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Entrevista a Gilmar Mauro, dirigente del Movimiento de los Sin Tierra

«Para liberar a Lula se necesitan lanzar grandes y permanentes movilizaciones populares»

Fuentes: Resumen Latinoamericano

Brasil vive, como otros países del continente una coyuntura difícil. Con Lula encarcelado y las encuestas señalando que es el candidato con más expectativa de voto, una gran parte del pueblo se pregunta cuando recuperará la libertad y volverá a agitar calles y pueblos en aras de cambiar este gobierno ultra reaccionario. En Sao Paulo […]

Brasil vive, como otros países del continente una coyuntura difícil. Con Lula encarcelado y las encuestas señalando que es el candidato con más expectativa de voto, una gran parte del pueblo se pregunta cuando recuperará la libertad y volverá a agitar calles y pueblos en aras de cambiar este gobierno ultra reaccionario. En Sao Paulo pudimos entrevistar a Gilmar Mauro, miembro de la dirección del Movimiento de los Sin Tierra, y con él hablamos de cuál es la actual situación de la batalla por liberar a Lula de la prisión injusta y vengativa a la que lo ha condenado el gobierno de Temer. Esto es lo que nos respondió el referente campesino:

Gilmar Mauro.-
Es una situación que todavía no se decide. Hubo señales bien positivas recientemente cuando aconteció el juzgamiento de la presidenta nacional del PT Lezie Jofman, la segunda turma del STF juzgó que ella no cometió crimen. Con eso abrió la puerta para que este martes 26 se decidiera en el marco del juzgamiento de Lula, la posibilidad para que saliera de la cárcel. Nuevamente hay que tener en cuenta que el poder judicial brasilero, siempre estuvo al lado del gran capital y es por eso que hay una decisión política de que Lula no sea candidato.

En los últimos días esta posible definición se había cambiado con la situación de la lucha social, hay una situación de que Lula crece en la opinión pública, y que los candidatos derechistas no logran ese objetivo. Con eso se crea una situación de una inestabilidad política muy grande en Brasil. De lo mismo puede derivarse el hecho de que Lula fuera liberado. De nuevo el tribunal TF4 que es el tribunal regional federal de Río Grande do Sul se apresuró a hacer el juzgamiento de un recurso que retenían desde hace bastante tiempo sin juzgar. Ahora ellos resolvieron juzgar ese recurso negando los pedidos de los abogados de Lula. Con eso abre puertas en el ST que las otras veces ya se mostró contrario a Lula.

Carlos Aznárez.- Si el Tribunal vuelve a postergar el juicio y Lula sigue preso, ¿cuál sería la fórmula a aplicar para apurar su liberación?

Gilmar Mauro.- Es una batalla jurídica- política, evidentemente que se prolongará por algún tiempo. Eso sólo se decidirá si de hecho logramos realizar grandes movilizaciones de masas en Brasil. Hay una campaña internacional, hay solidaridad, crece en la población brasileña la idea de que Lula deba disputar las elecciones, pero una parte significativa del poder económico y del poder judicial brasileño no quieren que eso ocurran y van a jugar para que eso no ocurra. A nuestro juicio eso se alterará si nosotros logramos hacer movilizaciones grandes, lo que tampoco estamos logrando,. No hay grandes manifestaciones protagonizadas por el movimiento sindical brasileño, y lo mismo ocurre, aunque en menor medida, en los movimientos sociales. Pero hay un movimiento importante de intelectuales y artistas que está siendo motorizado por Chico Buarque y que tiende a reunir grandes artistas e intelectuales con una participación bastante significativa de la sociedad. Si eso se cordina con luchas de clases creo que creará una situación favorable a la salida de Lula.

Carlos Aznárez.- ¿No es extraño que pesar de las duras medidas ofensivas del gobierno de Temer no haya mayores respuesta de la población?

