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Reseña de Inessa Armand. Revolucionaria y feminista

Para seguir admirando a Inessa Armand

Fuentes: Rebelión

  Vilassar de Dalt (Barcelona), El Viejo Topo, 2018, 433 páginas, traducción de Josep Sarret Grau   «La solidez de una investigación y la importancia de un postfacio»: este podía haber sido también el título de esta breve reseña. La idea central de este comentario: no se pierdan esta muy documentada aproximación a la revolucionaria […]

 

Vilassar de Dalt (Barcelona), El Viejo Topo, 2018, 433 páginas, traducción de Josep Sarret Grau

 

«La solidez de una investigación y la importancia de un postfacio»: este podía haber sido también el título de esta breve reseña.

La idea central de este comentario: no se pierdan esta muy documentada aproximación a la revolucionaria soviética (más allá de algunos comentarios discutibles y de algún trazo grueso contra Lenin; nunca, en general, contra Armand). Lean el libro y lean luego el postfacio; ambos, no el primero únicamente.

La segunda idea: nadie es su ser sin contradicciones, tampoco nuestros políticos-pensadores referentes (que pueden seguir siéndolo aunque conozcamos algunas de sus inconsistencias). Conviene, en favor suyo y por consideración hacia nosotros mismos, que no los pensemos, sintamos, tratemos o hablemos de ellos como tales, como seres de una sola pieza, como entes inmaculados que jamás han lanzado una piedra inoportunamente y nunca han cometido un desliz. Por detrás, el uso político malintencionado de cualquier cosa que pueda ser útil para golpear.

Una breve nota sobre el autor (de la solapa interior del libro): Ralph Carter Elwood [RCE] es un historiador canadiense que ha sido profesor en el Dartmouth College, en las Universidades de Edimburgo y Colombia, y, como profesor visitante, en la London School of Economics y en Harvard. Uno de sus últimos libros es The Non-Geometric Lenin: Essays on the Development of the Bolshevik Party, 1910-1914 (Londres 2011). Es autor también de Roman Malinovsky: a life without a cause y de Russian Social Democracy in the Underground: a study of the RSDRP in the Ukranie, 1907-1914. RCE es presidente honorario de la Canadian Association of Slavists. Debe ser, hablo sin conocimiento de causa, un gran conocedor de la revolución soviética y de sus principales protagonistas. En ocasiones, al leerle, parece que tuviera en su mente todo aquel el mundo desde principios del siglo XX.

La estructura de su libro: Prefacio, Introducción, 13 capítulos (De «Entre gente de buena cuna» hasta «Muerte en el Cáucaso» pasando por «En defensa de las mujeres trabajadoras», «La «chica para todo» de Lenin» o el «Feminismo soviético»), Postfacio, Bibliografía, índice (magnífico, excelente, de gran ayuda), créditos de las imágenes.

La portada es una fotografía de Inessa Armand de 1918. Otra hermosa fotografía de IA, de finales de la década de 1880, puede verse en la página 35.

Decir que está bien escrito (¡y traducido!) es decir poco. Está muy pero que muy buen escrito… y magníficamente traducido. Sin apenas erratas.

Para mayor precisión: el libro, en su edición española, está compuesto en realidad por la traducción de la edición original del ensayo (de 1992) y por un artículo (el postfacio del que antes he hablado) publicado por el autor años después: «Lenin y Armand: nuevas pruebas de un viejo affaire». El «viejo affaire» son las relaciones personales entre Lenin y Armand, un asunto usado (políticamente) para desprestigiar a Lenin por incoherencia o mojigatería. Armand, en este caso, no contaba.

Creo que es el traductor, salvo error por mi parte, quien presenta así el postfacio: «Con posterioridad a la publicación de Inessa Armand. Revolucionaria y feminista, la apertura de los archivos soviéticos permitió al autor acceder a una correspondencia de Lenin con Armand que hasta entonces había permanecido inaccesible y que aportaba más información sobre su relación. R.C. Elwood publicó en Canadian Slavic Papers el presente texto, en el que daba cuenta del contenido de dicha correspondencia».

