A veces se manipulan las noticias tergiversando los datos disponibles. Por ejemplo, los asesinatos de ciudadanos palestinos perpetrados por el Ejército israelí se nos dan como «Soldados israelíes matan a dos terroristas que viajaban en un coche…». ¿Quién dijo que lo fueran? ¿Acaso han sido juzgados? ¿La información de los servicios de inteligencia de un […]
A veces se manipulan las noticias tergiversando los datos disponibles. Por ejemplo, los asesinatos de ciudadanos palestinos perpetrados por el Ejército israelí se nos dan como «Soldados israelíes matan a dos terroristas que viajaban en un coche…». ¿Quién dijo que lo fueran? ¿Acaso han sido juzgados? ¿La información de los servicios de inteligencia de un Estado sustituye a la justicia?
Pero también con el silencio se pueden transmitir al lector noticias escoradas hacia la defensa de la ideología de la agencia de noticias, el periódico, el periodista, o directamente, el poder. Las actuaciones de Chávez, el tan denostado presidente de Venezuela, llegan siempre cargadas de oprobio. Pero ¿cuándo se nos habla de los logros alcanzados por él en un país rico que encontró sumergido en la miseria y la corrupción?
Nos los cuenta Ignacio Ramonet en Le Monde Diplomatique de este mes: «Más de tres millones de hectáreas de tierra distribuidas entre los campesinos. Millones de niños y adultos alfabetizados. Millares de dispensarios médicos instalados en los barrios populares. Decenas de miles de personas sin recursos con afecciones oculares operadas gratuitamente. Los productos alimentarios básicos son subvencionados y ofrecidos a los pobres a precios inferiores a un 42% respecto de los del mercado. La duración del trabajo semanal ha pasado de 44 horas a 36, y el salario mínimo asciende ya a 204 euros mensuales (el más alto de América Latina)».
Según el informe de mayo del 2006 del Center for Economic and Policy Research, de Washington, estas medidas han dado como resultado que entre 1999 y 2005 la pobreza cayera en Venezuela del 42,8% al 33,9% y la economía sumergida, del 53% al 40%. Y según Business Week (Nueva York, junio del 2007), el crecimiento en los últimos tres años alcanzó el 12%, de los más altos del mundo, con una subida del consumo del 18% anual.
Nadie habla de esos aciertos de Chávez. Más bien nos dedicamos a ponerle de vuelta y media por presentar «una reforma constitucional por la que pueda ser elegido de forma indefinida». Como nuestros presidentes, aquí, en España.