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A propósito de la respuesta de José Bustos a Raúl Zibechi

Partidos y movimientos

Fuentes: Rebelión

José, Somos amigos, nos conocimos en una isla penal. Te respeto mucho y respeto tu actual trabajo revolucionario. Colaboras con nosotros difundiendo «Lucha Indígena». Desde esa cordialidad revolucionaria manifiesto mi discrepancia con tu respuesta a Zibechi sobre las «vanguardias, las revoluciones y el autonomismo latinoamericano». Durante la mayor parte de mi vida revolucionaria he sido […]

José,

Somos amigos, nos conocimos en una isla penal. Te respeto mucho y respeto tu actual trabajo revolucionario. Colaboras con nosotros difundiendo «Lucha Indígena». Desde esa cordialidad revolucionaria manifiesto mi discrepancia con tu respuesta a Zibechi sobre las «vanguardias, las revoluciones y el autonomismo latinoamericano».

Durante la mayor parte de mi vida revolucionaria he sido militante de partidos, como tú sabes nunca me deslumbré con el «socialismo realmente existente», por lo tanto no me decepcioné con su caída, sabía que vendría.

No estoy contra los partidos políticos, probablemente son necesarios e importantes en algunos países. De hecho el editor de nuestro periódico «Lucha Indígena» y nuestro corresponsal en Europa son militantes de partidos, fueron militantes de partidos quienes impulsaron y colaboraron en la gira que hice en Europa el año pasado hablando sobre el movimiento indígena, sin ellos no hubiera habido gira.

Como repito, probablemente son importantes y necesarios en algunos países, creo que entre ellos no están México y Perú.

Comencemos con México, ya que hablas de «el Sub-comandante Marcos y el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) han puesto en práctica en Chiapas (con los magros resultados que se conocen)»

Luego del levantamiento armado, cuando el ejército no pudo aplastarlo rápidamente, el pueblo de México se manifestó multitudinariamente contra el ataque bélico del gobierno y el imperio se asustó por la gran cantidad de mexicanos y chicanos que tiene en su territorio, por lo tanto ordenó al presidente Salinas a suspender el ataque armado, lo que naturalmente éste cumplió. Los zapatistas dijeron que estaban preparados para una guerra de 10 años, pero ya que el pueblo mexicano había ordenado suspender las hostilidades, ellos obedecían al pueblo de México.

Suspendida la guerra vinieron las conversaciones. El gobierno preguntó cuáles eran las reivindicaciones indígenas. Como los zapatistas no son «vanguardia» no se consideraron autorizados para hablar en nombre de los indígenas de México, de modo que convocaron a éstos para que se reunieran en Chiapas y manifestaran cuáles eran sus reivindicaciones; como también respetan a los intelectuales, también convocaron a los indigenistas. De modo que el pedido del gobierno fue respondido por los indígenas y los indigenistas de todo México. También fueron ellos quienes nombraron a la comisión encargada de discutir con la delegación del gobierno, no fueron los zapatistas. Yo estoy de acuerdo con ese método, espero que tú también. Yo lo tomo como una enseñanza. Esa enseñanza metodológica es uno de los «magros resultados» de los zapatistas.

Ante la calidad política de esa delegación, los representantes del gobierno tuvieron que retroceder. Los acuerdos tomados entre los representantes del gobierno y los indígenas se suscribieron en lo que se llamó «Los acuerdos de San Andrés». Como había que darles forma de proyecto de ley, la cámara nombró una comisión de su seno para que cumpliera esa tarea, lo que lo hizo, entregó a los zapatistas para que lo firmaran, lo hicieron; entregaron al gobierno para que lo firmara, éste no quiso hacerlo y en lugar de eso entregó otro proyecto. Eso significaba una traición a los Acuerdos de San Andrés. Los partidos de la Cámara, incluyendo el PRD, de izquierda, capitularon ante el ejecutivo y discutieron el proyecto unilateral del ejecutivo.

Naturalmente los zapatistas, ante esa traición, desconocieron la ley de la traición y aplicaron sus propias leyes en su territorio.

¿Cuáles son los «magros resultados»? Nos están enseñando que es posible que el pueblo se gobierne a sí mismo, en el territorio zapatista han Construido Poder, que existe desde hace más de 17 años.

Más de una vez el gobierno atacó y más de una vez el EZLN defendió el territorio. El «mal gobierno», como lo llaman ellos, no contribuye con un solo centavo a los habitantes de ese territorio, ni para salud, ni para educación, ni nada.

Nos están enseñando que es posible que el gobierno sea democrático, que manda obedeciendo, que demuestra que el cargo público no es para servirse como en las «democracias» capitalistas, sino para servir, los miembros de las Juntas de Buen Gobierno no ganan un centavo y los cargos son rotativos. Nos enseñan que no debe haber gente que mande y gente que obedezca. Son gobiernos completamente civiles, el rol del EZLN es exclusivamente militar, resguardar el territorio; si algún miembro del EZLN quiere ser miembro de una Junta de Buen Gobierno, previamente debe renunciar al EZLN.

Esas enseñanzas son parte de los «magros resultados».

