Recomiendo:
0

¿Progreso o retroceso en la infección por el VIH y en el uso de sustancias ilícitas en 2008?

Fuentes: The Lancet

Traducido para Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala por Manuel Talens

El año 2008 podía ser un hito de progreso en un enojoso problema de salud pública mundial: el uso de drogas. Desde el pasado mes de marzo se ha pedido a los Estados miembros de Naciones Unidas que participen en un año de reflexión para evaluar el progreso realizado en la década que se inició en la Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas de 1998 sobre el problema de las sustancias ilícitas en todo el mundo [1].

La sesión de 1998 se convocó bajo el eslogan «Un mundo libre de drogas: podemos lograrlo». La declaración final resaltó el objetivo de erradicar por completo la producción de amapola de opio, coca y cannabis y el consumo de sustancias ilícitas, todo ello centrado en la acción policial y en la aplicación del Derecho penal [2]. Sin embargo, la declaración guardó silencio en lo relativo a las medidas necesarias para controlar la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y otros problemas sanitarios de las personas que son incapaces o que desean abandonar el uso de las drogas.

En 2008, Naciones Unidas debe hacer algo más. Las epidemias de VIH y hepatitis C inducidas por el consumo de drogas por vía inyectable deberían decantar la balanza en las consideraciones de los Estados miembros sobre si realmente pueden o deben esforzarse por lograr un mundo libre de drogas.

A pesar del atractivo político de las medidas de tolerancia cero, los Estados miembros de Naciones Unidas han reconocido que se requieren otras medidas, aparte de la prohibición, para afrontar las desmesuradas mortalidad y morbilidad existentes entre los consumidores de drogas [2a]. Por ejemplo, la declaración unánime de la Primera Sesión Especial sobre VIH/SIDA de la Asamblea General, en 2001, incluyó la promesa de poner jeringuillas estériles a la disposición de las personas que hacen uso de drogas [3], y dicha promesa se reiteró en 2006. Las agencias de Naciones Unidas también han puesto a punto directrices sobre medidas preventivas de la infección por VIH, con la inclusión de programas de jeringuillas estériles y, por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) añadió la metadona y la buprenorfina a su lista de fármacos esenciales en 2005 [4].

Pero algunos de los esfuerzos respaldados por Naciones Unidas para el control de sustancias ilícitas entorpecen las medidas de prevención del VIH en las personas que usan drogas. Por ejemplo, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) -panel de 13 expertos que actúan a título personal, pero cuya remuneración corre a cargo de Naciones Unidas- no están sincronizados con el resto de Naciones Unidas en lo relativo al VIH, lo cual perturba la reducción [4a].

La JIFE tiene por mandato supervisar que los gobiernos nacionales acaten las convenciones de Naciones Unidas de 1961, 1971 y 1988 sobre sustancias ilícitas, así como contribuir a que fármacos controlados como la metadona o la buprenorfina estén disponibles para fines médicos y científicos [5]. A pesar de que los informes anuales de la JIFE reiteran una y otra vez que el consumo de drogas por vía inyectable está dando lugar a graves epidemias de HIV, la junta no ha criticado a países como Rusia, donde la metadona o la buprenorfina son ilegales, y tampoco ha expresado su preocupación ante los otros muchos lugares donde dichos fármacos son objetivamente inasequibles para el tratamiento de la farmacodependencia [6]. La junta tampoco se ha alzado contra los muchos ejemplos en que el tratamiento de la adicción -obligatorio según las convenciones de Naciones Unidas- es el encarcelamiento bajo otro nombre, incluidos los trabajos forzados, una larga institucionalización y procedimientos punitivos y de eficacia no demostrada, tales como la lobotomía parcial o la flagelación [7].

Además, la JIFE felicita por su enérgico compromiso contra la drogadicción a países que utilizan prácticas represoras. Mientras que expertos en derechos humanos expresaban su inquietud ante la ausencia de una investigación adecuada en Tailandia de los más de 2500 asesinatos y 50 000 detenciones durante la denominada guerra contra las drogas que se inició en 2003 [8], la JIFE afirmó que confiaba en que el gobierno continuase las investigaciones y que sus acciones habían reducido el uso de la metanfetamina [9]. En Bulgaria, el uso de drogas por vía inyectable y las jeringas sin esterilizar aumentaron notablemente después de la ley de 2004 que imponía penas de cárcel de hasta 15 años por la posesión de la menor cantidad de cualquier sustancia ilícita [10]. La JIFE, tras visitar el país en 2005, aplaudió la «voluntad política y el deseo de luchar contra la drogadicción» de Bulgaria [11]. La JIFE tampoco hace nada para poner de relieve el fracaso de muchos países a la hora de asegurar el acceso a jeringuillas estériles o los muchos casos en que la policía intercambia agujas con el fin de poder arrestar a consumidores de drogas.

