El Gobierno, los ecologistas y buena parte del pueblo ecuatoriano y de la opinión pública internacional, apoya la Iniciativa Yasuní ITT en la medida que la conocen. Los intereses petroleros, en cambio, se han mostrado lógicamente, desde 2007, favorables al Plan B (la extracción petrolera). Nada que objetar. Entretanto, a muchos observadores les ha sorprendido, […]
El Gobierno, los ecologistas y buena parte del pueblo ecuatoriano y de la opinión pública internacional, apoya la Iniciativa Yasuní ITT en la medida que la conocen. Los intereses petroleros, en cambio, se han mostrado lógicamente, desde 2007, favorables al Plan B (la extracción petrolera). Nada que objetar.
Entretanto, a muchos observadores les ha sorprendido, a lo largo de estos años, que la prensa crítica hacia al presidente Rafael Correa -y a su gobierno- se mostrara, sin embargo, siempre entusiasta con un planteamiento tan revolucionario como la Iniciativa Yasuní ITT, cuyos entresijos, por cierto, conozco bien. Ha sido difícil, hasta dramático el mantenerla en algunos momentos, porque hay, además, muchas presiones en contra del ITT. Pero nuestra Iniciativa sale adelante. Véanla en la página del PNUD de Naciones Unidas: la información del Fideicomiso Yasuní ITT (en español y en inglés), y la descripción de cómo hacer una contribución, http://mdtf.undp.org/yasuni/es. Resulta ganadora frente a las opciones extractivas, tal como lo revela un reciente estudio que realizara una evaluación multicriterio (valoración de la iniciativa no solo con criterios económicos).
Ahora, en este momento en que la Iniciativa sigue triunfando, cuando se quiere conseguir (en 2012 y 2013) factibles contribuciones exteriores (que complementen el sacrificio monetario ecuatoriano al dejar el crudo en tierra), uno de los mayores rotativos del país se quita el antifaz, por fin, por el lado esperado, al anunciar, en forma equivocada, el fracaso de la Iniciativa ITT, es decir, apoyando la extracción del petróleo. Se equivoca, sí, pero es coherente con lo que uno esperaría de la prensa de derecha. La opinión institucional del diario dice, el 1 de enero de 2012, en tono como de responso: «Cuando la fecha fijada por el Gobierno ha llegado es hora de ser pragmáticos, evitar la demagogia y ser sinceros con el país, que requiere recursos para los grandes proyectos nacionales disminuyendo el peso de la deuda».
El peso de la deuda externa ya cayó en los primeros años de esta presidencia. Aquello fue muy bien manejado. El Producto Interno Bruto (PIB) crece al 8 por ciento anual, de acuerdo al balance preliminar de las economías, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sin contabilizar los costos ambientales y sociales. El país puede prescindir sin problema del ingreso urgente de la venta del ITT.
Además, las contribuciones extranjeras van a fluir, sin duda. Que cada uno escoja su lugar.
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