Introducción.
En América Latina, cada vez más se posicionan gobiernos de corte progresista que chocan con el imperialismo estadounidense, a lo cual se suma la consolidación de Rusia, luego de haberse reconstruido política y económicamente de las cenizas de la URSS. Y para rematar, China, se ha convertido paulatinamente en una potencia que hoy le disputa el primer lugar como economía mundial a los Estados Unidos.
Lo cual ha prefigurado, una creciente multipolaridad y una reconfiguración geopolítica que, ha llevado a los Estados Unidos a transitar de un descenso hegemónico gradual a un declive precipitado[i].
Y, ante tal panorama, EEUU, viene apostando por la generación nuevas guerras o conflictos como el de Ucrania, antes que aceptar ser una potencia más dentro de un mundo multipolar[ii].
De ahí que, Joe Biden, el lunes 28 marzo 2022, durante su intervención en la reunión trimestral de directores ejecutivos de la Mesa Redonda de Negocios, en la que participaron los jefes de General Motors, Apple y Amazon.
Declarara que: “Ahora es un momento en el que las cosas están cambiando. Va a haber un nuevo orden mundial, y tenemos que liderarlo. Y tenemos que unir al resto del mundo libre para hacerlo”[iii].
Y, para intentar mantener su hegemonía mundial, Estados Unidos viene recurriendo a su poderío militar, el control que ejerce sobre el sistema financiero[iv], así como al control y dominio de recursos energéticos como el petróleo y el gas shale.
Respecto al control y dominio de petróleo y gas shale, mediante éste, el imperialismo estadounidense, viene intentando impulsar la recuperación tanto de su economía, como modificar la geoeconomía y la geopolítica global a favor de sus intereses.
En tal sentido, tras prohibir EEUU, Reino Unido y Canadá las compras de gas y petróleo ruso, a la Unión Europea. En Bruselas, donde se celebró la cumbre de la OTAN y el G7, Joe Biden, después de un Consejo Europeo para abordar temas energéticos. Se comprometió a enviar más gas natural licuado (GNL) a la Unión Europea, gas que, costara el doble que el que llega por gasoducto (en concreto, 2,4 veces más caro), por ejemplo, a través del Medgaz (por el que llega gas de Argelia a España)[v].
Según datos de Gas Industrial, el precio del gas natural licuado que llegó desde Estados Unidos a España se pagó de media a 53,88 euros/ MWh mientras que el proveniente de Rusia lo hizo a 38,42 euros/ MWh, un 40% menos[vi].
Entramado dentro del cual, el hijo del presidente Biden, Hunter Biden y la empresa Burisma Holdings[vii], que es el mayor productor ucraniano de gas, junto con Chevron, ExxonMobil, Shell y cientos de contratistas de perforación y suplidores de equipos que trabajan con ellos. Han impulsado las exportaciones de gas a Europa, pero Rusia y su empresa estatal Gazprom, les representan un importante obstáculo[viii].
De forma que, los Estados Unidos, mediante dichos actores viene impulsando un proceso de reconfiguración del patrón energético mundial, que ha colocado como principal víctima al pueblo europeo dependiente del gas –que aumentó 50% durante los primeros días del conflicto– y petróleo ruso[ix].
Así que, con la intención de conseguir sus objetivos, EE UU, ha venido intentando monopolizar el comercio y la distribución de la energía, especialmente el crudo para mantener el petrodólar.
Razón por la cual, EEUU, cuenta con casi el 26% de las refinerías del mundo e igual sucede con los puertos que canalizan los recursos que manejas dichas refinerías, contando EEUU, con algo más del 19% del total de puertos. Sumándole a ello que, EEUU tiene el 27,5% de las instalaciones más modernas, muy por delante del 8,5% de los puertos de Oriente Medio, y del 8% de los de China y Japón[x].
Gas shale, arma geopolítica del imperialismo estadounidense.
Frente a la dependencia estadounidense del petróleo de Arabia Saudita, Canadá, México y Venezuela, los Estados Unidos han impulsado desde hace años a su interior la producción de gas de esquisto (shale gas) y su complemento, el petróleo de esquisto (shale oil)[xi].
Impulso que, llevo a la llamada revolución del gas shale en los Estados Unidos. De forma que, en el año 2000 ese país llegó a producir aproximadamente 100 000 barriles por día fracturando 23 000 pozos. Y, para 2015, se fracturarían 300 000 pozos y la producción aumentó significativamente a cuatro millones de barriles por día.
