Los de siempre continúan con la moda de atribuir cualidades humanas a cosas inanimadas. Y no sólo eso, sino que esas cosas, aparte de no tener ánima, son opacas.»Así lo quieren los Mercados» esa es la norma, la divisa y la moneda de cambio para justificar el expolio global. El niño de mi vecino que […]
Los de siempre continúan con la moda de atribuir cualidades humanas a cosas inanimadas. Y no sólo eso, sino que esas cosas, aparte de no tener ánima, son opacas.»Así lo quieren los Mercados» esa es la norma, la divisa y la moneda de cambio para justificar el expolio global.
El niño de mi vecino que tiene cuatro años se levanta a la misma hora que yo… porque así lo quieren los Mercados.
Este crío llora todas las mañanas porque tiene sueño. Normal, ¿qué cojones esperabas, Botín?
Sus padres, lejos de intentar calmarlo, le gritan y le recriminan su actitud… terrible, pero así lo quieren los Mercados.
Cada día hay más gente que tiene que compartir piso, habitación o zulo. Cuatrocientos euros de media por 20 metros cuadrados con «derecho» a habitación+cagadero+cocina… porque así lo quieren los Mercados.
Últimamente circula un rumor maquiavélico por mi lugar de trabajo. La empresa para la que trabajo tiene una Fundación (o lavandería de dinero, según sea el caso) que se dedica a hacer escuelas por algunas de zonas más deprimidad por Sudámérica. Compañeros viajan de forma voluntaria a esos lugares, sacrificando vacaciones, y durante cuatro horas al día se dedican a pintar esas escuelas. El resto del día, turismo del güeno.
Lo peor es que los gerentes de la Fundación no paran de hacerles hincapié en lo poco que ganan en esos países.
Pues bien, el rumor es que se está adoctrinando a los compañeros para que tomen conciencia de los próximos recortes salariales del sector, del salario mínimo y demás incumplimientos de convenio porque «la cosa está muy malita» «por aquellos mundos el sueldo es de 200 euros así que no os quejéis»… y porque también, así lo quieren los Mercados.
Y ya puestos, seguro que está más que justificado que el expensionista también tenga que rebuscar en la basura o aporrear la cabina telefónica por si cayera alguna moneda. Que cada vez en las empresas hay «más jefes gandules que indios currelas» que te restriegan su nuevo coche, sus nuevos viajes a territorios prohibitivos para el resto de los mortales, kilos de coca suministrada por dealers elitistas y humillaciones y faltas de respeto a todo sioux que te ha hecho rico… será que así también lo quieren los Mercados.
Después se detiene a un rapero, se registra su casa y la de los padres con la ley de la «patada en la puerta» por decir que los GRAPO nunca atentaron contra colegios y hospitales, que deseaba la muerte a ZP y al rey por apoyar guerras donde sí se atenta contra la población civil con tal de que sus amigos banqueros y empresarios se asegurasen el suministro de crudo para sus yates, gas para sus mansiones y opio para que las farmacéuticas investigan las dolencias que curarán en clínicas privadas mientras a tí, las mutuas te ofrecen seguros de mierda… pero claro, seguramente así lo quieran los Mercados.
Gaddafi pasó en sólo dos años de ser «el amigo de los niños» al ogro Shrek. Alemania ha inundado de basura toda la UE y es culpable directo, en colaboración con antiguos gobiernos griegos, de la quiebra que hoy viven y que como efecto dominó-viral viviremos los demás… y ahora tienen los huevos de exigirles recortes en lo público mientras los banqueros entran y salen de los juzgados como Pedro por su casa. Será así, será que en realidad, ES su casa.
Tenemos una infancia mal dormida, insomne y legañosa. Una adolescencia embrutecida en donde se sustituye ultraconsumo por cariño. Una madurez estresada, medicada y avejentada, sin objetivos ni esperanza y una senectud yonkie de indigencia y abandono. Este es el panorama que han conseguido aquellos que han mutilado los pilares de la sociedad, que ha convertido la educación pública en guettos favoreciendo la privada ultraconservadora religiosa, la Sanidad en hospicio y el retiro en abandono… porque así lo quieren los Mercados.
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