Se leen estos días tantos absurdos que difícilmente puede uno resistirse a entrar en la lid y agregar sus «argumentos» a este asunto tan complicado y sombrío. Trataré de ser breve. -Una persona «A», mayor de edad y en pleno uso de sus facultades, que quiera ofrecer su sexualidad a cambio de dinero, está en […]
Se leen estos días tantos absurdos que difícilmente puede uno resistirse a entrar en la lid y agregar sus «argumentos» a este asunto tan complicado y sombrío. Trataré de ser breve.
-Una persona «A», mayor de edad y en pleno uso de sus facultades, que quiera ofrecer su sexualidad a cambio de dinero, está en su perfecto derecho a hacerlo. Esto es así por la sencilla razón de que no existe ningún motivo sensato que nos permita impedírselo. Podremos hablar y aconsejar, no estar de acuerdo, pero ¿quién y en virtud de qué se atreve a impedírselo?
-Otra persona «B», mayor de edad y en pleno uso de sus facultades, que desee disfrutar de la sexualidad de «A», llegue a un acuerdo con «A» con esa finalidad y tenga relaciones sexuales con «A», tiene perfecto derecho hacerlo. De nuevo porque no existe ningún motivo sensato que nos permita impedírselo.
-De los dos puntos anteriores se deduce que la prostitución así entendida es un derecho. Es un contrato perfectamente legítimo entre dos personas adultas y responsables. Solo desde las cavernas del pensamiento es posible discutir esto.
-Acto seguido, debe decirse que alrededor de la prostitución se generan todo tipo de conductas abominables que son absolutamente perseguibles. Aquí es donde debe concentrarse el debate de los legisladores y de todo el mundo. Discutamos eso a fondo. Pero, por favor, no confundamos las cosas, no regresemos al triste catecismo de nuestra infancia, dejemos a la gente vivir su vida en paz. De dónde salen los nuevos inquisidores dispuestos a prohibir la sexualidad, a negar la libertad más íntima del ser humano respecto a su sexualidad, a imponernos códigos de conducta medievales. Por favor…
-La imagen actual de la prostitución es atroz. Cierto. Pero es cierto también que ello es un reflejo, sobre todo, de la horrible situación del mundo en general: hombres explotados, niños explotados, mujeres explotadas. Lean ustedes Afrodita de Pierre Louys y sabrán lo que puede ser la prostitución en otra sociedad con otras coordenadas.
-Seducción, dinero, matrimonio, amor, prostitución, poder, inteligencia… están llenos de matices y posibilidades sobre los que los mejores novelistas han hecho su agosto. Nada parecido a un mapa con fronteras bien dibujadas. Y un nuevo Santo Oficio está en marcha engrasando las máquinas de tortura. ¿Qué quieren realmente prohibir? ¿Dónde se pararán? ¿Prohibirán sólo la prostitución monetaria, o avanzarán coherentes y prohibirán cualquier gratificación sexual obtenida a cambio de una compensación? ¿Prohibirán el matrimonio? Cortando por lo sano, ¿prohibirán el placer?
-En la puritana Suecia meten a la gente en la cárcel por salir desenfadada a la calle a buscar un poco de alegría. Y hay gentes que se creen de izquierdas y aplauden la historia. ¡Viva Suecia! ¡Viva la represión! ¡Muera la inteligencia!
http://www.araz.net/pexe/officium.html