Venezuela asume la presidencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cuya duración será sólo por un mes. Esta noticia es motivo de celebración, producto del reconocimiento y respeto internacional hacia la Revolución Bolivariana. Sin duda, esta nueva presidencia que resulta irritante para Estados Unidos marcará diferencia respecto de las anteriores, y revelará las […]
Venezuela asume la presidencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cuya duración será sólo por un mes. Esta noticia es motivo de celebración, producto del reconocimiento y respeto internacional hacia la Revolución Bolivariana. Sin duda, esta nueva presidencia que resulta irritante para Estados Unidos marcará diferencia respecto de las anteriores, y revelará las contradicciones de un Consejo de Seguridad que está bien lejos de cumplir los objetivos para lo cual fue creada.
Tal como especifica la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad es el órgano encargado del mantenimiento de la Paz y la Seguridad Internacional, y debe dirigir sus acciones a la solución de los problemas más importantes que aquejan al mundo, para lo cual deberá tomar decisiones a través de Resoluciones que el resto de los Estados miembros del sistema de las Naciones Unidas están obligados a cumplirlas.
La Organización de las Naciones Unidas está conformada por tres órganos de especial relevancia; La Asamblea General, principal órgano deliberativo y de formulación de políticas de la ONU, conformada por 193 Estados miembros, cuando debería ser 195 (con Palestina y República Árabe Saharaui Democrática); Consejo Económico y Social que examina las cuestiones internacional de carácter económico, integrado por 54 Estados miembros; y el Consejo de Seguridad, compuesto por 15 miembros, 5 permanentes que son las potencias vencedoras de la II Guerra Mundial (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) y otros 10 no-permanentes elegidos por un periodo de 2 años. Sin embargo, si consideramos el espíritu de la Carta, la Asamblea General por ser el Órgano Central, recibe reportes e informes del resto de los órganos de la ONU, tal como lo establece el artículo 15 y 24 de la Carta ONU, pero el Consejo de Seguridad se niega a rendir cuentas a la Asamblea General.
Desde la creación de la Organización de las Naciones Unidas en 1945, se estableció como objetivo evitar el flagelo de la guerra para las generaciones futuras, sin embargo desde esa fecha se han registrado más conflictos armados que nunca antes en la historia, 248 en cifras del portal washingtonsblog.com. Ahora bien, debemos preguntarnos ¿Cuál ha sido el papel de la ONU al respecto, incluso, en el inicio de estos conflictos? De acuerdo al mismo portal, entre 1945 y 2001 Estados Unidos participó en 201 conflictos armados. Para el Instituto de Estocolmo, ese país representa en gasto militar el 41% del gasto mundial, es decir, es el primer país productor de armas pero a la vez es el primer exportador, controlando el 31% del mercado internacional.
Las Naciones Unidas ha sido un instrumento para la preservación de los intereses de las cinco potencias con poder de veto, pero especial de Estados Unidos, principal interesado en conflictos y enfrentamientos armados, capaz de inventar cualquier excusa para armar guerras, tal como lo hizo en Irak, Afganistán, Libia y Siria cuyas intervenciones «humanitarias» han servido para promover los tres grandes negocios controlados por ese país: petróleo, armas y droga.
Hoy el Consejo de Seguridad se presenta muy alarmado por el flagelo del terrorismo, pero ¿Qué hará ese Consejo con las pruebas fehacientes que responsabilizan a uno de sus miembros por formar estas organizaciones? ¿Cómo actuará frente a las otras irrefutables pruebas de que el gobierno de Turquía es quien le compra el petróleo a estos terroristas? ¿Por qué el Consejo de Seguridad aún no actúa contra el terrorismo de Estado genocida de Israel, haciendo respetar las más de 40 resoluciones al respecto?
No albergamos la menor duda de que Venezuela como país independiente utilizará ese espacio para mostrar al mundo su política exterior de paz, de no injerencia en los asuntos internos de los Estados, de solución pacifica de los conflictos y de la preeminencia del principio de respeto entre las Naciones; la Presidencia del Consejo de Seguridad será una oportunidad para que nuestro país desenmascare y denuncie la hipocresía que se esconde en ese Órgano que alberga al principal promotor de las guerras en el mundo. Sin embargo, estamos conscientes de que poco se puede hacer dentro de un Órgano antidemocrático, donde las cinco potencias terminan imponiéndose a la voluntad de los 190 países, pero la Venezuela Bolivariana se hará sentir como siempre.
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