Lo que se apunta el postfacio, ignoro si hay aportaciones posteriores del autor, es tan decisivo que el firmante de esta nota no va a desvelar nada de su contenido. Pueden leer el libro como una novela político-policíaca con desenlace inesperado (a pesar de ser previamente el esperado), un desenlace que dice mucho a favor de la honestidad intelectual de RCE y de la importancia de la documentación histórica contrastada, del recorrer todas pistas, así como de los avatares, intenciones (buenas y malas) e ideología de los censores, cambiante en función del momento político en el que realizan su (censurable) tarea.

La bibliografía del ensayo, en francés, inglés y ruso, es una buena muestra de las dimensiones de esta investigación, de los amplísimos conocimientos del autor. Incluye materiales de archivo, las obras de Armand, tesis doctorales y otro material no publicado, libros y artículos, y periódicos. Veinte páginas en total con muchas entradas en ruso. Con todo ello, con un excelente manejo del oficio del historiador, RCE construye una biografía no internalista (el contexto político siempre es decisivo) de Armand, minuciosa, detallada, como si tuviera en su mente los acontecimientos esenciales diarios de la revolucionaria y feminista parisina.

En el fondo, y en el escenario central en muchas ocasiones, los avatares fundamentales de la revolución rusa, del partido bolchevique, las principales aportaciones políticas de Armand (asunto a veces olvidado o ubicado marginalmente, pero no en este caso), también su vida más personal, y, de manera central, su relación política y también personal con Lenin (y con Nadia Krupskaia).

La motivación de la investigación: cuando Inessa Armand es mencionada, «en la que escasa medida en que lo es» nos recuerda RCE, en los libros de texto occidentales sobre la historia de Rusia o en las biografías populares de Lenin, se le suele presentar como una mujer hermosa que sabía tocar el piano y que podía hablar en cuatro idiomas. Raramente se la considera como una persona importante desde un punto de vista revolucionario, más allá del hecho de haber sido, supuestamente la amante de Lenin durante la mayor parte de la década previa a la llegada de este al poder (la de los años 10 del siglo pasado).

No es este el punto de vista del autor (autocrítica incluida): «Partiendo del trabajo de Janet Hyer y de mis sospechas, decidí estudiar la vida de Inessa Armand, no solo sus relaciones con Lenin, para escribir una biografía que se concentrase en su rol como revolucionaria y feminista, generalmente pasado por alto. En su calidad de ayudante de investigación, Janet Hyer llamó mi atención sobre muchas de las fuentes en las que he basado este libro; como persona con una clara perspectiva feminista, cuestionó mi punto de vista algo pasado de moda de historiador de la política y me obligó a repensar muchos de mis estereotipos…»

Para abonar su interés conviene destacar un paso. RCE abre la introducción con estas palabras: «A las tres de la madrugada del 11 de octubre de 1920 el timbre del teléfono despertó a Polina Vinogradskaia. La hora en que se produjo la llamada y el hecho de que el sistema telefónico de Moscú estuviese en funcionamiento le sorprendieron, pero no tanto como la identidad de la persona que efectuaba la llamada. La voz aguda al otro extremo de la línea pertenecía al jefe del nuevo estado soviético, V.I. Lenin. Llamaba para informar a Vinogradskaia de que el cuerpo de su mutua amiga Inessa Armand estaba a punto de llegar a la estación de Kazán. ¿Estaba preparada? ¿Podía reunirse con ellos en el andén de la estación?». El, el autor de El estado y la revolución, lo estaba. También su compañera. Armand había fallecido a los 46 años mientras estaba tomándose unas vacaciones en el Cáucaso. ¿De cólera?

Un paso de una carta a su hija adolescente (p. 34), dice mucho de esta revolucionaria comunista y feminista

Hay una frase de Guerra y paz, libro que leí por primera vez a los quince años y que tuvo una enorme influencia en mí, donde se dice que Natasha, al casarse, se conviene en una mujer completa [samka]… Esta frase me pareció profundamente insultante, me sentó como un latigazo y determinó en mí la firma decisión de no convertirme nunca en una samka, sino en una persona [la cursiva es mía].

Un corolario se impondrá seguramente después de la lectura de esta biografía: leer o releer las memorias de Krupskaia.

Insisto en algo ya apuntado: la inconmensurable y excelente tarea del traductor, Josep Sarret Grau. ¿Cuántas páginas traducidas del francés e inglés estos últimos años? ¿Cuántas páginas diarias traducidas? Me aventuro: en total, más de 20.000 probablemente.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.