Gilmar Mauro.- Si, eso nos provoca una larga reflexión. Hay un problema histórico en la izquierda brasileña, principalmente lo que dice respecto a la estrategia política del último período que fue pensada para a través de los movimientos populares y sociales se transformara en fuerza y en disputa del poder institucional. Llegamos a la presidencia con Lula y la idea era que el poder institucional lograra fortalecer el poder popular. Una perspectiva de construcción de poder popular. Eso no ocurrió. Hubo en el último período un proceso de despolitización cuando el gobierno de Dilma, pero de alguna forma también con Lula. Se dijo que una parte significativa de la sociedad había llegado a pertenecer a otra clase. Cuando se pierde esa dimensión de clase, o más que eso, se maniobra en el sentido de que la identidad de clase no sea afirmada, se contribuye a un proceso de despolitización del proceso. Es verdad que en los gobiernos de Lula y Dilma la clase trabajadora ganó. Eso provocó una situación en que cuanto mejor fuera la situación económica la clase obrera vive mejor. Es también una disputa de clase económica. Pero eso no se articuló con un proceso de formación y politización. Dos: nuestras organizaciones en general, y no solamente en Brasil, en el mundo, fueron construidas para un tiempo histórico que ya no existe más. Son organizaciones, en general, defensivas. El movimiento sindical bastante articulado en el aspecto económico se transformó en un movimiento puramente economicista dejando de lado gran parte de la lucha política y el proceso de formación política. Algunos partidos, separándose de la vida real, se transformaron también en burocracia. A mi juicio no se puede separar la lucha económica de la lucha política así como no se separa el presente y el futuro, ni la teoría de la practica. Son movimientos dialécticos. Porque el sujeto en la lucha económica hoy puede ser el sujeto político mañana si la organización lo forma para eso. Entonces son organizaciones que se acomodaron de alguna forma con los beneficios que el gobierno de Lula trajo. Y cuando hubo el reverso de eso no estaban preparados y no estaban en condiciones de resistir desde el punto de vista político de clase. Había gente del movimiento sindical o de partidos de izquierda que decían que la lucha de clases era antigua que ya no se aplicaba al tiempo actual. Bueno ahora están dándose cuenta que la vieja lucha de clase está ahí y seguirá mientras haya clases sociales antagónicas. Entonces, esa situación creó una dificultad grande de movilización en grandes cantidades de gente en el último período. No es que no hubieran luchas. Además, estamos en un período de construcción de una unidad de un frente amplio para más allá de los procesos electorales.

Carlos Aznárez.- ¿El Frente Brasil Popular (FBP) puede ser una base de eso?

Gilmar Mauro.- Es una semilla interesante. Porque tuvimos en Brasil varios frentes pero marcadamente frentes en periodos electorales. Y ahora estamos construyendo algo a través del FBP que llamamos el Congreso del Pueblo que es un nuevo trabajo de base, que es un debate con la población para que el Pueblo indique cuáles son sus problemas y sus dificultades. A través de esos procesos también se estimule la participación popular para desarrollar una conciencia política para en el mediano y largo plazo poder efectivamente defender un proyecto unificado de país que sea un proyecto que discuta las cuestiones de fondo en Brasil, no solamente reformas periféricas.

Carlos Aznárez.- ¿Consideran importante el cuestionamiento a la actual democracia burguesa y su forma de construir?

Gilmar Mauro.- Nosotros siempre vemos las elecciones como una táctica de lucha, y hay que disputarlas. Pero no es solamente eso. Creo que la izquierda centró en eso la disputa más estratégica. Creemos nosotros que más allá de las elecciones existen un conjunto de tareas, de otras formas organizativas y de lucha que debemos emprender, avanzar sobre cosas nuevas. Si los movimientos están en una fase defensiva, coincido con el análisis de István Mészáros, en el sentido de que las organizaciones fueron construidas para un tiempo histórico que no existe más. Hubo un tiempo que el desarrollo del capitalismo permitía conquistas a la clase trabajadora. En el propio desarrollo de la democracia burgues. hubo luchas inmensas, se perdieron vidas en defensa de la democracia, pero permitían conquistas. Hoy el sistema del capital no permite más conquistas, al contrario, estamos asistiendo a derrotas en todo el mundo, son reformas al contrario, incluso en Europa, en los estados de bienestar social. Dos, hay una crisis politica grave del Estado, incluso porque la propia lógica del Estado nacional permite eventualmente aquí o en otros sitios que alguien de izquierda gane para el capital, ya no interesa eso, hay un dominio económico internacional pero el mismo tiene que transformarse en un dominio político más absoluto. Tres, la gente tampoco cree en estas instituciones. No cree en el Parlamento, no cree en el poder judicial, no cree en el ejecutivo. Yo me agarro del ejemplo de lo ocurrido en Grecia. Se elige alguien de izquierda dice que no va a pagar nada. Hace un plebiscito. Reafirma eso y después tiene que ceder al capital financiero. Entonces cómo pedir a los griegos que voten nuevamente. Entonces se deriva en una crisis grave. Así como en América Latina vemos situaciones muy complicadas y que la gente ya no cree en eso. Pero también es un momento peligroso en cierto sentido porque las crisis abre puertas a la izquierda porque las contradicciones del capital se quedan más explícitas pero no es sinónimo de que avanzaremos. En otros momentos de crisis vivimos fascismos y guerras. Ahora estamos lidiando con guerras e ideas fascistas y de derecha que se retoman en todo el mundo. Por eso es un momento de disputa política. Por eso en nuestro caso pensamos que la elección cumple un papel importante pero no basta quedarse en las elecciones, hay que construir otras cosa. Yo soy un hombre de organización. Creo en la idea de organizarse y reivindicar la memoria histórica. La lucha no nació con nosotros ni terminará con nosotros. Otros lucharon como ustedes y como tantos otros en el mundo pero es necesario pensar la formación de cuadros, es necesario pensar formas de participación popular, células de poder popular, es necesario pensar la conspiración política contra los enemigos nuestros y de la humanidad. Por eso hay que fortalecer las organizaciones existentes y crear nuevas formas rescatando toda la experiencia histórica. Eso es algo fundamental en este momento histórico.