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Otro «éxito» del capitalismo

Fuentes: Rebelión

No solo en Ecuador los grupos económicos que representan a lo más rancio del capitalismo toman posesión exitosamente del gobierno de turno:, doblegado a flexibilizar la relación laboral; entregar el mejor mecanismo de lavado de activos ilícitos, el dinero electrónico, a la banca privada; acoger servilmente el asesoramiento económico de los notables de la corrupción; […]

No solo en Ecuador los grupos económicos que representan a lo más rancio del capitalismo toman posesión exitosamente del gobierno de turno:, doblegado a flexibilizar la relación laboral; entregar el mejor mecanismo de lavado de activos ilícitos, el dinero electrónico, a la banca privada; acoger servilmente el asesoramiento económico de los notables de la corrupción; impulsar una consulta fraudulenta; sino, que también en otro punto del globo terráqueo, explosiona otro éxito del sistema que nos rige.

Irán, que no está dirigido por ayatolas morenistas, acaba de sufrir un gran fraude financiero a cargo de sus siete mil industrias del engaño rentista. Ofrecimientos de altas rentas -igual que en el atraco de 1998-1999-, alta inflación, concentración oligopólica del sistema financiero, liberalización de los controles estatales y opacidad de las infamantes contabilidades bancarias.

Las fundaciones religiosas y las compañías de Jesús eran socias activas de los bancos -igual que en el Ecuador: banco Pichincha – jesuitas-, lo que daba «confianza» para que una multiplicidad de ingenuos depositantes acudieran a depositar su dinero. El poder judicial y las instancias gubernamentales completaban la «santa trinidad» de la confianza.

«Mizan Credit and Financial Institution, estrechamente asociado con el sistema judicial iraní, fue uno de los primeros y más grandes en quebrar en 2013. Había otorgado grandes préstamos a una gran constructora, Padideh Shandiz, una empresa que atrajo millones de dólares de los iraníes, antes de convertirse en objetivo de investigación por corrupción en 2015 y declararse en quiebra posteriormente.

«Fereshtegan, una firma de crédito de la provincia de Jorasán Razaví, que hace frontera con Afganistán, se declaró en bancarrota hace unos cuatro años y se fusionó con varias otras firmas enfermas para formar el banco Caspian. Tenía aproximadamente 450.000 depositantes y aproximadamente medio billón de dólares en activos. El nuevo banco prometió que los clientes que perdieron su dinero recuperarían sus ahorros gradualmente, dando prioridad a los depositantes más pequeños.

«El banco central de Irán ha intervenido para salvar a otras empresas con problemas, ya sea mediante la organización de fusiones y transferencias de activos a bancos saneados, o mediante la conversión en entidades financieras públicas. Mizan, por ejemplo, transfirió sus activos al Bank Saderat, el mayor banco comercial de Irán.» (Tomado del diario digital El Economista de España: «La chispa que ha encendido las protestas en Irán…»)

El pueblo se levanta contra los ayatolas y farsantes del sistema financiero y político, pero sin posibilidad de recuperación de sus recursos. Los jubilados han sido las principales víctimas. Las estrellas del capitalismo supera con creces las 51.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.