El periódico italiano Il Manifesto entrevista a Alberto Acosta, economista, ex presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Ecuador.
– ¿Qué nos dice el resultado electoral del domingo 9 de febrero?
En Ecuador habrá segunda vuelta electoral. El resultado deja dos candidaturas empatadas, lo que aleja la posibilidad, anunciada por algunas encuestadoras, de que una de las dos triunfe en una sola vuelta. Situación que habría sido muy preocupante si se imponía el candidato-presidente, Daniel Noboa, cuya hambre de poder asoma como ilimitada. Este joven, proveniente de una de las familias más ricas, ha demostrado su ambición por mantenerse en el cargo atropellando abiertamente la Constitución y las leyes. Ha demostrado, además, un abierto posicionamiento a favor de los intereses imperiales de los Estados Unidos. Un punto a considerar, Noboa es una suerte de candidato teflón en la medida que les resbalan muchos de los problemas que atraviesa el país y que no ha sufrido mayor deterioro electoral a pesar de las políticas antipopulares por el decretadas.
– ¿Cuál candidatura es favorita en la segunda vuelta?
Este rato se perfila con las mayores posibilidades la candidatura progresista de Luisa González. La sensación al cerrar la noche del domingo de las elecciones es que el candidato-presidente quedó en una posición incluso sicológicamente de desventaja al no siquiera asumir públicamente los resultados de las urnas. Las posibilidades del progresismo se podrían ampliar en la medida que se consiga respaldo de la votación anti-noboista y que logre acuerdos sólidos con las izquierdas, sobre todo del movimiento indígena.
– ¿Se puede esperar que alguno de los otros candidatos apoye a alguna de las candidaturas finalistas?
En Ecuador, al no existir estructuras partidistas sólidas, es muy difícil esperar que se endosen los votos. Una gran cantidad de agrupaciones, además, tuvieron votaciones insignificantes. De todas formas, algunas de estas tiendas políticas podrían ser convocadas desde el anti-correismo para apoyar al candidato-presidente.
El candidato Leonidas Iza, impulsado por el movimiento indígena, obtuvo un tercer puesto muy lejos de las candidaturas finalistas, pero con una votación importante, cuya orientación se definiría en discusiones desde las bases. Hay que destacar el resultado de este candidato en la medida que enfrentó a poderosas empresas electorales y eso mantiene al movimiento indígena como un actor clave para frenar los extractivismos, el neoliberalismo y la pérdida de soberanía, al tiempo que es fundamental para garantizar la vigencia de los derechos de toda la sociedad, incluyendo mujeres y minorías sexuales.
– ¿Cuál podría ser el escenario para la segunda vuelta?
El escenario será en extremo complicado. El Ecuador atraviesa una situación muy crítica en todos los sentidos. La economía está colapsada. El desempleo se expande. La pobreza crece. La inseguridad aumenta aceleradamente; este mes de enero marcó record de muertes violentas, con 730 asesinatos, unos 25 por día. La institucionalidad política está atravesada por los intereses del crimen organizado; los narco-dólares permean toda la economía. Este deterioro en todos los ámbitos de la vida nacional se explica en especial por una política económica de austeridad neoliberal, orientada a servir la deuda externa cumpliendo con las imposiciones del FMI, suscribiendo nuevos TLC, al tiempo que se siguen ampliando los extractivismos, sobre todo minero. Austeridad que se ha transformado en un verdadero austericidio social, productivo, energético e incluso de seguridad ciudadana, pues, con la creciente reducción del tamaño del Estado, la atención de las demandas de la sociedad ha sido severamente afectada.
– ¿Se podría hablar de un efecto Trump en esta votación?
No es necesario recurrir a Trump para explicar estos acontecimientos en Ecuador. La expansión de la extrema derecha es un fenómeno que ya vemos en Nuestra América antes de que Trumpo llegue a la Presidencia. Veamos el caso de Bukele en el Salvador o Milei en la Argentina. Estos ejemplos concretos sirven de referencia para que desde las oligarquías en Ecuador se plantee la transformación de Daniel Noboa en una suerte de Mikele: Milei en lo económico neoliberal y Bukele en lo represivo, ambos personajes con una profunda vocación autoritaria, en la que coinciden plenamente con Trump. Un presidente que está abriendo la puerta a una suerte de gobierno de oligarquías transnacionales, cuyo poder se expande desde el control de medios de comunicación masivos, apuntalados en tecnologías de alcance global, con tentáculos en una diversidad de actividades económicas en todo el planeta. Estas son oligarquías que, en la práctica, para lograr sus objetivos, irrespetan sistemáticamente la vida de los humanos y a la misma Naturaleza; basta destacar que el presidente Trump, al iniciar su gestión, retiró a su país del tibio acuerdo climático, logrado en París el año 2015, en la Conferencia de las Partes – COP21. Son oligarquías que no ocultan sus pretensiones de conquista y colonización incluso en el espacio sideral.
Fuente de la entrevista original en italiano: https://ilmanifesto.it/un-po-milei-un-po-bukele-fermare-noboa-per-salvare-lecuador