Más de 200 personalidades de 15 países pidieron este 6 de diciembre a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ampliar las medidas cautelares a favor del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas (2013-2018), preso en una cárcel de máxima seguridad a la espera de un juicio por presunto peculado.
«Exjefes de Estado, destacados juristas, congresistas y representantes de organismos internacionales, academia y movimientos sociales solicitan a la CIDH ampliar las medidas cautelares vigentes, otorgando a Jorge Glas medidas no privativas de libertad«, indicó el comité internacional a favor de la libertad del exfuncionario.En su pronunciamiento, rubricado por 220 personalidades, el referido comité expresó su confianza en que la CIDH «actuará con celeridad, sin influencia del calendario electoral ecuatoriano», tras las denuncias de violaciones al debido proceso y de falta de atención médica especializada a Glas.Entre los firmantes están el premio Nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel, el expresidente colombiano Ernesto Samper, el expresidente boliviano Evo Morales y el exjuez español Baltazar Garzón. Entre los ecuatorianos signatarios de este pedido a la CIDH, están el expresidente Rafael Correa (2007-2017), así como los excancilleres Ricardo Patiño y Guillaume Long, además del excandidato presidencial Andrés Arauz.
En la misiva, dada a conocer en rueda de prensa digital el 6 de diciembre, se expresa la preocupación por la integridad física y la salud de Glas, al cumplirse ocho meses de su captura en el interior de la embajada mexicana en Quito y posterior encarcelamiento en la cárcel llamada La Roca, de la ciudad de Guayaquil (suroeste). La nota añade que, desde entonces, Glas ha sido sometido a torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes.
«Ha enfrentado (Glas) a un régimen de detención tan cruel que lo llevó no solo a realizar una huelga de hambre, sino a intentar suicidarse«, señala la carta, que describe el deterioro de la salud del exvicepresidente, a quien se la ha diagnosticado transformación persistente de la personalidad tras experiencia catastrófica.La misiva señala que el 14 de noviembre pasado, la Relatora Especial de la ONU sobre la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, Alice Jill Edwards, advirtió que las condiciones de detención de Glas ponen en riesgo su vida y llamó la atención sobre las responsabilidades que recaen en el Estado ecuatoriano. Sin embargo, recientemente, la Corte Nacional de Justicia rechazó una acción extraordinaria de protección, por lo cual el comité a favor de la liberación de Glas considera que todas las vías institucionales del Ecuador en este caso «están cerradas, ya que Glas es un rehén político». Glas cumplió más de seis años de una pena acumulada por dos procesos por presunta corrupción y, tras salir en un régimen de pre-libertad (con requisitos), fue llamado a un nuevo proceso por presunto peculado desde el Comité de Reconstrucción de la provincia de Manabí, tras el terremoto que asoló a la costa ecuatoriana en abril de 2016. Esto llevó a que el exvicepresidente solicitara asilo a México, tras alegar temores por su vida y persecución política del Gobierno de Daniel Noboa, que irrumpió por la fuerza en la sede diplomática y lo apresó, alegando que no era legítima la protección otorgada a su favor, por tratarse de un «delincuente común».
El hecho motivó la ruptura de las relaciones diplomáticas por parte de México con Ecuador y el inicio de un proceso contra este país andino ante la Corte Penal Internacional de La Haya, donde el gobierno de Noboa también presentó una demanda contra su par mexicano, en marcha actualmente.