Las recetas de todos los que, teniendo poder para ponerlas en práctica, afirman tener la solución para salir de la crisis, van todas por el mismo camino. Todas ellas son de tipo neoliberal, todas ellas atentan contra el más débil, todas ellas buscan financiar los excesos y las extravagancias del gran capital imponiendo penas económicas […]
Las recetas de todos los que, teniendo poder para ponerlas en práctica, afirman tener la solución para salir de la crisis, van todas por el mismo camino. Todas ellas son de tipo neoliberal, todas ellas atentan contra el más débil, todas ellas buscan financiar los excesos y las extravagancias del gran capital imponiendo penas económicas a las clases más desfavorecidas.
La crisis sufrida por Irlanda, Portugal o Grecia ha terminado llevando a cada uno de estos países a la más absoluta miseria, endeudados por décadas con intereses que rozan la usura por el lado de allá, y que no paran de crecer y empeorar aún más el problema. Antes de alcanzar sus más inhumanas cotas de miseria, cada uno de estos países sufrió el acoso de los mercados, sufrió la imposición internacional (bajo amenaza de aislamiento) de políticas neoliberales que fueron presentadas a sus víctimas como la solución para salir de la crisis.
En el caso de Irlanda, los recortes sociales que le fueron impuestos para evitar un agravamiento de la crisis, condujeron al «rescate», que no es sino otra forma de llamar a la crisis. Una crisis cuyos tiempos manejan con gran soltura las agencias de manipulación de deuda soberanas como Moody’s, que mucho después del rescate ha vuelto a rebajar aún más la calificación de la deuda irlandesa, concretamente hasta el estadio de «bono basura»[1]. Lo cuál certifica que cualquier medida que le fuera impuesta a Irlanda no ha servido de nada para evitar un empeoramiento, pero sí de mucho para crear un gran beneficio a quienes siempre están dispuestos a ir al rescate de las economías con problemas, aunque estos problemas puedan ser resultado de las más diabólicas maquinaciones financieras.
En el caso de Portugal, las medidas impuestas por la mafia financiera internacional, no han conseguido evitar o matizar la crisis, más bien todo lo contrario, entre sus principales logros están haber situado a las clases más débiles de la sociedad al borde del colapso, haber arruinado los avances en materia social y laboral, y haber perpetuado la crisis económica. La historia del acoso y derribo se repitió contra Portugal[2], contra los portugueses. La crisis no fue evitada sino impuesta en forma de rescate. Y después del rescate, la deuda no ha pasado a estar mejor considerada por la agencia mafiosa Moody’s, antes al contrario, ha sido rebajada al igual que la irlandesa hasta el nivel de bono basura[3]. Es interesante puntualizar que el cambio de signo en el gobierno luso hacia la derecha, no ha evitado en absoluto los manejos de la mafia financiera, más bien al contrario, ha acelerado el proceso de saqueo del país, situando los intereses de la deuda portuguesa a 2 años por encima del 21%[4]. La derecha es quien afila los cuchillos con los que habrán de asesinarnos los mercados.
En el caso de Grecia, más sangrante e inhumano si cabe, el guión se ha repetido: acoso, rebaja de deuda, imposición de medidas neoliberales, rescate… y vuelta a empezar: acoso, rebaja de deuda, más medidas neoliberales… A los griegos también les han presentado el rescate como si de una vacuna anticrisis se tratara, cuando en realidad estos mal llamados rescates no son sino la propia crisis, una certera puñalada enfundada en palabras esperanzadoras. Poco después del rescate extorsionador, otra de las cabezas de la hidra, la agencia de manipulación Fitch, ha rebajado la calificación de la deuda griega hasta el escalón más bajo, el CCC[5], haciendo montón con irlandeses y portugueses.
En el caso de España, aún no se ha producido ningún rescate, pero tal vez eso se deba a que se están aceptando desde hace meses las recetas impuestas por la mafia financiera neoliberal. Se han aceptado por parte del Gobierno reformas laborales que superponen la figura del esclavo y del trabajador de forma que ya es imposible saber donde termina uno y donde empieza el otro; se han impuesto desde el Gobierno reformas de las pensiones que aumentan el tiempo que una persona debe permanecer entregada al enriquecimiento de su jefe, y al mismo tiempo disminuyen los importes que se habrán de percibir en forma de pensiones, contando con que quede algo en caja después de pagar el acoso de los mercados en forma de intereses que no paran de crecer[6]; y por último se han permitido privatizaciones de compañías públicas que son rentables y no precisan ningún «rescate»[7], lo que en la práctica supone una transferencia de bienes públicos a manos privadas.
Y como quiera que la mafia financiera aún no debe tener suficiente con todo lo robado, el acoso sigue, ahora el FMI, el brazo tonto de la mafia, pide a Europa una acción urgente para frenar la crisis y evitar un contagio global[8]». En otras palabras, el FMI pide a Europa que imponga a sus ciudadanos la peor de las crisis solo que llamando a su operación de extorsión «acción urgente», que queda mucho mejor y obliga al ciudadano a detenerse a pensar qué narices quiere decir eso, mientras la mafia le mete la mano en el bolsillo.
Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que es humano y justo dudar de las medidas recomendadas por quienes están al servicio de aquellos que pueden resultar los principales beneficiados de las mismas

[1] http://www.20minutos.es/
[2] http://www.rtve.es/noticias/
[3] http://www.elpais.com/
[4] http://www.ntn24.com/noticias/
[5] http://mx.ibtimes.com/
[6] http://www.publico.es/dinero/
[7] http://www.
Fuente: http://
[8] http://es.noticias.yahoo.com/
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