Más allá de leyes y acuerdos, de propuestas sociales y tendencias políticas, un pueblo no se puede permitir enterrar la parte de su historia en la que más sangre inocente se ha derramado, bajo el fango de un olvido premeditado e interesado. Más allá de informaciones y recuentos oficiales, más allá de documentos y hechos […]
Más allá de leyes y acuerdos, de propuestas sociales y tendencias políticas, un pueblo no se puede permitir enterrar la parte de su historia en la que más sangre inocente se ha derramado, bajo el fango de un olvido premeditado e interesado.
Más allá de informaciones y recuentos oficiales, más allá de documentos y hechos históricos, un pueblo debe mantener vivo el rescoldo de una justicia negada durante decenios que, aún hoy, sigue sin desarrollarse en su plenitud.
No es venganza, ni aún revancha, no. Es, más bien, ánimo al recuerdo, aliento a la memoria desatendida; es consolar el daño recibido, desterrar los miedos sufridos y reconfortar los sueños despedazados de tantos miles y miles de sacrificados en nombre de una ideología inhumana que sojuzgó a los españoles amarrando su futuro, y el de las generaciones siguientes, al yugo del fascismo, mientras vigilaba con la punta de sus flechas cualquier paso fuera del camino marcado a hierro y fuego.
La memoria es caprichosa, pero no debe estar sometida la memoria colectiva de todo un estado al capricho de unos pocos que quisieron olvidar y de otros pocos que no quisieron recordar. La memoria es frágil y perecedera, y desde que acabó la Guerra Civil su integridad se ha visto amenazada por incontables intentos de moldear y manipular la educación de millones y millones de españoles, que aún hoy tienen mucho que reclamarle a un pasado que se encuentra en deuda con ellos. No esperemos a que sea el futuro quien salde tal deuda, comencemos ahora a pagarla.
Citas, ecos, descubrimientos, textos inéditos, convocatorias, efemérides, curiosidades, reseñas literarias…, un infinito goteo de píldoras para la memoria que terminará por crear una fisura hasta en el más rocoso e intencionado de los olvidos.
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Más información en: «La Memoria Histórica a debate«
Y todos los textos sobre Memoria Histórica pueden leerse aquí
Fuente:http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article21485