Y, con tales aumentos en su producción, cambiarían las dinámicas comerciales petroleras a partir de 2018 a 2019, puesto que, Estados Unidos se convertiría en el principal país exportador de petróleo.[xii]
Así, en 2018, Estados Unidos exportaba 8.85 millones de b/d frente a los 7.99 millones de b/d de Arabia Saudita. Consiguiendo con ello, materializar la ilusión de los años sesenta: llegar a producir más petróleo que los sauditas.[xiii]
Además de que, los incrementos en su producción, le permitirían reducir sus importaciones petroleras de países africanos como Nigeria, Algeria, Libia y Angola, para ser sustituidas por los campos de Dakota del Norte y Nuevo México[xiv]. Transitando de una producción de 5 millones de barriles diarios en 2005, a la producción de 9.3 millones de barriles en 2015.
Pero más aún, el gas shale además de ser un medio para lograr la autosuficiencia energética, le ha permitido intentar reducir el papel de las actuales potencias gaseras como lo son Rusia, Irán, Venezuela y el Medio Oriente, como abastecedores de gas en Europa y otras regiones del mundo. Sumándole a ello, el intentar contrarrestar el renacimiento de proyectos de estatización energética que se han venido gestando en América Latina[xv].
Espectro conforme al cual, Donald Trump, proyecto sustituir la dependencia de gas Ruso en Europa, (30% del gas que importa la UE procede de Rusia) por la dependencia del gas shale de Estados Unidos, transportado mediante buques gaseros[xvi].
Ambiciones que, entre otras cosas, tal vez se vean frustradas ante el hecho de que, en 2021, Estados Unidos volvió a importar más petróleo, donde se incluyen petróleo crudo, productos refinados de petróleo y otros líquidos[xvii].
Las pretensiones estadounidenses de dominio energético sobre América Latina, como mecanismo de recuperación hegemónica.
Los EEUU, desde siempre han mirado a América Latina, como una fuente de productos agrícolas, metalúrgicos y de energía, particularmente de petróleo, y desde hace algunas décadas de gas natural. No obstante que, América Latina posee relativamente pocos recursos energéticos, comparado con Oriente Medio, el norte de África, Asia Central o Rusia,
Pero, dichos recursos le son significativos a Estados Unidos, en un marco regional, donde los recursos energéticos de América Latina, le pueden ayudar a lograr una autosuficiencia energética, para desempeñar un papel relevante en la lucha geopolítico mundial por la energía.
Así, América Latina, representa para los EEUU, una fuente directa de oferta energética[xviii], lo cual se añade a la idea estadounidense de que, desde México hasta Chile, sus gobiernos deben actuar en función de sus intereses geopolíticos[xix].
Lógica conforme a la cual, desde 2012, Estados Unidos diseñó una estrategia energética de largo plazo llamada Conectando las Américas 2022 (CA2022). Misma que, apuesta por la apertura de los mercados energéticos, el avance de megaproyectos y la construcción de infraestructura energética como gasoductos, oleoductos y líneas eléctricas.
Y mediante tal infraestructura, se espera conectar energéticamente al continente, aumentar la capacidad de generación eléctrica, abrir el mercado energético de América Latina, destruir a las empresas paraestatales de energía y “mejorar el clima de negocios”, que se traducirían en Programas de Ajuste Estructural (PAE)[xx].
Estrategia estadounidense, que además pretende permitir la salida de gas no convencional por mar y tierra, y la venta de tecnología como el fracking. Y, conforme a CA2022, distintos gobiernos de América Latina se han volcado en las últimas décadas al desarrollo del gas natural, mismo que, representó el 31% del suministro total de energía primaria de la región en 2020.
Para el caso de México, el 60% de la generación eléctrica depende del gas natural, y el país todavía depende de importaciones de Estados Unidos, situación que el presidente Manuel López Obrador pretende revertir mediante la creación de nuevos pozos e infraestructura.
En tanto que, Perú, cuenta con Camisea, una de las mayores reservas de gas natural de América del Sur. Pero dificultades geográficas y logísticas hacen complicada la masificación de su uso.
Mientras que, en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro, presentó en 2021, un nuevo marco legal para el gas natural, con el objetivo de abrir el mercado a más empresas por fuera de Petrobras e incrementar las inversiones. El combustible actualmente representa 12% de la generación de energía debido al rol destacado de la energía hidroeléctrica[xxi].
Independencia Energética de América del Norte y la licitación de gasoductos en México.
