Un breve viaje por escenarios de São Paulo y Almada (Lisboa, Portugal), nos recuerda que hay otros mundos y teatros posibles.
El primer Encuentro Diálogos Cênico Brasil-Espanha : Linguagens Híbridas en Sao Paulo y el Festival Internacional de Almada. El Centro Cultural São Paulo es un servicio público abierto todos los días de la semana, con cinco salas escénicas, una biblioteca completa, una plaza, librería, cafetería, patios, que programa durante todo el día actividades y espectáculos para ciudadanos de todas las edades, en su mayoría gratuitos.
Inolvidable O Processo, de Sandro Borelli y su Compañía de Danza (fundada en 1997 en São Paulo). Siete intérpretes para una síntesis de «teatro coreografiado» – como dice Sebastião Milaré, crítico teatral, responsable de teatro del Centro y de esta muestra-, que plasma dolorosa y grotescamente la médula de la novela de Kafka : la culpa y el auto castigo como peste económicosocial del capitalismo. El trabajo nos sitúa directamente en el fantasmagórico tribunal del relato, presidido por un ventilador incesante, en el que hacen cola hasta el infinito uno, dos, equis ciudadanos ‘K’, y acceden al banquillo en relevos, todos igualados, hombres y mujeres, para recibir una condena que ya tienen inscrita en sus hombros. Una bailarina extraordinaria es la culpa que baila y camina sobre los hombros, las espaldas, los rostros, las manos de los condenados. El coreógrafo y bailarín paulistano Sandro Borelli completaba en julio de este mismo año un ciclo sobre el mundo de Kafka hecho teatro danza, con el estreno de El artista del hambre, que sigue a La metamorfosis, El buitre, el citado O Processo, Kafka in off y Carta al padre. Actualmente prepara un trabajo coreográfico sobre la vida del Che Guevara. El actor y productor de la compañía Dudu Oliveira me invitó a conocer, en un largo itinerario por los pujantes barrios de las ‘salas alternativas’ paulistanas -algunas, como el Teatro de Arena, donde se formó Augusto Boal, con más de treinta años de trayectoria-. A Maquina, el edificio que comparten con otras dos compañías, en la rúa 13 de Maio, en un barrio viejo deteriorado, un Lavapiés, recuperado por colectivos de artistas y otras ramas, con recientes apoyos municipales.
«Entrenamos todos los días, mantenemos una compañía estable : es la única manera de investigar. Hace tres años conseguimos apoyos para mantener un equipo que cobra por su trabajo», dijo Borelli en su turno de Demostración de trabajo, una reunión pública diaria de los Diálogos Cênicos para compartir los procesos creativos de las compañías. Otro hallazgo en la muestra fue Hagoromo. El Manto de Plumas, un solo de danza inspirado en el teatro Nô, de la coreógrafa y bailarina Emilie Sugai, dirigido por Favio Mazzoni. A partir de hai kai japonés del siglo XV, Sugai compone dos ‘estrofas’ escénicas y visuales, en la penumbra, que, sin nexos ni explicaciones, plasman una metáfora y poema corporal.
Un viejo pescador ambicioso encuentra en el agua el manto de plumas, perdido por un ángel budista ; éste regresa a buscarlo, porque no puede volar y el pescador le pide a cambio una danza. El asombro del hai kai bailado es que Emilie Sugai se transforma, alternativamente, en cuerpo, gesto, baile, movimiento, en estos dos personajes que acaban confundidos en ilusión del vuelo. La cultura japonesa no es ‘exótica’ en São Paulo ; este año la ciudad celebraba con multitud de manifestaciones artísticas el centenario de la inmigración japonesa, que ha generado uno de los principales colectivos interculturales y mestizos de la ciudad, presente sobre todo en su gran barrio oriental.
La presencia brasileña en el Encuentro se completó con Sobre ángeles y grillos, un trabajo de narración, vídeo, pintura en animación y canción de la actriz Deborah Finnocchiaro y la Compañía Solos & Bem Acompañados, de Porto Alegre, una fresca aproximación a la poesía surrealista de Mário Quintana (1906-1994). Y con la jovial acción metateatral Falso espectáculo, de la joven bailarina y ‘performer’ Elisa Ohkate y su equipo, que proponía un sencillo juego de simulacros teatrales sin trampa ni cartón, en el que al final se caían hasta las paredes de su barraca de feria, instalada en la terraza del Centro Cultural. De la presencia de cuatro compañías españolas, de los coloquios que mantuvimos, de las lúcidas palabras de la profesora Christine Greiner, gran conocedora de la danza y el teatro contemporáneos, prometo hablar en otro artículo.
FIESTA CIUDADANA EN ALMADA J.H. De São Paulo, a primeros de julio, pasé al 25º Festival Internacional de Almada, que organiza la veterana Compañía de Teatro de esta ciudad, en su municipio y en Lisboa, que está enfrente, cruzando el Tajo. Después de casi ocho años, mantienen las señas de identidad de una fiesta ciudadana que ha sabido echar raíces y crear públicos en su ciudad, con programas comprometidos y rigurosos artísticamente (Strehler, Brook, Luc Bondy, Peter Stein, Zadek, tg Stan… han estrenado en Lisboa antes que en Madrid o Barcelona), espacios de encuentro, coloquios y debates con los artistas participantes. Abrió las bodas de plata del Festival Dentro de mim outra ilha, de la compañía mozambiqueña CulturArte, una impresionante coreografía contemporánea del hambre y la sed, de los extremos de la lluvia y la sequía, la abundancia y la escasez, en solos, dúos y bailes grupales hechos de aguas, cantos, arenas. Le superó en intensidad escénica y emoción la actriz libanesa Darina al Joundi con su solo de palabra y movimiento mínimo Le jour où Nina Simone a cessé de chanter, la estremecedora y rebelde narración teatral de una mujer internada como ‘loca’, que desde niña ha desafiado las imposiciones y violencias machistas de su religión y su cultura, entregada en breves pasajes y movimientos, alternados con fragmentos de Sinner Man, de Nina Simone. Pude disfrutar también de un extraño, irónico y sugerente montaje francés, Hippolyte, una versión del mito escrita por Robert Garnier, en el siglo XVI, en verso, que el director Robert Cantarella y el Théâtre de Dijon Bourgogne hacían a dos palmos de los espectadores, repartidos una especie de gran locutorio, instalado en el mismo escenario del nuevo Teatro Municipal. Y participé en un interesante debate con directores de nueve festivales internacionales de Portugal, España y Marruecos, convocados para responder a las preguntas «Por qué Festivales de Teatro ?, ¿cuál es su futuro ?», cuestión que puede ser tema de otros paseos y otro artículo.