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¿Por qué anular las deudas que el Banco Central Europeo posee de los países de la zona euro?

Fuentes: CADTM

Desde el inicio de la pandemia de la Covid-19 en Europa, las deudas públicas en la zona euro aumentaron un 20 %, de media.

La razón es simple, en lugar de establecer un impuesto al 1 % más rico y a las grandes empresas, como el CADTM y otros pedíamos (véase la petición 18632 ), los gobiernos prefirieron recurrir al endeudamiento. Eso ha creado una nueva deuda ilegítima, que se añade al endeudamiento de los países.

En cada crisis económica vemos como la brecha entre los ricos y los trabajadores se ensancha cada vez mas y las deudas publicas crecen más, en un proceso de acumulación de capital que no para. Es falso que la pandemia no entienda de clases sociales o afecte a todos por igual, las grandes empresas, tales como las del grupo GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft) obtuvieron enormes beneficios gracias al confinamiento y también a las empresas del Big Pharma, como Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Curevax, Merck que tuvieron unas ganancias fabulosas gracias a la pandemia, vendiendo vacunas y tratamientos a precios exorbitantes (véase Coronavirus: Bienes comunes mundiales contra el Big Pharma ). También los grandes bancos y los fondos de inversiones obtuvieron grandes beneficios gracias a las ayudas de los Estados, del mismo modo que las grandes empresas especializadas en los combustibles fósiles como petróleo y gas.

El rechazo a imponer un impuesto Covid a multimillonarios y multinacionales no solo ha acrecentado las desigualdades sino que ha favorecido un fuerte incremento de la deuda, un buen ejemplo de ello es Europa. La deuda pública total de la zona euro alcanza los 12 billones de euros (12 000 000 000 000 €). Entre el comienzo de 2021 y julio de 2021, la deuda pasó del 86% del PIB de la zona euro al 100%. Pero ese es el valor medio. Cuando aterrizamos en datos concretos país por país, vemos unos porcentajes mucho más altos. La deuda pública de Bélgica y Francia alcanza casi el 120%; la de España llega al 125%; la de Portugal, al 140%; la de Italia, al 160 %. Con respecto a la deuda pública de Grecia, alcanza el 210%, mientras que en el peor momento de la crisis de la deuda griega llegó «solo» al 180% y la Troika afirmaba que bajaría.

El BCE posee una parte importante de la deuda pública de la zona euro. En este momento el BCE posee más de 3,9 billones de euros en títulos soberanos de la zona euro, o sea, más del 30% de la deuda total. La compra los títulos soberanos de los países de la zona euro por parte del BCE se ha realizado por medio de dos programas: el primero es el Pandemic emergency purchase programme(PEPP) y el segundo es el Public sector purchase programme (PSPP). Esto se traduce en que actualmente el BCE posea cerca de 140.000 millones de euros de la deuda de Bélgica; 730.000 millones de euros de la deuda de Francia; 360.000 millones de euros de la deuda de España; 675.000 millones de euros de la deuda de Italia. Una deuda, que el BCE compró a los bancos privados, ya que no conviene olvidar que el BCE no presta directamente a los Estados miembros de la zona euro. Aunque por el contrario, los Estados si reembolsan al BCE los servicios de la deuda que éste posee de cada uno de ellos.

Desde el año 2020, numerosos economistas y múltiples movimientos sociales venimos pidiendo la anulación de las deudas en manos del BCE, especialmente en el manifiesto firmado por más de 150 economistas de Europa publicado en febrero de 2021. Por mucho que la cancelación de la deuda publica pueda ser un tabú para muchos economistas o políticos neoliberales de la UE, el BCE puede anular en su balance las acreencias que posee de los países de la zona euro. Se trata de un asiento contable que no plantea ninguna dificultad y no por ello un Banco Central caerá en quiebra por eso. Otra razón muy distinta, que nada tiene que ver con imposibilidades económicas o técnicas, es la falta de voluntad política para hacerlo.