Además de expresar su preocupación, la JIFE debería destacar y promover ejemplos de buenas prácticas y políticas de prevención del VIH entre los consumidores de drogas. En lugares tan diversos como China, Malasia e Indonesia se están iniciando programas de metadona en clínicas locales [12,13]. Esos y otros países también han invertido en la disponibilidad de jeringuillas estériles para limitar el aumento del número de infecciones por HIV y algunos gobiernos promueven el intercambio de agujas en prisión [14].

La JIFE es una reliquia de los tiempos en que el Derecho penal y las medidas represivas se consideraban suficientes para luchar contra ese problema de salud pública que es el consumo de sustancias ilícitas. En 2008, una manera ideal de que Naciones Unidas muestre que la política sobre las drogas necesita un nuevo enfoque en la era del VIH sería que su Secretario General facultase una comisión independiente para evaluar las actividades de la JIFE. Naciones Unidas debería asimismo exigir que las deliberaciones de la JIFE, que tienen lugar en secreto, sean accesibles a los Estados miembros y a la sociedad civil. Tales medidas contribuirían a que 2008 fuese un hito de verdadero progreso mundial en el control de las consecuencias sanitarias de la farmacodependencia.

(Los autores declaramos que no tenemos ningún conflicto de interés).

 

Notas

[1]. UN Office on Drugs and Crime. 51st Commission on Narcotic Drugs (session announcement). Vienna. 11 March 2008: http://www.unaids.org.en/KnowledgeCentre/Resources/Feat… (visitado el 27 de marzo de 2008).

[2]. UN General Assembly. Political declaration on world drug control. UN document A/S-20/4. June 1998: http://www.un.org/ga/20special/poldecla.htm (visitado el 11 de abril de 2008).

[2a]. Nota del traductor: La «mortalidad» es la tasa de muertes producidas en una población durante un tiempo dado, en general o por una causa determinada. La «morbilidad» es la proporción de personas que enferman en un sitio y tiempo determinado. Véase http://buscon.rae.es/draeI/

[3]. UN General Assembly. Declaration of commitment on HIV/AIDS. UN doc. no. A/RES/S-26/2 . August 2, 2001: http://data.unaids.org/publications/irc-pub03/aidsdecla… (visitado el 11 de abril de 2008).

[4]. WHO. WHO model list of essential medicines, 15th list. March 2007: http://www.who.int/medicines/publications/EML15.pdf (visitado el 8 de febrero de 2008).

[4a]. Nota del traductor: véase http://www.incb.org/incb/es/membership.html

[5]. UN. Single convention on narcotic drugs 1961 http://www.JIFE.org/pdf/e/conv/convention_1961_en.pdf
(visitado el 9 de febrero de 2008).

[6]. Csete J, Pearshouse R. Dependent on rights: assessing treatment of drug dependence from a human rights perspective. Toronto: Canadian HIV/AIDS Legal Network, July 13, 2007: http://www.aidslaw.ca/publications/publicationsdocEN.ph… (visitado el 9 de febrero de 2008).

[7]. Wolfe D. Paradoxes in antiretroviral treatment for injecting drug users: access, adherence and structural barriers in Asia and the former Soviet Union. Int J Drug Policy 2007; 18: 246-254.

[8]. Amnesty International. Thailand ‘s anti-drug policy should not be killing people. March 1, 2004: http://www.amnesty.org/en/library/info/ASA39/001/2004 (visitado el 9 de febrero de 2008).

[9]. International Narcotics Control Board. Annual report for 2004. March 2, 2005: http://www.JIFE.org/JIFE/en/annual_report_2004.html (visitado el 9 de febrero de 2008).

[10]. Bezlov T. Heroin users in Bulgaria one year after outlawing the dose for «personal use»: law changes and new risks. Brussels: Center for the Study of Democracy, 2005.

[11]. International Narcotics Control Board. Annual report for 2005. March 1, 2006: http://www.JIFE.org/JIFE/en/annual_report_2005.html (visitado el 9 de febrero de 2008).

[12]. WHO. Summary country profile for HIV/AIDS treatment scale-up for Indonesia and China http://www.who.int/hiv/ (visitado el 9 de febrero de 2008).

[13]. Mazlan M, Schottenfeld RS, Chawarski MC. New challenges and opportunities in managing substance abuse in Malaysia. Drug Alcohol Rev 2006; 25: 473-478. MEDLINE CrossRef

[14]. Lines R, Jürgens R, Betteridge G, et al. Taking action to reduce injecting drug-related harms in prisons: the evidence of effectiveness of prison needle exchange in six countries. Int J Prisoner Health 2005; 1: 49-64.

 

Fuente: http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140673608607771/fulltext#aff1  (The Lancet 2008; 371:1820-1821 – DOI:10.1016/S0140-6736(08)60777-1)

Sobre los autores: Joanne Csete pertenece al Canadian HIV/AIDS Legal Network, Toronto, Ontario, (Canadá M5R 2A7). Daniel Wolfe pertenece al Open Society Institute, Nueva York, NY, (USA).

Sobre el traductor: el escritor español Manuel Talens es miembro de Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a sus autores, al traductor y la fuente.