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En la redacción del periódico Patria, el órgano del Partido Revolucionario Cubano

Patria: un periódico para juntar y amar

Fuentes: Librínsula

«Si a José Martí -apuntó el conocido crítico cubano José Antonio Portuondo- le hubieran pedido que llenara uno de esos innumerables y larguísimos formularios que todos tenemos que llenar a cada rato, y tuviera que especificar su «profesión», hubiera puesto, indudablemente, «periodista». Porque esa fue, en definitiva, su más constante profesión, su labor profesional, el […]

«Si a José Martí -apuntó el conocido crítico cubano José Antonio Portuondo- le hubieran pedido que llenara uno de esos innumerables y larguísimos formularios que todos tenemos que llenar a cada rato, y tuviera que especificar su «profesión», hubiera puesto, indudablemente, «periodista». Porque esa fue, en definitiva, su más constante profesión, su labor profesional, el trabajo de pan ganar. Y fue también instrumento eficaz de su lucha revolucionaria y de formación ideológica. Martí, desde que comienza a darse a conocer, es como periodista». Y otro de ellos, Pedro Henríquez Ureña, expresó: «Su obra es periodismo, pero periodismo elevado a un nivel artístico como jamás se ha visto en español, ni probablemente en ningún otro idioma».

Porque desde sus primeros artículos periodísticos en El Diablo Cojuelo y Patria Libre, periódicos que vieron la luz en enero de 1869, evidenció el Maestro el vuelo de su pluma. De los 28 tomos de que constan sus obras completas, la mayoría está compuesta por sus trabajos extraídos de las columnas de periódicos y revistas. Sus ideas principales las vació, bajo la fiebre de las impresiones del momento y el lugar, en publicaciones de diversos países. Encontró en esos medios el escenario más adecuado para reflejar la palpitación del día. Lo más importante de su obra está vinculada a la crónica diaria. Pero fue Patria, el órgano del Partido Revolucionario Cubano, su obra cumbre dentro del periodismo.

El nacimiento de Patria

El 14 de marzo de 1892 surge Patria. Apareció, inicialmente, cada sábado, al precio de cinco centavos, aunque al lado del precio se insertaba la siguiente aclaración: «Los productos del periódico se destinan a su mantenimiento». Constaba de cuatro páginas a cuatro columnas, con un tamaño poco usual en la actualidad (52 x 36 cm). Se distribuía principalmente por correo. Quienes contribuyeron financieramente para la aparición y sostenimiento de esta publicación fueron los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso, e intelectuales cubanos y puertorriqueños que vivían en Nueva York.

En su primer número la nota principal es la reproducción de las «Bases del Partido Revolucionario Cubano», partido fundado con el objetivo de alcanzar la independencia de Cuba y Puerto Rico. Casi un mes después del nacimiento de Patria se proclama formalmente la constitución del partido.

También en la página frontal hay un artículo de Martí titulado «Nuestras ideas», donde expresa que Patria nace «para juntar y amar, y para vivir en la pasión de la verdad», a la vez que ofrece sólidos argumentos sobre la imperiosa necesidad de alcanzar la independencia y la libertad mediante la guerra necesaria.

En la página tres de ese primer ejemplar, Martí razona en un artículo titulado «A nuestra prensa» sobre el papel que le corresponde en la batalla por la independencia y la libertad. Y, en tal sentido, escribe: «Nace este periódico, a la hora del peligro, para velar por la libertad, para contribuir a que sus fuerzas sean invencibles por la unión, y para evitar que el enemigo nos vuelva a vencer por nuestro desorden».