En un futuro próximo, los gobiernos y las autoridades europeas cambiarán el discurso. Después de haber afirmado que los Estados podían aumentar su endeudamiento, dirán que será necesario reducir los gastos, reducir las inversiones del Estado, tomar nuevas medidas estructurales en el régimen de pensiones y en la seguridad social, retomar la regla de control del déficit, suspendida por ahora pero en ningún caso eliminada. Es decir : la vuelta de la austeridad que no podemos olvidar que esta constitucionalizada en los tratados europeos.

A lo largo de estos meses de pandemia hemos visto como se han suspendido derechos y libertades publicas supuestamente en pro de la salud publica. La anulación de la deuda publica en manos del BCE tiene que ser una medida de urgencia en pro de la salud publica. Esta medida podría aumentar los gastos de salud, incrementar las ayudas sociales y a la dependencia y aumentar los gastos orientados al combate contra la crisis ecológica y el cambio climático. Es fundamental que de una vez por todas prevalezca los intereses colectivos de los pueblos de Europa y no la tiranía de los mercados.

Otra ventaja (para las poblaciones) de la anulación de las deudas, que posee el BCE, consistiría en que éste perdería un instrumento de chantaje a los Estados para imponer su agenda neoliberal. Efectivamente, mientras el BCE mantenga en su poder las acreencias de los Estados de la zona euro, puede, en cualquier momento amenazar a aquellos, que no son dóciles con respecto a la «doxa» neoliberal, de no adquirirles deudas o de rechazarlos como garantía, lo que aumentaría el coste de sus nuevos préstamos. No podemos olvidar que es justamente esto lo que hizo el BCE con Grecia en 2015, y lo que había comenzado a hacer con el gobierno italiano en la primavera de 2019. Retirarles ese medio de chantaje a los halcones del BCE, constituiría una victoria.

Pero no podemos olvidar que en caso de que la lucha para anular las deudas, en posesión del BCE, no llegue a buen puerto, un gobierno popular puede decidir unilateralmente suspender el reembolso de la deuda al BCE, cuestión que obligará al Banco a negociar y a ofrecer concesiones. Lo que abriría un marco de oportunidades para que otros gobiernos pudieran hacer lo mismo. Para ello la implicación de la ciudadanía es fundamental, seguir apoyando y construyendo el movimiento popular por la auditoria de todas las deudas como un elemento clave para determinar la parte ilegítima, ilegal, odiosa y/o insostenible, para su anulación; sigue siendo a día de hoy, un elemento estratégico.

A aquellos y aquellas que dicen que si hubiera una anulación, los mercados financieros y los diferentes prestamistas privados exigirían un tipo de interés más elevado para continuar la financiación de los Estados, hay que contestarles que su afirmación no tiene ningún fundamento. Los Estados que tuvieron una reducción significativa de su deuda, pudieron tener acceso a préstamos menos onerosos que los que de antes de la anulación. Los prestamistas frente a un país cuya deuda tuvo una fuerte reducción, piensan que dicho país es mucho más solvente y tienden a otorgarle crédito con más facilidad.

Por supuesto, una anulación de deuda no es por si solo una panacea, son necesarias también otras medidas: una imposición mucho más importante al 1 % más rico y a las grandes empresas, un buen comienzo seria aplicar la tasa covid que ya se presento a principios de la pandemia; la lucha contra el fraude fiscal con la retención de las multas para los defraudadores, la suspensión de la licencia bancaria para los bancos que actúen como intermediarios de la evasión, la eliminación de las guaridas fiscales europeas , la socialización pública de los sectores clave de la economía,… Pero el aumento de los impuestos para los ricos debe ir acompañado de una reducción de impuestos y de tasas que pesan sobre la mayoría de la población. Es necesario reducir radicalmente el impuesto sobre el valor añadido (IVA) que se paga con la compra de productos básicos y servicios esenciales, mientras que el IVA sobre los productos de lujo debería de aumentarse.

