En una conversación de Twitter con el activista Jesús Robles Maloof y el abogado Luis Fernando García, me enteré que el Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP) sale referido en el último informe de gobierno del presidente Felipe Calderón. Movido por la curiosidad, descargué el capítulo correspondiente a política exterior para ver qué decía sobre este […]
En una conversación de Twitter con el activista Jesús Robles Maloof y el abogado Luis Fernando García, me enteré que el Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP) sale referido en el último informe de gobierno del presidente Felipe Calderón.
Movido por la curiosidad, descargué el capítulo correspondiente a política exterior para ver qué decía sobre este acuerdo y me llevé una pequeña sorpresa:
En seguimiento al interés de México para adherirse a las negociaciones del TPP, durante enero-mayo de 2012 se realizaron consultas internas (en el país) y externas con los nueve países socios de esta iniciativa, con el fin de generar las condiciones óptimas para participar formalmente lo más pronto posible.
Yo me pregunto: ¿cuáles fueron estas consultas internas que menciona el presidente Calderón en su informe? Seguramente se trató de conversaciones con la Secretaría de Economía -dependencia encargada de las relaciones con los involucrados en TPP-, porque hasta donde sabemos, el tema no ha sido tocado ni en la Cámara de Diputados ni en el Senado.
En el periodo que refiere Calderón en su informe, sí existieron negociaciones en el ámbito internacional, pero la discusión en el país fue nula. En el exterior, está la declaración a finales de enero en Davos sobre la intención de México de entrar en TPP, así como la reunión del presidente mexicano con sus homólogos de Canadá y Estados Unidos en abril. Por cierto, en dicha reunión, los tres mandatarios emitieron un comunicado desde la Casa Blanca donde México se comprometía a reformar su legislación acorde con los estándares de ACTA.
El arma principal del gobierno federal para llevar la negociación de TPP sin complicaciones es la misma indiferencia pública, tanto de medios de comunicación como de las Cámaras. De los pocos preocupados es Francisco Javier Castellón, uno de los principales opositores de ACTA en el Senado, sobre la relación de ambos acuerdos:
No se extraña la insistencia que el gobierno mexicano ha mantenido acerca del tema de la firma del tratado comercial antifalsificación ACTA, ni siquiera que a pesar de la negativa unánime se atrevieran a firmarlo, lo que hay que preguntarse es porque hasta este momento (julio de 2012) otorga su firma, en un contexto social y politico que no era el mas adecuado para ello. (…)
Ha surgido una nueva hipótesis, a partir de la reunión del G-20 donde el gobierno mexicano se mostró entusiasta de formar parte del nuevo Acuerdo Económico Estratégico Transpacífico de Asociación Económica que impulsan los Estados Unidos con un grupo de países de la Cuenca del Pacífico y donde «se profundizarían acuerdos que reduzcan las barreras de comercio, con objetivos ambiciosos en áreas como empleo, medio ambiente y propiedad intelectual.» Lo cual vendría a darle un tema de condicionamiento de parte de los centros de poder de la economía mundial que nuestro gobierno no pudo rechazar.
Quizá por ello, el texto del acuerdo cambió sustancialmente, del que supuestamente firmarían, desde que se dio a conocer en nuestro país por una filtración en la red. Sin embargo reafirma, aún mas, que todos los señalamientos realizados por el documento de conclusiones del Grupo de Trabajo constituido por el Senado de la República para reflexionar sobre ACTA continúan vigentes. Por esas razones cabe la pregunta ¿porque ahora?
¿Por qué el anuncio de consultas internas cuando no existió esfuerzo alguno por abrir el debate (ni siquiera con los legisladores)? ¿Por qué aparentar legitimidad en una negociación que se ha llevado sin participación de otros actores? Igualmente, resulta llamativa la omisión a cualquier referencia a ACTA dentro del mismo capítulo del informe presidencial. ¿Por qué ni siquiera aparece una sola vez, si la suscripción al acuerdo se dio en julio? ¿Por qué si se trata de un acuerdo comercial, no se incluye dentro de los «logros» del presidente en ese año de gestión? Dice tanto lo que se incluye (las supuestas consultas públicas) como lo que se omite.
Por cierto, el Senado está en un momento excelente para pedir que el secretario Bruno Ferrari comparezca sobre el papel de México en TPP. La USTR ya anunció que el país ingresará oficialmente a la ronda de negociaciones a mediados de octubre -la cual, presumiblemente, tendrá lugar en Nueva Zelanda-, sin facultades para renegociar capítulos aprobados ni para vetar capítulos futuros si los nueve miembros fundadores están de acuerdo.