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Patricia Ballote habla de su libro sobre el primer concierto de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola

Fuentes: Rebelión

La Habana, día de un año es el título del libro de la joven escritora cubana Patricia Ballote, quien reconstruye los pormenores del ya mítico concierto de Silvio, Pablo y Noel en la Sala Che Guevara de Casa de las Américas, en febrero de 1968, que para algunos estudiosos devino en el hito fundacional de lo que en un lustro pasaría a llamarse Movimiento de la Nueva Trova (MNT), cuyo impacto en la arena cultural de nuestra América vivimos hasta hoy.  

Presentado la pasada semana en el Museo Nacional de la Música, en la ciudad de La Habana, en palabras del propio Silvio: “ese cúmulo de memorias se transforma en una nueva memoria. Y, lógicamente, de un hecho que muchos hemos vivido, cada cual recuerda un pedacito. Y una de las virtudes que tiene un libro como este es armar ese rompecabezas, juntar todos esos pedacitos y hacer una visión más abarcadora, más justa en definitiva, porque cada cual lo que hace es recordar lo que vio. Pero tú estás allí y ves la cabeza de uno; yo veo la cabeza de otro. Y cada cual ve el pedacito que le toca. Y esa es una de las virtudes que tienen libros como este, y que creo que tiene este muy especialmente”.    

Para hablar de su trabajo investigativo, así como de los aportes de La Habana, día de un año, texto que ya resulta imprescindible para los estudiosos de la canción cubana y de habla hispana, nos comunicamos, en exclusiva para Correo del Alba, con la autora.

¿Cómo está estructurado La Habana, día de un año? ¿Cuántos capítulos tiene?

El libro tiene tres capítulos. El primero está dedicado a contextualizar lo que era el mundo en 1968. Si bien en cualquier hecho el contexto es fundamental, en este caso es especial porque hay como un espíritu de época muy marcado. Por eso trato lo que era el mundo en 1968, la canción de autor, lo que estaba pasando, por ejemplo, en Chile con los hermanos Parra, en España con Aute, entre otros.  

Un segundo capítulo contextualiza el panorama musical cubano y algunos antecedentes como el Encuentro de la Canción Protesta de agosto de 1967, que viene a ser como el antecedente más directo del concierto de Casa de las Américas.

Finalmente, el tercer capítulo que se centra en lo que es el estudio del concierto de febrero de 1968. Es una reconstrucción donde incluyo criterios míos.

En su labor investigativa, ¿pudo contar con la ayuda o testimonios de algunos de los protagonistas de esta historia?

Dentro del relato voy incorporando las opiniones y los testimonios de personas que estuvieron presentes en el concierto ya fuera como protagonistas, como Eduardo Ramos, Vicente Feliú y Silvio Rodríguez; y el de otros que eran estudiantes y que hoy son personalidades reconocidas, pero que en aquel momento asistieron y se acuerdan y dejaron su relato de lo que significó para ellos ese momento.

La autora (al fondo a la izquierda) en la presentación del libro, La Habana, mayo de 2024.

Sin lugar a dudas, uno de los protagonistas principales, por lo que sería su proyección en el tiempo, fue Pablo Milanés. ¿Pudo recoger su mirada al respecto?

Si bien en el caso de Pablo Milanés no pude obtener su testimonio directamente, está incluido porque él en muchos libros, entrevistas, sitios web y publicaciones habló de alguna manera de ese concierto y de lo que le significó Casa de las Américas. Así que no se queda huérfano de su criterio, porque afortunadamente encontré testimonios suyos al respecto.

¿Hay otra particularidad que quisiera destacar del libro?

En general, esa estructura que señalé del libro está hilvanada con pequeños fragmentos biográficos. También tiene un diseño revistero, relajado, para que puedan abrirlo y a lo mejor entretenerse leyendo esos fragmentos biográficos de quienes eran ellos hasta el día del concierto.