Porque enfrentar la pandemia social que vivimos pasa ineludiblemente por el combate de la desigualdad, de todas las desigualdades crecientes, plurales e interconectadas, interviniendo en las realidades que son fuente y reflejo de esa desigualdad, como la fiscalidad, la precariedad, la austeridad o el poder corporativo. En definitiva, volver a poner en el centro del debate la redistribución de la riqueza y de los recursos como eje central de un programa ecosocialista. Porque nuestras vidas valen más que sus beneficios acabemos con la camisa de fuerza de la deuda.

Autor@s: Eric Toussaint , Sonia Mitralias , CADTM Europe , Paul Murphy , Miguel Urbán Crespo , Andrej Hunko , Cristina Quintavalla , Manon Aubry , Leïla Chaibi

Firmantes

  • Éric Toussaint, portavoz del CADTM Internacional
  • Miguel Urban, eurodiputado, miembro de Anticapitalistas
  • Cristina Quintavalla, (ATTAC-CADTM Italia)
  • Paul Murphy, diputado del Parlamento irlandés People Before Profit
  • Andrej Hunko, (Die Linke), miembro del Bundestag y del Consejo de Europa
  • Jean-François Tamellini, secretario general del sindicato FGTB Wallonne
  • Catherine Samary, economista, miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia
  • Anne-Marie Andrusyszyn, directora de CEPAG
  • Olivier Bonfond, economista de CEPAG
  • Christine Mahy, secretaria general y política de la Red Valona de Lucha contra la Pobreza (RWLP)
  • Fred Mawet, activista de ATTAC Bruselas
  • Maria Bolari, ex diputada del Parlamento griego
  • Maja Breznik, socióloga, Eslovenia
  • Christine Pagnoulle, profesora honoraria de la Universidad de Lieja, secretaria de ATTAC Lieja
  • Eric Coquerel, (France Insoumise) diputado de la Asamblea Nacional
  • Brigitte Ponet, militante del CADTM Bélgica
  • Sonia Mitralias, militante feminista, ex miembro de la Comisión de la Verdad sobre la deuda griega
  • Peter Wahl, economista, cofundador de Attac Alemania
  • Stathis Kouvelakis, filósofo, Revue Contretemps
  • Daniel Richard, secretario regional interprofesional FGTB Verviers & German-speaking Community
  • Rastko Mocnik, sociólogo, Eslovenia
  • Jean-François Ramquet, secretario regional interprofesional FGTB Liège-Huy-Waremme
  • Herman Michiel, editor de Ander Europa
  • Manon Aubry, eurodiputada, France Insoumise
  • Carlos Sánchez Mato, Profesor de Economía Aplicada. Universidad Complutense de Madrid. Responsable elaboración programática Izquierda Unida
  • Manuel Garí Ramos, economista y militante de Anticapitalistas
  • Mikel Noval y Janire Landaluze, (sindicato ELA, País Vasco)
  • Fátima Martín, periodista, impulsora del medio digital FemeninoRural.com
  • Jaime PastorViento sur
  • Paul Emile Dupret, jurista, A contre-courant
  • Christine Poupin, NPA
  • Corinne Gobin, politóloga FNRS/Université Libre Bruxelles
  • Tijana Okić, asociación Crvena, Sarajevo
  • Alexis Cukier, filósofo, Attac, CGT, Let’s join
  • Angela Klein, revista SOZ, Alemania
  • Felipe Van Keirsbilck, secretario general de la Centrale Nationale des Employés (Bélgica)
  • Leïla Chaibi, eurodiputada, France Insoumise
  • Riccardo Petrella, profesor emérito, UCL, Agora des Habitants de la Terre
  • Jan Malewski, director de la revista Inprecor
  • Pierre Khalfa, Fundación Copernic
  • Michael Lowy, investigador emérito del CNRS
  • Ludo De Brabander, portavoz de Vrede vzw (Bélgica)
  • Pierre Delandre, sociólogo del dinero, ejecutivo, investigador asociado de Etopia
  • Nicolas Dufrêne, director del Instituto Rousseau
  • Gaël Giraud, director de investigación del CNRS y presidente de honor del Instituto Rousseau