La desunión, la dispersión, la envidia, contribuyeron a la derrota de 1868, por eso Martí trabaja sin descanso por la unidad firme, real, creadora, y prosigue describiendo el perfil de esa trinchera de papel: «Una es la prensa, y mayor su libertad, cuando en la república segura se contiende, sin más escudo que ella, por defender las libertades de los que las invocan para violarlas, de los que hacen de ellas mercancía, y de los que las persiguen como enemigas de sus privilegios y de su autoridad. Pero la prensa es otra cuando se tiene enfrente el enemigo. Entonces, en voz baja se pasa la señal. Lo que el enemigo ha de oír, no es más que la voz de ataque. Eso es Patria en la prensa. Es un soldado. Para el adversario mismo será parco de respuestas, y en vano se le querrá atraer a escaramuzas inútiles, porque cada línea de los periódicos de la libertad es indispensable para fundarla; aun el adversario hallará en nosotros más bálsamo que acero. El arma es para herir, y la palabra para curar las heridas (…)»

En otro artículo, aparecido en la misma página tres, titulado «Patria», Martí expresa: «En Patria escribirán el magistrado glorioso de ayer y los jóvenes pujantes de hoy, el taller y el bufete, el comerciante y el historiador, el que prevé los peligros de la república y el que enseña a fabricar las armas con que hemos de ganarla.» «En Patria publicaremos ´La situación política¨ que refleje, de adentro y de afuera, cuanto cubanos y puertorriqueños necesitan saber del país (…) los ´carácteres¨ de nuestro pueblo, de lo más pobre como de lo más dichoso de la vida (…) la ¨guerra¨ o crónica de ella (…) la Cartilla Revolucionaria donde se enseña desde el zapato hasta el caer muerto, el arte de pelear por la independencia del país (…)».

En ese número inicial de Patria aparecen tres noticias sobre:

*la visita efectuada por Martí a Tampa y Cayo Hueso

*la creación de dos nuevos clubes patrióticos en Filadelfia y Atlanta

*una sesión del Club Borinquen, donde se expresó adhesión al Partido Revolucionario Cubano

Inserta Patria en este primer ejemplar una sección de anuncios clasificados que incluye fábricas, manufacturas de tabaco, artistas, profesores de música, médicos, ingenieros, abogados, notarios, comerciantes, periódicos, dentistas, boticas, colegios y restaurantes de cubanos y puertorriqueños en Estados Unidos.

Martí fue el primer director de Patria, aunque en su etapa inicial no aparecía como tal en el machón. Tanto fue su amor por este periódico que él mismo corregía sus pruebas y, en ocasiones, los sábados ayudaba a liar los paquetes salidos de la imprenta y a llevarlos a las oficinas de correo para su despacho, sin importar nevadas o ventiscas. Formaron parte de la redacción de Patria Gonzalo de Quesada y Aróstegui, amigo de Martí, y el puertorriqueño Sotero Figueroa, tipógrafo y buen escritor, a quien Martí admiraba mucho por el filo de su pluma. También trabajaron o colaboraron frecuentemente en Patria, entre otros, los intelectuales cubanos Benjamín J. Guerra, Manuel Sanguily, Francisco de Paula Coronado, Rafael Serra, Diego Vicente Tejera y Bonifacio Byrne.

Patria no apareció en sus primeros tres años y medio de vida como órgano oficial del Partido Revolucionario Cubano. Como político de luces largas, Martí seguramente analizó las consecuencias que tal formalidad habría podido traer, entre ellas, como lo han señalado de modo especulativo algunos investigadores, dar pretexto a las autoridades coloniales para quejarse ante el gobierno de los Estados Unidos sobre que los revolucionarios cubanos estaban violando la ley de neutralidad de ese país.

Cuando Martí toma la decisión de marchar hacia Cuba para incorporarse al Ejército Libertador, no olvida a Patria un instante. El 26 de febrero de 1895, dos días después del estallido de la Guerra Necesaria, envía, desde Santo Domingo, una carta a Gonzalo de Quesada y a Benjamín J. Guerra, en la cual da orientaciones y recomendaciones sobre la forma y el contenido de ese periódico. «Embellezcan y regularicen a Patria…mucha noticia ahora…todo lo de Cuba…y siempre amenidad revolucionaria…»

Según Becali, al pisar tierra cubana, José Martí llevaba la acreditación como corresponsal de Patria. «Sólo podemos imaginarlo así, escribiendo su Diario de Campaña, que no es otra cosa que apuntes para futuros e inconclusos reportajes de la guerra, pues si había escrito de todo y de todos, ¿cómo no iba a narrarnos los episodios de su revolución, el diario acontecer de la contienda bélica?»

