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¿Putas o militantes? El señor I.

Fuentes: Diagonal

Pudo haber sido el señor A o el señor Z, pero en esta ocasión fue el señor I. En una entrevista concedida a una revista -que mucha gente elogió- decía de su partido: «somos la novia pobre a la que todo el mundo quiere seducir». Solo en una sociedad patriarcal se puede emplear una comparación […]

Pudo haber sido el señor A o el señor Z, pero en esta ocasión fue el señor I. En una entrevista concedida a una revista -que mucha gente elogió- decía de su partido: «somos la novia pobre a la que todo el mundo quiere seducir». Solo en una sociedad patriarcal se puede emplear una comparación machista y clasista sin sentirse mal. En un momento donde se pide otra política, esa frase deja mal cuerpo, más cuando en un reciente mitin el señor I se refirió así a un contrincante: «le vamos a dar sexo, le vamos a dar látigo en esta campaña».

Expresar la política en clave de dominio masculino, con la fuerza de un macho alfa, no es cosa del pasado. La nueva política repite los viejos estereotipos contra la emancipación de las mujeres. En la entrevista citada le recordaban que publicó un artículo titulado «Politólogos: ¿Putas o militantes?». En aquel texto, intentando ensalzar el trabajo «partisano» (sic), escribió: «Cada vez que un colega de la Academia pretende restar valor a mis argumentos recriminándome mi compromiso político le respondo «Y tú puta»». Otra vez el sesgo machista y clasista. Una puta puede ser perfectamente militante de mil causas, incluido el derecho a decidir sobre su cuerpo. Además, en los casos de prostitución forzada, no parece justo usar la explotación de una persona por su condición sexual, una explotación causada por los hombres.

La vieja y la nueva política siguen siendo reaccionarias y discriminatorias. Muchas banderas se enarbolan sin preguntarse quién las ha tejido, remendado y limpiado durante siglos. El modelo masculino de militancia, esa cosa viril militarizada de cabeza uniformada y testosterona, domina el núcleo del campo político.

Oscuros campos de la República, así se titula una obra de Adrienne Rich. Allí dos versos: «Contabas una historia sobre mujeres a unos muchachos. No era mi historia / no era una historia sobre mujeres era una historia sobre hombres». ¿Novias pobres, putas, militantes? Mujeres y otra política en estos campos sombríos.

Fuente original: https://www.diagonalperiodico.net/panorama/28270-putas-o-militantes-senor-i.html