La integración mexicana con la economía estadounidense en los últimos treinta años, ha estado subordinada a la lógica de producción, acumulación de capital y de energéticos por parte de EE.UU. Y, tal subordinación, pretenden los Estados Unidos permanezca y se agudice en un contexto internacional de transición en un mundo multilateral en el que la hegemonía de EE.UU. está siendo cuestionada[xxii].
Y para tales fines, México, desde hace algunos años ha sido subordinado al auge del gas de esquisto estadounidense. A través de exportaciones de ese recurso, y mediante la licitación de gasoductos, como el Gasoducto del Noroeste de México y el denominado gasoducto Los Ramones. Acto realizado el 26 de marzo de 2012, durante la presidencia de Felipe Calderón.
Estrategia que, sería denominada “cambio estructural del mercado de gas natural”, y que serviría para expandir la importancia del mercado de gas natural norteamericano. Así como, sería acorde con la estrategia de seguridad energética de Estados Unidos, conocida bajo el concepto de Independencia Energética de la América del Norte (Estados Unidos, Canadá y México).
Y de lo cual, también derivarían en el 2012, diversos foros impulsados por dirigentes del sector energético mexicano, donde se plantearía que, es necesario transitar hacia un régimen de concesiones, tanto en lo que concierne al gas de esquisto como para la explotación de los yacimientos de aguas profundas[xxiii].
No obstante, el incrementó en la compra del gas estadounidense, se daría a la par de la quema del gas producido en el país. De acuerdo con el documento El sector del gas natural, de la CNH, el 1 de junio de 2010 se quemaron cerca de 600 mil millones de pies cúbicos por día, luego de ahí se presentó un descenso notable en la quema, pero también en la producción.
Quema de gas nacional que, con Enrique Peña Nieto como presidente aumentarían progresivamente, sumándole a ello que, la producción de éste energético caería considerablemente, obligando a México a comprar el gas shale de Estados Unidos.
Y de ahí, en agosto de 2014, una vez promulgada la Reforma Energética, el entonces director de la CFE, Enrique Ochoa Reza, anunció las primeras licitaciones de dos gasoductos, dos ramales de gas natural, tres centrales de generación de energía eléctrica de ciclo combinado, así como la rehabilitación y modernización de una central hidroeléctrica, tres líneas de transmisión y cinco paquetes para mejorar las redes de distribución eléctrica del país.
Sin embargo, el verdadero boom de la licitación de gasoductos se daría en 2016, coincidiendo con el momento de la mayor quema de gas natural mexicano, cuando la producción misma caería y cuando el valor del gas en Estados Unidos estaba barato. Circunstancias ante las cuales, el 5 de noviembre de 2015 Ochoa Reza anunció en el diario The Economist la licitación de 26 nuevos gasoductos[xxiv].
Mientras que, en junio de 2016, el presidente Trump anunciaría que había aprobado la construcción de un oleoducto para cruzar el Río Bravo desde Peñitas, Texas, hasta el estado de Tamaulipas. Acto respecto al cual, señalaría que, otro de los muchos éxitos de su estrategia había sido aumentar las exportaciones de energía de EU.
Y todo lo cual, ha llevado a que México, transite de ser considerado como un proveedor de petróleo para el mercado de EU. Para ocupar un papel como consumidor de refinados, de gas natural e incluso de petróleo producido en territorio americano, si bien las exportaciones mexicanas de crudo convencional siguen contribuyendo a la seguridad energética estadounidense[xxv].
Lo cual, pone de manifiesto que, los objetivos de las grandes empresas estadounidenses y su gobierno, son la primarización del sector energético mexicano, para dejar a EE.UU. el proceso de industrialización y transporte de petróleo y gas.
Para que, México, continue respondiendo a la reconfiguración del imperialismo estadounidense como región, a partir del gran potencial energético y comercial de nuestro país. Así que, conforme a los intereses estadounidenses, la empresa mexicana PEMEX, ha sido desmantelada en los últimos treinta años por gobiernos neoliberales afines a la política estadounidense.
En tal sentido, dichos gobiernos, realizaron la apertura del sector energético en nuestro país, mediante las reformas energéticas de 1992, 2008 y 2013, por mencionar las últimas, socavando con ello la soberanía energética y acentuando la progresiva desindustrialización del sector.
Y de ahí, PEMEX se ha dedicado a exportar petróleo crudo a Estados Unidos, a la vez que, nuestro país ha incrementado en los últimos años sus importaciones de petrolíferos y gasolina.
