficia a las transnacionales del sector agro-industrial y a cadenas transnacionales de supermercados. El grupo EWG – Environmental Working Group ( www.ewg.org/farm ) que estudia los subsidios agrícolas de EE UU, informó sobre la desigual distribución de los $240 millardos de los subsidios agrícolas entre 1995 y 2011. Un 10% de operaciones agrícolas privilegiadas recibe el 54%. Veinte sies reciben más de un millón anual. En 2013 los subsidios aumentarán a 194 millardos, mientras se recortan gastos sociales en educación y salud.
El Sr. Blanco, que como negociador mexicano del NAFTA, permitió el dumping de productos agrícolas en el mercado mexicano, no puede ser la persona idónea para resolver ese problema en la OMC. Su maleabilidad en NAFTA obligó a que tres millones de campesinos emigraran a las ciudades y se perdiera la soberanía alimentaria mexicana, eso lo que la mayoría de los miembros de la OMC, desarrollados y en desarrollo, quieren evitar.
El Sr, Blanco, con NAFTA, además, renunció al derecho de poner aranceles compensatorios a los precios subsidiados. Un derecho que reconoce la doctrina liberal, porque la economía de mercado gira entorno a los precios. Ese instrumento es legal en la OMC, basta demostrar el daño. Hay iniciativas que piden que el daño de los subsidios se presuma y se invierta el cargo de la prueba. No parece que el Sr. Blanco pueda manejar ese delicado tema.
Otro tema en que el Sr. Blanco se apartó del criterio de la OMC es el de la Propiedad Intelectual. La prolongación de las patentes farmacéuticas y agroquímicas registradas en los países miembros de los bilaterales es discriminatoria porque impide el ingreso de equivalentes – a veces de la misma marca- hechos en países de la OMC donde esas patentes ya expiraron. Es un tema muy importante, porque esa discriminación comercial, prolonga monopolios a ciertas empresas y encarece la cura de la salud pública.
En servicios la metodología que usa el Sr. Blanco no es la apropiada para la OMC. El NAFTA funciona con una lista negativa: se excluyen de apertura los servicios mencionados en una lista y los demás quedan abiertos. En la OMC el método es otro: se concede apertura en los servicios que se enumeran y los demás quedan a discreción del país. El NAFTA muestra la calidad negociadora del Sr. Blanco: México abrió el mercado de casi todos sus servicios y EE UU no abrió sino lo que ya está comprometido en la OMC; y sólo en el Distrito de Columbia y las dependencias del gobierno federal. Hay servicios como los financieros y muchos otros, cuya autorización la dan autoridades estatales. Por eso el NAFTA permite que bancos de EE UU operen en México, pero no sirve para que bancos mexicanos operen en EE UU.
El sistema de solución de controversias del NAFTA que negoció el Sr. Blanco, ha costado caro a Mexico en tema de Inversiones y de Ambiente. El criterio allí es peculiar sólo de ese tipo de acuerdo: las ganancias proyectadas se aceptan como cosa adquirida, como propiedad privada. El caso de Metalclad es emblemático. Esa empresa estadounidense tiró desechos tóxicos en el acuífero de San Luís Potosí y las autoridades mexicanas aplicaron la ley contra esa conducta antisocial y peligrosa. Metalclad apeló ante el CEADI, el árbitro previsto en el NAFTA. El fallo fue contra México y se pagó a Metalclad 16 millones de dólares.
La capacidad negociadora de Azevedo
El Embajador Roberto de Azevedo tiene una larga trayectoria y experiencia en materia de las normas y métodos de la OMC. No ha cometido errores o malos ejemplos por los que haya tenido que pagar su país o América Latina o la comunidad internacional.
Su capacidad conciliadora es reconocida hasta por los propios adversarios. Sus repetidos éxitos ante el Órgano de Solución de Controversias y el modo como ha negociado la aplicación son muestras de su capacidad técnica y su talento diplomático.
El Embajador Azevedo es conocido por todos los representantes de los países miembros desde que existe la OMC y es evidente que goza de gran respeto y simpatía. Al conversar con los miembros de las delegaciones es claro que su victoria está asegurada.
Conclusión
Azevedo tendrá una victoria amplia, a menos que la Troika se atreva a hacer un fraude que sería evidente. Eso causaría un gran escándalo con graves consecuencias para la credibilidad de la OMC y sus autoridades que llevaría a revisar el modo de elegir al Director General.
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