Ya en suelo cubano, el corresponsal entra en acción de inmediato. En otra carta a Gonzalo de Quesada y a Benjamín Guerra, el 15 de abril, les dice: «Ustedes anhelarán conocer los detalles de nuestra llegada, que hoy es ya tiempo de dar, como fue de callarla mientras la tentativa estaba aún en riesgo», y al final expresa su pesar de la irregularidad con que recibe la prensa de Nueva York, incluyendo Patria.

En otras misivas a esos dos compañeros les comentaría también que los pocos números recibidos en la manigua le impedían establecer una agencia de suscriptores y, en consecuencia, debía repartir gratis los números salteados que recibía. Desde la manigua transmite recomendaciones sobre la manera de enfocar los trabajos a publicar sobre la guerra en Cuba. «De cuanto digan, nada publiquen que pueda denunciar el camino que trajimos ni a los que nos sirvieron». Llamaba, pues, a la discreción necesaria y adecuada. «Si hay que publicar, compongan el relato vivamente», aconsejaba más adelante. La responsabilidad presidía tanto sus acciones revolucionarias como las de corresponsal de una guerra para liberar la patria que él había organizado y dirigía. E insistía en que durante la guerra Patria debía ser «periódico de muchas noticias».

Según esos deseos, Patria publica la sección ¡De Cuba Libre!, en la cual se incluyen todo el material enviado por el Maestro desde la manigua, todas las disposiciones oficiales y circulares firmadas por Martí y Gómez, y las cartas informativas de Martí a Gonzalo de Quesada y Benjamín J. Guerra.

TRAS LA MUERTE DE MARTI

En el ejemplar de Patria correspondiente al 17 de junio de 1895 (número 166) apareció una nota de última hora: «Al entrar en prensa el presente número recibimos la cruel certidumbre de que ya no existe el Apóstol ejemplar, el maestro querido, el abnegado José Martí. Patria, reverente y atribulada, dedicará todo su número próximo a glorificar al patriota, a enaltecer al inmortal». Efectivamente, en el número que corresponde al 25 de junio, Patria fue dedicado a José Martí. Intelectuales de gran valía que se hallaban entonces en Nueva York escribieron sus impresiones y recuerdos sobre esa trascendental figura de la historia de Cuba y de América.

El director de Patria, el corresponsal de Patria ya no existe. Lo sustituye un sapiente filósofo, literato de alto prestigio, educador, quien desde el comienzo de la lucha abandonó la Isla y ofreció sus servicios a la delegación del Partido Revolucionario Cubano en Nueva York. A partir del número 189 de Patria (23 de octubre de 1895), la designación como director de Enrique José Varona se da a conocer en el machón de la publicación. En el número siguiente, en un artículo titulado «Patria a sus lectores», se ratifica que el programa de este periódico está contenido en las Bases del Partido Revolucionario Cubano, y que su espíritu no podía ser otro que el de su inmortal fundador.

Otro artículo de Varona, aparecido en 1897, que se interpretó como su opinión personal y no la del Partido Revolucionario Cubano, causó inquietudes entre algunos emigrados cubanos en Estados Unidos, y determinó su reemplazo como director de Patria, aunque permaneció en su redacción y continuó redactando sus editoriales. El periodista santiaguero Eduardo Yero Buduén fue quien lo reemplazó en esa función hasta 1898 cuando regresa a Cuba. También, en ese mismo año, Enrique José Varona vuelve a la patria. Tomás Estrada Palma asume la dirección general de Patria, aunque nombra al escritor cubano Nicolás Heredia a cargo de la parte editorial. El último número de Patria salió a la luz pública el 31 de diciembre de 1898. Se despidió con una nota titulada «Obra terminada». La obra de Martí no estaba terminada. El siglo XX lo evidenció. Su pensamiento independentista, antimperialista y de libertad estaba por cumplir.