Luego hay citas, como mismo se hace en las revistas, que destacan lo que se habla y enriquecen el contexto de que vengo hablando.

Perdón, pero, ¿puede identificar quiénes son “ellos” (los de las reseñas de vida)?

Los seis que se hicieron presente ese día: Silvio, Pablo, Noel, Eduardo, Vicente y Martín Rojas.

Formalmente el MNT fue fundado en 1972, ¿reconoce en el concierto de 1968 el punta pie inicial de lo que ha definido en el subtítulo “una nueva trova”?

Justamente una tesis del libro viene a ser esa. Es decir, que si en 1972 se fundó el movimiento “con mayúsculas”, fue aquel otro día, en esa sala de Casa de las Américas, donde nació al menos simbólicamente. Yo digo que en 1968 se hizo público como expresión generacional.

Una cosa que me ayuda a reforzar la idea que planteo es, por ejemplo, que no termino en el tratamiento del tema con el día del concierto, sino que hago como un brevísimo repaso por la prensa hasta el año 1969, donde ya se ve que en periódicos se referían a ellos como un “movimiento”.

¿“Movimiento” a secas o con algún apellido?

No tenían un nombre definido todavía, aunque había gente que ya los asociaba con trova.

Una imagen de un periódico que utilizo en el libro resulta toda una reflexión acerca de la nueva canción en Cuba, en que ellos mismos sí se definen como un “ismo”. Es una reflexión interesante, porque aunque estamos viendo que en el año 1968 eran prácticamente unos completos  desconocidos, a raíz de ese concierto se da ese salto para que pasen a ser vistos ya como un movimiento, como miembros de una misma expresión generacional.

¿Eran efectivamente tan desconocidos Silvio, Pablo y Noel en esa época?

Silvio era una figura un poco más conocida, pero Noel era desconocido. A Pablo se le conocía en los ambientes de los clubes nocturnos y del feeling.

MÚSICA │ «Cuba va», canción compuesta por Pablo, Noel y Silvio en el año 1970.

A la luz del tiempo, ¿podríamos decir que esa jornada significó un antes y un después en la canción cubana?

Sí y en el libro juego un poco con eso. Hay un poema de Roberto Fernández Retamar que aparece citado en la introducción y que habla de cómo la Historia la hacen personas que no tenían nombres y que van llenando fechas vacías en los almanaques, fechas que luego vimos arder. Yo juego con eso, ofrezco varias lecturas del porqué en esos días el concierto no fue recogido por la prensa ni reseñado, no contamos con un testimonio de la época.

¿Y cuál sería la explicación de esto último?

La explicación más certera pudiera ser que en aquel entonces eran unos muchachos sin nombre llenando una fecha vacía que vimos arder con el paso de las décadas y con el desarrollo posterior del movimiento que ellos gestaron: la Nueva Trova. En otras palabras, es la propia historia de la Nueva Trova lo que permite hoy, a la luz de 55 años, decir que ese fue un hecho fundacional. De no haber pasado todo lo que sucedió después, ese concierto hubiera sido un hecho efímero.     

¿Qué novedades podrán encontrar las aficionadas y los aficionados a la trova cubana en La Habana, día de un año?

Además de las fotografías inéditas y de los testimonios mencionados, me gustaría decirte que durante la investigación encontré una serie de poemas inéditos de Noel Nicola y hay uno que publico y da cierre al primer capítulo, un poema escrito en 1969 y que resume y menciona de modo genial todo lo que era ese momento. Lo bonito es que fue escrito en esos años, no es lo que a la luz de hoy podemos decir. De hecho, me parece súper curioso, así que lo he digitalizado y está publicado como como el facsímil del documento original, que tenía la viuda de Noel.

La casa editora es Ojalá, el sello de la Oficina de Silvio Rodríguez. ¿Cómo fue contar con su colaboración?

Fue una experiencia privilegiada contar con los testimonios de Silvio. Cada vez que iba encontrando alguna nueva pista pude tenerlo a mano, hacerle preguntas y que me contara desenfadadamente lo que recordaba.