Además nos enseñan otras cosas. En México es imposible que un representante popular llegue ni siquiera a alcalde (presidente municipal), a diferencia del Perú y otros países. Por eso ellos, frente a la campaña electoral han impulsado «la otra campaña», que consiste en enlazar los diferentes movimientos antisistema de todo el país, indígenas y no indígenas, rurales y urbanos. Como no son un «partido de vanguardia», no «dan línea», cada movimiento se da su propia línea, es una red de combatientes.

Últimamente ha surgido otro movimiento, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, contra la matanza de civiles por los dos bandos de la guerra actual, entre las bandas de narcotraficantes, la policía y el ejército. Los zapatistas lo han felicitado y lo apoyan, pero no pretenden dirigirlo, tiene su propia dinámica.

También nos enseñaron otra cosa, que como el neoliberalismo ataca a toda la humanidad, ésta debe unirse para defenderse, independientemente de razas y de países. Por eso la primera reunión, antes que los FSM, «Por la Humanidad Contra el Neoliberalismo», se realizó en el barro de Chiapas convocada por los indígenas. Asistieron 70 países.

Imitando a los zapatistas surgen en otros lugares de México «municipios autónomos».

Si estos resultados son magros ¿Cuál es el «partido de vanguardia» al que deben adherir los mexicanos? ¿El PRD que pacta con el PAN u otro «que aparecerá en el futuro»?

En México existen otros movimientos, como la guardia comunal armada y uniformada de Guerrero y los michoacanos de la comuna de Cherán que se defienden armados de los taladores de sus bosques, protegidos éstos por una banda de narcotraficantes y la policía.

Yo vivo en el Perú, acá tampoco veo partido ni grupo político que esté a la vanguardia. Soy miembro de la Confederación Campesina del Perú que tuvo épocas gloriosas, pero actualmente ni ella ni las otras dos centrales campesinas dirigen las luchas que fundamentalmente se dan en el campo.

A la vanguardia están direcciones locales en defensa del agua y de la vida, contra la minería, la extracción de hidrocarburos, las hidroeléctricas, la agroindustria. Algunos de los dirigentes pertenecen a una u otra central, pero no son ellas las que dirigen.

Entienden que hay que coordinarse entre sí y están en proceso de hacerlo. No están contra las centrales, las invitan a sus reuniones, pero como organizaciones mantienen su autonomía. En dicha coordinación también están poblaciones urbanas que luchan en defensa del agua y de la vida.

En las ciudades existen pequeños colectivos que se dedican a diversas actividades de cambio contra el sistema.

Repito, por más que me esfuerzo no veo partido ni grupo político de vanguardia. ¿Surgirá en el futuro? Pudiera ser, pero no podemos esperar sentados a que aparezca.

Fui invitado a Colombia, donde vi la «comunidad de comunidades» que es la Coordinadora Regional Indígena del Cauca, fundada hace 40 años, que agrupa a 9 sectores indígenas de diversas culturas, cada una de ellas tiene un representante en la directiva donde todos son homogéneos, no hay Secretario General ni Presidente. Se renueva totalmente cada dos años, no hay reelección.

La CRIC es agredida por los guerreros: Ejército, paramilitares, FARC y ELN. Sobrevive bajo el cuádruple fuego. Comenzaron a construir poder mucho antes de que existiera el EZLN, por lo tanto éste no es culpable de la existencia ni de las concepciones de la CRIC.

Dime si conoces un partido de vanguardia en Colombia o también ahí tienen que esperar a que en el futuro surja.

Dices que uno de los objetivos del partido es «imaginar otro modelo de sociedad donde impere la libertad, la democracia, la justicia social, la paz y la protección de la naturaleza.» Los zapatistas, la CRIC y otros, no lo están «imaginando», lo están haciendo.

Hablas de tu país (Argentina) y el movimiento «Que se vayan todos» el 2001 y que ninguno se fue. Sin embargo no todo se perdió. Está el movimiento Domingo Santillán en cuyo local hay permanentemente efervescencia de reuniones de obreros, mujeres, estudiantes, gay, etc. Están las democráticas fábricas recuperadas por sus trabajadores. Estuvo la fiesta de la vendimia en Mendoza, cuando el pueblo fue a la Cámara y les dijo a los diputados: «La democracia somos nosotros, no necesitamos que ustedes hablen en nombre nuestro: ¡Vida Sí Mina No!». Estuvo la marcha de indígenas del país a Buenos Aires a decir ¡Existimos! Está la valiente e ingeniosa lucha de Andalgalá, etc.

Que en todos esos movimientos hay militantes partidarios, es claro, pero la dirección no es ningún partido.

Como dicen los del movimiento 15M de España: «Son bienvenidos los militantes de partidos o de sindicatos, pero que no vengan a hacer propaganda a su partido o a su sindicato».

Repito, quienes vivimos en países donde no existe el «partido de vanguardia» que nos ilumine sobre qué hacer y cómo hacer, no podemos darnos el lujo de seguir esperando que aparezca ese partido, tenemos que actuar hoy en lo que hay: los movimientos.

Espero que como cuando debatíamos en la prisión, las discrepancias no alteren nuestra cordial relación revolucionaria.

Un fuerte abrazo de despedida:

Hugo

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.