Recomiendo:
0

Manolo Monereo de la mano de Gramsci y Fusaro contra la izquierda traidora

Por una «Izquierda Viriato»

Fuentes: www.geopolitica.ru

Es posible otra izquierda. Incluso es posible una alternativa política que no sea ni de izquierda ni de derecha, que sea simplemente «decente». Manolo Monereo no precisa presentación: comunista, marxista, gramsciano. Monereo es la izquierda «de toda la vida». Pero es la izquierda honesta que no pasa por el aro del globalismo. Es una de […]

Es posible otra izquierda. Incluso es posible una alternativa política que no sea ni de izquierda ni de derecha, que sea simplemente «decente». Manolo Monereo no precisa presentación: comunista, marxista, gramsciano. Monereo es la izquierda «de toda la vida». Pero es la izquierda honesta que no pasa por el aro del globalismo. Es una de esas pocas voces (juntémosla a la de Julio Anguita) que no pone reparos en una defensa del marco nacional, por qué no decirlo, marco patriótico, en la defensa de las clases trabajadoras. El Estado es el dique de contención más eficaz, el único, en la defensa de los derechos de las clases subalternas, las perdedoras en este genocidio llamado «globalización». Un Estado que no defiende a los trabajadores, ni tampoco a las clases medias (sometidas a rápido proceso de descuartizamiento social y proletarización) no es otra cosa que el verdugo del pueblo, el agente mismo de que se sirve el capital para aplicar sus recortes, sus «liberalizaciones», sus agendas de ingeniería social y control ideológico. El Estado popular es el Estado que protege a su pueblo, y el tipo de Estado que el pueblo considera suyo frente a estos poderes cada vez más invisibles y transnacionales (poderes como corresponden al imperio universal del capital).

Además, ese Estado fuerte de que habla una auténtica izquierda, representada a mi juicio por Monereo, es un Estado que no se doblega ante la Unión Europea ni ante otras entidades mundialistas (ONU, UNESCO, OTAN), entidades supranacionales de las que El Estado nacional es, recordemos, socio y no esbirro. Un Estado fuerte es protección para el pueblo y esto no lo quiere entender la izquierda podemista, ahora en su grotesca versión dirigida por Pablo Iglesias: una izquierda que, bajo una apariencia vocingleramente anarcoide o trotskista, en realidad supone uno de los apuntalamientos más útiles al Nuevo Orden Mundial: una falsa izquierda que se dedica defender el globalismo. No fronteras, no estados, que todo cambie salvo la dominación global del capital. Esto es lo que defiende la izquierda globalista y, en términos de Fusaro, la izquierda «fucsia».

Seguir leyendo…