En ese sentido, destaco lo relacionado con el programa de televisión Mientras tanto –conducido por Silvio– y ciertos antecedentes que rodeaban al concierto y polémicas que siempre ha habido en torno a la figura de Silvio, pues me dedico un poco a ir aclarando cómo se fueron sucediendo esos hechos.

¿Cómo qué polémicas?

Por ejemplo, gracias a la revisión de material de periódicos de la época logré –incluso fue un detalle que le pude aportar al propio Silvio– determinar desde qué fecha y hasta qué fecha salió al aire Mientras tanto. Esto porque una de las cosas que leí en cierto momento es que ese concierto se dio precisamente porque a Silvio, con toda esa mística conflictiva que lo perseguía en ese entonces, Haydée Santamaría le abrió las puertas de Casa de las Américas ya que supuestamente lo habían botado del Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR), cosa que no fue exactamente así porque el concierto fue el día 19 de febrero y Mientras tanto estuvo al aire hasta marzo de 1968. Se aclaran ciertos mitos en torno a esa etapa. 

¿Hay algún hecho, anécdota, un dato o algo que le haya sorprendido a usted misma mientras llevaba a cabo la investigación?

Tendría que decir que el primer dato sorpresa fue descubrir que el concierto había sido el lunes 19 de febrero y no el domingo 18, como se había dicho tantas veces (incluso se había llegado a celebrar como 18 de febrero).

¿Y cómo llegó a confirmar eso?

Fue resultado de haber consultado a la prensa. Logré localizar dos notitas muy pequeñitas en dos periódicos que anunciaban el concierto: una un día antes y otra del mismo día. Ambas aparecen en el libro.

¿Alguna otra sorpresa?

Otra gran sorpresa que tuve, porque yo realmente rastreé todos los archivos fotográficos que sabía que existían, de revistas que incluso desaparecieron, de periódicos antiguos, fototecas, en fin… fue hallar casi 40 fotografías inéditas del concierto, las que pertenecían a la revista Cuba; en el libro compartí cerca de una docena. Eso fue, como te imaginarás, una súper sorpresa, porque incluso ya había entrevistado a personas y tuve que volver a sus casas, cual detective, a enseñarles las fotografías para ver si identificaban a alguien más.

¿Qué “pistas” dieron esas fotos? ¿Se pudo identificar a otras y otros asistentes?

Podemos ver que se trata de una sala abarrotada de público, porque afortunadamente hay fotos del público. Hablamos de la Sala Che Guevara, que es enorme, que estaba repleta, con muchachos sentados hasta en el piso.

Lo curioso fue que a las únicas dos personas que pudimos identificar gracias a esas fotos no recordaban haber estado en el concierto. Y eso es hasta irónico o paradójico, tiene su gracia, porque les enseñé su foto y me decían: “sí, soy yo, pero en aquel  momento yo…”.

¿Quiénes eran esas personas y qué dijeron?

Uno es el músico Héctor Angulo, quien me dijo: “es que en aquel momento yo trabajaba transcribiendo las canciones que llegaban al Centro de la Canción Protesta, las llevaba a partituras…”.  

La otra es la editora Virgen Gutiérrez, que tampoco se acordaba de haber estado. Aunque, claro, en ese tiempo era la pareja del poeta Luis Rogelio Nogueras (Wichy), así que tenía toda la lógica que hubiera asistido ese día al concierto.

Para terminar, ¿dónde se puede adquirir La Habana, día de un año?

Se puede comprar en la librería Rayuela de Casa de las Américas y en su sistema de librerías, en el Museo Nacional de la Música, y pronto en otros espacios culturales del país.

Título: La Habana, día de un año
Autora: Patricia Ballote Álvarez
Género: Música
Edición: Ojalá, 2024
Páginas: 131

Javier Larraín. Jefe editorial.

*Cortesía de Correo del Alba https://correodelalba.org

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.