Tan solo en 2017, el desembolso para comprar petrolíferos por parte de PEMEX fue de más de 14 millones de dólares, de los cuales, 90% correspondieron a compras al mercado estadounidense. Mientras que, respecto a las importaciones de combustibles, en 2017 PEMEX hizo compras por más de 23 mil millones de dólares, 79% más de lo que compró en 2009.
Bibliografía.
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El Colegio de San Luis. “El poder del petróleo en las relaciones internacionales: Estados Unidos y sus estrategias hacía el Medio Oriente”. T E S I S Que para obtener el título de Licenciado en Relaciones Internacionales Presenta: José Edgardo Ávila Calvillo. Septiembre, 2009.
Rebelión. De depender de Rusia a depender de Estados Unidos. 30/03/2022.
Energíahoy. El petróleo: intereses geopolíticos y geoeconómicos de Estados Unidos en América Latina. Dra. Aribel Contreras Suárez. 27 FEBRERO, 2020.
LA ENERGÍA COMO VARIABLE ESTRATÉGICA EN ASIA. Por: Paul Isbell. PDF
América Economía. El miedo de Estados Unidos a la gran alianza de Euroasia. Autor: José E. Mosquera.
Rebelión. Europa, Rusia y el gas. Políticas que han alimentado al monstruo. Por: Alfons Pérez. 01/03/2022.
La Jornada. Economía, Enrique Galván Ochoa, martes 01 de 2022.
Energía hoy. Rusia y la geopolítica del gas en Europa. Por: Germán Gorraiz López. 20 de septiembre, 2021.
Rebelión. Quiebre histórico del «americanismo». Por Juan J. Paz-y-Miño Cepeda | 16/03/2022.
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Por: Mauricio Lascurain Fernández. Foro internacional, vol. LVII, núm. 2, 2017.
El Colegio de México. Agosto 2016. DOI: 10.24201/fi.v57i2.2431.
[i] La Jornada. ¿El territorio mexicano en el menú imperial? Por: John Saxe-Fernández. Jueves 24 de febrero de 2022.
[ii] La Haine. El imperio de las fobias. Por: María Fernanda Barreto. 01/04/2022.
[iii] Independet en español. ¿Qué es el “Nuevo Orden Mundial” y por qué Joe Biden ha causado revuelo al utilizar la frase? Por: Joe Sommerlad. Lunes 28 marzo 2022.
[iv] Después que el dólar fue impuesto como moneda de reserva internacional a finales de la Segunda Guerra Mundial y después de la crisis petrolera de 1973, cuando impulsa el petrodólar.
Rebelión. Danza aciaga para el dólar. Por Hedelberto López Blanch | 01/04/2022
[v] El GNL siempre es más caro que el gas natural que viene por gasoducto por el proceso que implica: se coge la materia prima (la cual está en estado gaseoso, lógicamente), se somete a un proceso de licuefacción (se convierte en líquido), se carga en un barco denominado metanero, lo que ya implica costes de transporte y de tripulación, cuando llega al puerto de destino el gas se descarga en una planta regasificadora, donde se somete a un proceso de regasificación (se vuelve a convertir en gas), se cobra un peaje de entrada y se traslada a la red. Mientras que el gas natural que llega por gasoducto sólo supone coger la materia prima y enviarla por dicho tubo sin cambiar su estado.
Sólo en transporte, ya hay importantes diferencias de precios. En concreto, trasladar el gas por barco sale por 3 dólares por cada millón de BTU (unidad calórica que equivale a 27,8 metros cúbicos de gas y a 0,048 metros cúbicos de GNL), mientras que hacerlo por tubo cuesta 1,2 dólares por cada millón de BTU. Y al transporte, hay que sumar el propio coste de la materia prima (que ha subido bastante en el último año), y el proceso ya citado que necesitan. De esta forma, cada millón de metros cúbicos (denominado bcm) de GNL sale por entre 118 y 120 dólares, mientras que cada bcm de gas vía gasoducto cuesta entre 48 y 50 dólares.
Hispanidad. Biden hace negocio con la guerra de Ucrania: enviará más gas natural licuado a la UE… que nos costará más del doble que el del gasoducto Medgaz. Por: Cristina Martín. 25/03/22
[vi] El Economista. El precio del gas que llega desde EEUU se paga un 40% más caro que el ruso. Por: Rubén Estellar. 31-01-2022.
[vii] Por el momento ya se ha podido comprobar que el hijo del presidente Joe Biden controla las principales compañías ucranianas de producción y comercialización de gas y que fue o es intermediario entre los laboratorios ucranianos que experimentaban con armas biológicas y el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, varios correos electrónicos revelados por The Epoch Times, diario vinculado a la secta china Falun Gong, demuestran la implicación personal del presidente Joe Biden en diversas malversaciones y estafas.
