Nada más ver el título del artículo cada uno de Vds. intentará adjudicar su propio ser a una de las tres categorías propuestas. Naturalmente nadie se sentirá a priori OPRESOR aunque muchos, sin lugar a dudas, se sentirán OPRIMIDOS. La cuestión del: quién es quién, es la cuestión de este artículo.
Todos entendemos como cierto que los OPRIMIDOS son esa gran masa de Parias del mundo que, viven con menos de dos €uros diarios (1.400 millones de seres), y, esos otros tres mil millones, que trabajan más de 60 horas semanales, 52 semanas al año, en condiciones infrahumanas, sin vivienda digna, ni educación para sus hijos, ni sindicatos, ni prestaciones sanitarias, ni jubilaciones, ni …; son quienes intentan, desesperados, saltar las vallas que tengan por delante por muy espinosas que sean, con tal de poder trabajar y comer; son quienes huyen de conflictos bélicos promovidos por otros para apoderarse de las riquezas del subsuelo de las tierras que les vieron nacer; son…. Casi todos ellos viven en el Tercer y Cuarto Mundo pero aquí en el Primero hay también OPRIMIDOS -aunque no tan al borde de la supervivencia-: las grandes masas de trabajadores asalariados del Primer Mundo, individuos a quienes sus empleadores -cuando los emplean- están constantemente amenazándoles con el posible traslado de la producción a otro lugar, y, con el consiguiente despido o rebaja de salario. Ellos ¡está claro! también sufren la Opresión de esta injusta Sociedad, también ellos son OPRIMIDOS.
Por otra parte: tenemos claro que los OPRESORES son quiénes manejan con mano de hierro las grandes transnacionales a fin de que obtengan para sus propietarios los cada vez más altos beneficios; quiénes, aún siendo sólo el 0,05% de la población mundial, detentan el 47% de la riqueza del mundo (Los 358 más ricos tienen más ingresos anuales que la mitad de la población mundial más pobre: Jeremy Rifkin en La Era del Acceso); quiénes desde los Organismos Internacionales tales como el Banco Mundial, El FMI, o la Organización Mundial del Comercio, establecen normas que prohíben la discriminación arancelaria a los bienes producidos con mano de obra infantil, esclavizada (sin derechos laborales) o mediante altos costos medioambientales, de forma que así, consolidan y normalizan la explotación de personas y recursos naturales, sin importarles el presente ni el futuro de miles de millones de personas; quiénes deciden y llevan acabo guerras «preventivas» con el único afán de enriquecerse aún más, robando y matando a aquellos que osen oponerse; quiénes….
Lo que nunca tenemos tan claro es quiénes forman, o formamos, el grupo de los OPRIMENTES. Muchos de los que lean estas líneas -como yo mismo- parece ser que queremos conformarnos con creer que los OPRESORES Y OPRIMIDOS son dos facetas de la realidad que nos rodea, que no tienen, directamente, nada que ver con nuestras vidas. procuramos sentirnos a salvo de esas dos facciones en conflicto: no queremos ser OPRESORES ¡desde luego! pero, tampoco queremos pasar al grupo de los OPRIMIDOS. Además, sabemos -porque tenemos los conocimientos necesarios- zafarnos de la posible opresión, sea a través de nuestros organismos corporativos o a través de nuestras capacidades especializadas. Me estoy refiriendo a la Élite Técnica ese compendio de profesionales de los diversos campos del saber que los que manejamos los hilos cercanos al poder y hacemos que todo ruede. los altos profesionales de La Justicia, La Medicina, La Arquitectura, La Economía, La Distribución, La Información, Los Cargos electos de los partidos obedientes a los intereses de los OPRESORES; Los propietarios de esas pequeñas y medianas empresas; Etc…. quiénes con nuestro silencio y nuestra aquiescencia o mirar para otro lado nos hacemos cómplices y ejecutores de la política de opresión dictada por los cuatro Mandamases.
Está demostrado estadísticamente que las diferencias económicas son, cada año que pasa, más y más desmesuradas (Informe Social ONU 2005). Cada vez la riqueza se concentra más, y que, cada vez más: son más los que no tienen nada. Mientras tanto OPRIMENTES> seguimos gozando del beneplácito de nuestra fortuna con la ciega esperanza puesta en parchear los tropiezos económicos de nuestros vástagos. Somos conscientes ¡SI! de que: nuestros descendientes lo tienen cada vez más difícil e intentamos paliar en la medida de nuestras posibilidades esas dificultades, pero… ¿hasta cuándo podremos parchear la pinchada vida de las generaciones que nos sucederán? OPRIMENTES> gracias a nuestras capacidades técnicas, por ahora, vivimos por encima del resto de la Sociedad y con ello nos conformamos: hacemos oídos sordos a nuestras conciencias y escondemos la cabeza ante el peligro como los avestruces…. Pero cada vez se va reduciendo más el número de los privilegiados que formamos parte de ese 5% de la población del Primer Mundo que somos la Élite Técnica. Cada vez más, está todo más automatizado, y cada día, las técnicas son más complejas, pronto, los Mandamases podrán prescindir también de nosotros (el 70% de los trabajos no precisa una formación especializada), llegará un día en que ese 5% quede reducido al 4%, y otro al 3% y así… hasta que el 0,01% de los pobladores de la tierra se quede con el 99,99% de la riqueza del planeta.
OPRIMENTES> hemos de ser conscientes de ello y tomar partido, oponiéndonos abiertamente o mediante la «resistance» a seguir colaborando en la ejecución de semejante sistema de depredación. ¡Pasémonos a defender el Comercio Justo con los pueblos explotados! (el 1er Mundo compra al 3er M. los bienes con un 80% de rebaja sobre el coste, Prof. Heinz Dieterich en La Aldea Global) ¡Iniciemos la defensa de los derechos laborales de los ahora OPRIMIDOS! ¡Exijamos a nuestros políticos el cese del comercio de armas! ¡Pidamos la democratización de la ONU y demás Organismos internacionales! … pero, sobre todo: tomemos conciencia de que -los que nos sentimos ricos– porque tenemos algo que nuestros padres o abuelos jamás ni siquiera soñaron, o porque contamos con un desahogo material superior a quiénes nos rodean, en realidad, Parias que del de los Mandamases> y de que -con nuestra capacidad de visión y la connatural autoridad adjunta- . Basta que lo decidamos así e iniciemos el camino. ¡Asumamos, los OPRIMENTES, nuestra parte de culpa! ¡Hagámonos Quijotes! ¡Construyamos diques a la corriente neoliberal imperante! ¡Salgamos de nuestro mutismo y de nuestra atildada circunspección, atrevámonos a pensar libremente! ¡VOLVÁMONOS LOCOS SÍ!: ¡¡¡boicoteémos los productos que fabrican las empresas de las que somos accionistas o directivos; mandemos cartas al director del propio periódico para el que redactamos; dictemos sentencias contra nuestros propios intereses; borrémonos del partido que fundamos; hagamos justicia para las generaciones venideras; …. !!!
Está claro que «plato de lentejas» es abundante, sabroso y bien presentado, pero hemos de empezar a pensar en vivir más sencillamente para qué -sencillamente- otros puedan vivir.
