Concebido como un ensayo fílmico sobre la globalización capitalista, el documental ‘The Forgotten Space’, de Noël Burch y Allan Sekula, recibió una mención especial del jurado en el pasado Festival Internacional de Cine de Gijón. Cineasta y teórico del arte cinematográfico, autor de libros ya clásicos como El tragaluz del infinito o Praxis del cine, […]
Concebido como un ensayo fílmico sobre la globalización capitalista, el documental ‘The Forgotten Space’, de Noël Burch y Allan Sekula, recibió una mención especial del jurado en el pasado Festival Internacional de Cine de Gijón.
Cineasta y teórico del arte cinematográfico, autor de libros ya clásicos como El tragaluz del infinito o Praxis del cine, Noël Burch visito el FICXixón para presentar su última película, The Forgotten Space, un ambicioso documental codirigido junto al fotógrafo y ensayista Allan Sekula. Una monumental obra que recorre, a través de las grandes rutas comerciales del planeta y de los testimonios de políticos, académicos, economistas, obreros y activistas sociales; el rastro de los desastres humanos y naturales sembrados en su despliegue por la globalización neoliberal.
La película fija su atención principalmente en el transporte marítimo de mercancías, tal vez el menos presente en el imaginario popular. «El punto de partida de este ensayo fílmico es que las clases medias que se comunican por internet y se mueven de un punto a otro del planeta en avión piensan que hoy día todo viaja muy rápido y por el aire, pero la realidad es que la mayoría de las mercancías que se comercian hacen recorridos muy largos y muy lentos. Los buques contenedores tardan diez días en cruzar un océano, se mueven no mucho más rápido de lo que lo hacían hace un siglo. La economía material es mucho más lenta de lo que las mitologías de los tiempos modernos nos hacen creer«, señala Burch.
Forgotten Space es un ensayo nítidamente anticapitalista y, a la vez, un discurso ecologista muy rotundo. «El origen de los problemas sociales y medioambientales es el mismo, la voracidad del sistema capitalista. Yo milito en Francia en la izquierda verde, pero hay ecologistas en mi país que creen que la conservación del medioambiente es compatible con la conservación del capitalismo liberal. Tenemos necesariamente que enfrentarnos a los beneficios de los capitalistas si queremos frenar la explotación de las personas y de los recursos. Para salvar el planeta hay que atentar contra las libertades de los ricos«.
Y también contra el libre comercio. La película se centra en los perversos efectos sociales y medioambientales de la libre circulación de mercancías. «Gracias a los barcos contenedores, todas esas cosas que compramos en Europa y EE UU pueden fabricarse en los países del Tercer Mundo, donde los sueldos son miserables. El problema para el capitalismo es que los campesinos chinos e hindúes que dejan sus pueblos para trabajar en las fábricas por salarios ridículos se están agotando. Dentro de unos años ya no habrá campesinos pobres disponibles para ser explotados. En China los trabajadores comienzan a organizarse sindicalmente y reclamar mejoras salariales. La lucha de clases ha reaparecido y en las conciencias de los trabajadores chinos quedan rescoldos de su educación política comunista. La globalización se presenta como un estado de fluidez y libertad total, pero sus bases son menos sólidas de lo que pensamos. Cómo tratará de resolver el capitalismo la crisis que se le va a plantear cuando ya no pueda explotar con facilidad a los trabajadores del Tercer Mundo es aún una incógnita».
El container y nosotros
La película de Burch y Sekulla parte de una invención en principio poco trascendental, pero que, como se señala, ha tenido un impacto decisivo en el incremento de las relaciones comerciales a nivel planetario: el contenedor. Los contenedores se cargan en enormes buques, capaces de transportar miles de toneladas a lo largo y ancho del planeta. Para lograr la hegemonía del ‘container’ fue primero necesario vencer la resistencia de los poderosos sindicatos de estibadores portuarios, que veían cómo su trabajo era en buena medida reducido con este nuevo sistema para transportar mercancías, mucho más sencillo y rápido. Si, como decía Marx, el molino era la tecnología por excelencia de la Edad Media, lo que nos sugiere The Forgotten Space es que el contenedor, ya sea transportado por mar, tierra o aire, es una herramienta fundamental para el desarrollo del librecambio y la globalización capitalista.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Para-salvar-el-planeta-hay-que.html