Red Voltaire. Hunter Biden a recibió millones de China. 31 DE MARZO DE 2022.
[viii] Prensa Latina. ¿Quiénes se benefician de la crisis en Ucrania? Por José R. Oro. Febrero 26, 2022.
[ix] Rebelión. La coordenada rusa y el tablero geopolítico global: la dimensión geoeconómica. Por Isaac Enríquez Pérez | 31/03/2022
[x] Rebelión. Crisis en Europa: petróleo, OTAN y geopolítica. Por Iñaki Gil de San Vicente | 22/03/2022
[xi] Ello mediante la perforación horizontal junto con tratamientos de fracturamiento hidráulico (hydrofracking), proceso que implica dirigir un pozo vertical horizontalmente y entonces se utiliza una mezcla a base de agua y productos químicos en grandes volúmenes para fracturar el esquisto y permitir que el gas natural atrapado en la roca fluya al yacimiento/pozo.
Esto es lo que ha permitido que Estados Unidos viva lo que llaman la “Revolución del gas de esquisto”, donde la producción de gas natural ha sobrepasado el récord alcanzado en 1973. La producción del esquisto, junto con la tradicional, procedente del Golfo de México, ha logrado revertirla tendencia declinante de la curva de producción petrolera de largo plazo de Estados Unidos.
Esto se considera un gran logro dada su tendencia considerada irreversible. La situación actual es vista como un cambio de paradigma en la industria petrolera estadounidense, trayectoria que se espera se sostenga en el tiempo en vista de la abundancia de recursos técnicamente recuperables (una tercera parte de los recursos gaseros totales en Estados Unidos).
Vargas Suárez, Rosío; Barrios Castillo. Heberto El impacto geopolítico de la revolución del gas de esquisto: consideraciones para México. El Cotidiano, núm. 177, enero-febrero, 2013, pp. 61-68 Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco Distrito Federal, México.
[xii] Desde 2010, Estados Unidos ha exportado más productos de petróleo refinado, incluidos fuel oil destilado, líquidos de gas de hidrocarburo y gasolina para motores, entre otros, de lo que ha importado. Las exportaciones netas de productos de petróleo refinado crecieron a 3,3 millones de b/d en 2020 y se mantuvieron casi igual en 2021.
El Periódico de la Energía. EEUU vuelve a ser importador neto de petróleo en 2021 y 2022. Por: José A. Roca24/02/2022
[xiii] El circuito petrolero de transporte en Estados Unidos fue la ventaja crucial para que el andamiaje del shale se consolidara.
La rapidez en poner en marcha esta técnica fue gracias a la disposición de créditos, las deudas y también a la preexistencia de redes de ferrocarriles que incentivaron el alza de los precios del barril de crudo desde 2008 en Estados Unidos.
La red ferroviaria fue lo que permitió después el boom petrolero del shale en Estados Unidos, porque no se construyeron los trabajosos oleoductos.
Utilizar esta vía de transporte es más invisible y flexible que un oleoducto, ya que no exige un exhaustivo análisis ambiental y político porque las vías ya existían y se adaptan a la demanda.
A la fecha, ya el sistema ferroviario dedicado al shale cuenta con terminales en diferentes estados y acceso casi directo a distintas refinerías.
Cuba Debate. ¿Se acerca el fin del esquisto estadounidense? 21 febrero 2022.
[xiv] UAM-Xochimilco. División de Ciencias Sociales y Humanidades. Maestría en Relaciones Internacionales. Los Estados Unidos de América y la segunda guerra de Iraq. (2003): Causas y efectos en la geopolítica de la energía. Tesis para optar al Grado de Maestro en Relaciones Internacionales. Presentado por: Christian Fernando Pérez Armas. 2016.
[xv] Vargas Suárez, Rosío; Barrios Castillo. Heberto El impacto geopolítico de la revolución del gas de esquisto: consideraciones para México. El Cotidiano, núm. 177, enero-febrero, 2013, pp. 61-68 Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco Distrito Federal, México.
[xvi] Otro objetivo era impulsar la utilización de la técnica del fracking en todos los países de la Europa Oriental, el llamado “arco del fracking europeo”; que se extendería desde los Países Bálticos hasta la Ucrania europea, pasando por Polonia; República Checa; Eslovaquia; Hungría; Rumania y Bulgaria y que dependería de la tecnología de empresas estadounidenses como Chevron o Shell.