  • Noël Lechat, secretario general de la Federación de Empresas de Investigación de la CGT
  • Danièle Obono, (France Insoumise) miembro de la Asamblea Nacional
  • Patrick Saurin, sindicalista del sector bancario, Sud Solidaires
  • Penelope Duggan, directora de la revista International Viewpoint (Francia)
  • Martine Orange, periodista de Mediapart
  • Anne-Sophie Bouvy, investigadora en derecho público en la Universidad C. Lovaina
  • Stavros Tombazos, profesor de Economía Política, Universidad de Chipre
  • Pierre Galand, senador honorario, activista asociativo (Bélgica)
  • Raoul Hedebouw, presidente del PTB, diputado federal (Bélgica)
  • Ida Dequeecker, activista feminista (Bélgica)
  • Willem Bos, editor de Grenzeloos
  • Ludivine Bantigny, historiadora (Francia)
  • Roseline Vachetta, ex eurodiputada, militante del NPA
  • Mauro Gasparini, Gauche anticapitaliste (Bélgica)
  • Thomas Weyts, SAP (Bélgica)
  • Véronique Danet, sindicalista bancaria CGT (Francia)
  • Raquel Freire, escritora y cineasta (Portugal)
  • Rui Viana Pereira, militante del CADTM en Portugal
  • Eulàlia Reguant, diputada de la CUP en el Parlament de Catalunya
  • Ugo Palheta, sociólogo de la Universidad de Lille, codirector de Contretemps
  • Franck Gaudichaud, académico, copresidente de France Amérique Latine
  • Pierre Rousset, coeditor de la web Europe solidaires sans frontières (ESSF)
  • Teresa Rodríguez, Diputada del Parlamento de Andalucía y portavoz de Adelante Andalucía;
  • José María Gonzalez Santos, Alcalde de Cádiz
  • María Dantas (Esquerra Republicana de Catalunya, ERC) diputada del parlamento del Estado español
  • Alice Picard, portavoz de Attac Francia
  • Raphaël Pradeau, portavoz de Attac Francia
  • Ana Podvrsic, investigadora, Austria
  • Alex Callinicos, Profesor Emérito de Estudios Europeos, King’s College London
  • Raymonde Poncet Monge, senadora, Europe Écologie Les Verts
  • Jérôme Gleize, economista, vicepresidente del Grupo Ecologista de París, Europe Écologie Les Verts
  • Bríd Smith, miembro del Parlamento irlandés People Before Profit
  • Richard Boyd Barrett, miembro del Parlamento irlandés People Before Profit
  • Gino Kenny, miembro del Parlamento irlandés People Before Profit
  • Raquel Varela, investigadora en historia de la UNL (Lisboa), presidenta de la Asociación Internacional de Huelgas y Conflictos Sociales
  • Philippe Poutou, NPA, concejal de Burdeos, candidato a la presidencia de Francia
  • Olivier Besancenot, NPA, excandidato a la presidencia de Francia
  • Justin Turpel, exdiputado dei Lénk – La Gauche, Luxemburgo
  • José Gusmão, eurodiputado, Bloco de Esquerda (Portugal)
  • Giorgos Galanis, Goldsmiths, Universidad de Londres
  • Stelios Foteinopoulos, exasesor político del Parlamento Europeo en asuntos económicos y financieros
  • Tassos Anastassiadis, miembro del Consejo General de POESY (Federación de periodistas griegos)
  • CADTM Italia
  • ATTAC Italia
  • Franziska Hildebrand, Solidaridad internacional: ¡basta de austeridad! activista, Die Linke.SDS Hamburgo, Alemania
  • Elias Gläsner, Solidaridad internacional: ¡detengan la austeridad! activista, Die Linke.SDS Hamburgo, Alemania
  • João Camargo, investigador del clima, activista del Climáximo, Portugal
  • Jorge Costa, diputado del Parlamento, BE, Portugal
  • Luis Fazenda, diputado del Parlamento, BE, Portugal
  • Pedro Filipe Soares, diputado y lider del Parlamento, BE, Portugal
  • David Murgia, actor, director, Bélgica

Fuente: http://www.cadtm.org/Por-que-anular-las-deudas-que-el-Banco-Central-Europeo-posee-de-los-paises-de