A mediados de noviembre de este año 2020 surgió de repente una explosión de esperanza y optimismo al aparecer en todos los medios de comunicación como noticia de portada: “La farmacéutica estadounidense Pfizer anunciaba que ya se podía disponer una vacuna contra la pandemia del covid-19, para finales de año”.
Así lo mostraban los ensayos en su fase III, que aseguraba un éxito de la vacuna en el 90% de los tratados. Pero es completamente apresurado cantar victoria y plantear a ciencia cierta, cuando es más que dudoso que este resultado de un 90% pueda ser aceptable. Parece que más bien se trata de un acto propagandístico de la supercorporación farmacéutica. Lo cierto es que a partir de este anuncio la bolsa se ha disparado y el crecimiento oligárquico ha recibido un balón de oxigeno.
Da que pensar el hecho de que surja esta euforia optimista ante el virus a los pocos días de confirmarse la derrota del necropolitico [1] negacionista del covid-19 y del cambio climático Trump y cuando está dándose el afianzamiento de la elección en su cargo de presidente el ecofascista [2] Biden. En efecto, resulta que el partido demócrata tiene históricos vínculos con las grandes corporaciones farmacéuticas. Por ejemplo, el candidato demócrata Al Gore, que compitió con Bush, estuvo a punto de ser presidente gracias a unas enormes ayudas económicas que las “farmacéuticas” entregaron al candidato ecofascista demócrata Al Gore [3]. Según un artículo fiable de Scott Thompson y Michele Steinberg titulado «Repudian el genocidio de Al Gore en África», la condición que pusieron las farmacéuticas para la entrega de esa fabulosa cantidad de dinero, al candidato fue que EEUU prohibiera en Sudáfrica la venta de vacunas genéricas contra el sida en plena expansión de esta pandemias (algo que estaba en sus manos por ser entonces vicepresidente de los EE UU). Murieron millones de sudafricanos por este acto criminal comercial [4].
Enric Llopis en un artículo de 2015 de Rebelión.org titulado “Médicos Sin Fronteras señala a Pfizer y GSK por el elevado coste de la vacuna contra la neumonía” [5], nos dice:
“A pesar de que existe una vacuna eficaz contra la neumonía, ésta sólo llega al 25% de los niños que en el mundo la necesitan. Cerca de un millón de niños mueren anualmente por esta enfermedad (uno cada 35 segundos), mientras las dos únicas empresas que producen la vacuna contra la neumonía -Pfizer y GlaxoSmithKline (GSK)- «mantienen un precio desproporcionado», ha informado la delegada de Médicos Sin Fronteras en la Comunidad Valenciana (MSF), Mila Font, en rueda de prensa celebrada hoy en el Colegio Mayor Rector Pesset Alexandre de la Universidad de València”… y prosigue: “las compañías Pfizer y GSK han ingresado unos 26.000 millones de euros en cinco años por las ventas de la vacuna neumocócica.
También Jordi Martorell nos habla de estos “manejos comerciales” de Pfizer en un artículo de ecologíapolitica.info. titulado “Cómo las compañías farmacéuticas subordinan la vida humana a sus beneficios” [6]. Dice así: “La oferta de Pfizer (la crisis del VIH/SIDA) de donar fluconazole para tratar a 100.000 surafricanos puede parecer un acto de caridad, pero su objetivo real es proteger la versión comercial de la vacuna fluconazole de Pfizer. Lo que las empresas farmacéuticas quieren impedir a toda costa es que los gobiernos tomen la iniciativa de producir sus propias versiones genéricas de los medicamentos o que importen versiones genéricas de otros países”.
Para terminar, decir que España el 10 de noviembre de 2020 anunció la firma de un contrato por 1.300 millones de euros con la compañía Pfizer para la adquisición anti-covid-19.
Notas:
[1] A la chita callando, ¡En menos de un año el patógeno ya se ha cobrado más de 1,25 millones de vidas en el mundo! De los cuales algo más de 0,3 millones corresponden a los EEUU del negacionista y necropolítico Trump. Una cifra de muertes de norteamericanos similar a la de la Segunda guerra Mundial, Corea y Vietnam juntas, y todo en un solo año. A raíz de este extremado éxito, necropolítico Trump exclamó: “¡El covid-19 es una bendición de cielo!”
[2] Son proverbiales las buenas relaciones que tuvo, a lo largo de la historia, el partido demócrata de los EEUU con las grandes corporaciones farmacéuticas estadounidenses, las cuales tienden de continuo a discriminar del uso de la vacuna a las personas pobres, que inevitablemente han de morir.
[3] Scott Thompson y Michele Steinberg en su artículo que apareció en Rebelión el 19 de abril de 2007, en Coalición Fármacos Contra el Sida para África (AIDSDA), titulado: «Repudian el genocidio de Al Gore en África» expone con detalle que Al Gore fue apoyado por las multinacionales farmacéuticas en la referida campaña electoral. “Según voceros de Coalición Fármacos Contra el Sida para África (AIDSDA), en 1998 y 1999 el vicepresidente Gore amenazó al vicepresidente (y ahora presidente) sudafricano Thabo Mbeki, con que EE UU le retiraría toda ayuda económica a menos que Sudáfrica abandonara sus planes de fabricar e importar drogas genéricas más baratas para el tratamiento del VIH-SIDA. En consecuencia, miembros de la coalición ALDSDA acosaron al vicepresidente durante su campaña por la presidencia gritando consignas como «Al Gore mata por codicia», en referencia a las contribuciones de grandes farmacéuticas que colmaron los arcones de su campaña presidencial de 2000 […] Entonces, como ahora, Gore abrazó el genocidio contra el Tercer Mundo disfrazado de ecología”.
[4] Para más detalles sobre este espinoso asunto recomiendo consultar mi obra: Julio García Camarero, “El decrecimiento feliz y el desarrollo humano” La Catarata, 2010, págs. 193-198.
[5] https://rebelion.org/medicos-sin-fronteras-senala-a-pfizer-y-gsk-por-el-elevado-coste-de-la-vacuna-contra-la-neumonia/
[6] https://www.ecologiapolitica.info/novaweb2/wp-content/uploads/2019/10/023_Martorell_2002.pdf
Julio García Camarero es doctor en Geografía por la Universidad de Valencia, ingeniero técnico forestal por la Universidad Politécnica de Madrid, exfuncionario del Departamento de Ecología del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y miembro fundador de la primera asociación ecologista de Valencia, AVIAT.