Energía hoy. Rusia y la geopolítica del gas en Europa. Por: Germán Gorraiz López. 20 de septiembre, 2021.
Sin embargo, fracasaron proyectos como el del gasoducto conocido como Nabucco West ,(proyectado por EEUU para transportar el gas azerí a Europa a través de Turquía, Bulgaria, Rumania y Hungría y así evitar el chantaje energético ruso), fracasó al haberse inclinado Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán por el proyecto ruso del gasoducto South Stream y retirarse finalmente Azerbaiyán del proyecto en junio de 2013, siendo elegida la vía alternativa del gasoducto transadriático, (TAP, Trans Adriatic Pipeline), mediante el cual Azerbaiyán exportará su gas hacia Europa a través de Grecia, Albania e Italia pero que sólo puede transportar un tercio del proyecto Nabucco, por lo que no supone ninguna amenaza para los intereses de Rusia.
Instituto Argentino para el Desarrollo Económico. El fracking como arma estratégica de EE.UU. Por: Germán Gorraiz Lopéz. PDF.
Y, sumado a tales fracasos, en Europa, el gas shale no ha sido un boom, porque en el cálculo de costo-beneficio el shale no tiene cabida. En Polonia se vendió la propaganda de que podría ser el otro país en vivir el boom del shale, pero los pozos no funcionaron como se esperaba, el potencial de explotación no es significativo, los inversionistas extranjeros se retiraron y las protestas ambientales sostenidas han obstaculizado los planes de perforación.
Hace una semana, la Autoridad de Petróleo y Gas (OGA, por sus siglas en inglés) de Reino Unido ordenó que se tapen con concreto los únicos dos pozos de gas shale de ese país, debido a que no se han utilizado desde 2019, después de que se suspendieron las perforaciones de prueba debido a los temblores de tierra. En resumidas cuentas, el proyecto del petróleo shale es norteamericano fundamentalmente.
Cuba Debate. ¿Se acerca el fin del esquisto estadounidense? 21 febrero 2022.
[xvii] El Periódico de la Energía. EEUU vuelve a ser importador neto de petróleo en 2021 y 2022. Por: José A. Roca24/02/2022
[xviii] Real Instituto Elcano. Energía y geopolítica en América Latina. Escrito por Paul Isbell. 27 Feb 2008.
[xix] Si bien el círculo inmediato de intereses energéticos lo componen Canadá y México, más allá de América del Norte, existe el objetivo estadounidense de conformar una red energética a lo largo y ancho del continente.
Además, uno de sus objetivos centrales está en poner a competir al petróleo con otros productos energéticos, pues no sólo reduciría su precio, sino que también alteraría el equilibro de poder geopolítico a favor de los importadores de petróleo.
CELAG.org. EE.UU. y la ¿posible? soberanía energética de México. Por: Aníbal García Fernández. 3 SEPTIEMBRE, 2018.
[xx] La estrategia estadounidense ha tenido en mente tres grandes proyectos: conexión entre Estados Unidos-México-Centroamérica-El Caribe, conexión andina entre Colombia, Ecuador, Perú y Chile y la conexión del Cono Sur. Vincula al Departamento de Estado, de Energía y a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Incluye al Banco Interamericano de Desarrollo, al Banco Mundial y a la Organización de los Estados Americanos.
Y pretende engarzarse con tratados de libre comercio como el renovado T-MEC, así como con acuerdos subregionales como la Alianza del Pacífico.
CLACSO. Geopolítica energética de Estados Unidos en Nuestra América. Por: Aníbal García Fernández.
[xxi] Rebelión. El rol del gas natural en la transición energética de América Latina. Por Fermín Koop | 23/02/2022.
[xxii] CELAG.org. EE.UU. y la ¿posible? soberanía energética de México. Por: Aníbal García Fernández. 3 SEPTIEMBRE, 2018.
[xxiii] Vargas Suárez, Rosío; Barrios Castillo. Heberto El impacto geopolítico de la revolución del gas de esquisto: consideraciones para México. El Cotidiano, núm. 177, enero-febrero, 2013, pp. 61-68 Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco Distrito Federal, México.
[xxiv] Proceso. GAS NATURAL. La receta del colapso. Por Jesusa Cervantes.
[xxv] Petroquimex. Dominio Energético Global Estadounidense. 27 febrero, 2018.
Ramón César González Ortiz, licenciado en Sociología y maestro en Estudios Políticos por la UNAM.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.