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La revolución de las neuronas espejo

¿Qué es lo que convierte a los humanos en seres sociales?

Fuentes: SCIENTIFIC AMERICAN

Traducido para Rebelión por Anahí Seri

El neurocientífico Marco Iacoboni habla de las neuronas espejo, el autismo y los posibles efectos dañinos de las películas violentas.

Marco Iacoboni, neurocientífico de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), es conocido, sobre todo, por su trabajo sobre las neuronas espejo, un pequeño circuito de células en la corteza premotora y la corteza parietal inferior. Lo que hace que estas células sean tan interesantes es que se activan, tanto cuando llevamos a cabo una determinada acción (como puede ser sonreír, o alcanzar una taza) como cuando observamos a alguien que realiza esa acción. Dicho de otro modo, estas células anulan la distinción entre ver y actuar. En los últimos años, Iacoboni ha demostrado que las neuronas espejo pueden constituir un importante elemento de reconocimiento social y que hay defectos del sistema de las neuronas espejo que pueden ser subyacentes a una serie de síndromes mentales, como el autismo. Su nuevo libro » Mirroring People: The Science of How We Connect to Others » (Personas en el espejo: la ciencia de cómo conectamos con los demás) explora exhaustivamente estas posibilidades. Jonah Lehrer, editor de «Mind matters», charla con Iacoboni sobre sus investigaciones.

LEHRER: ¿Qué le hizo a usted interesarse por las neuronas espejo? ¿Se dio usted cuenta de inmediato del poder explicativo que tenían?

IACOBONI: En realidad, comencé a interesarme por ellas poco a poco. El neurocientífico Giacomo Rizzolatti y su grupo (en la Universidad de Parma, en Italia) se pusieron en contacto con nosotros en el Centro de Cartografía del Cerebro en UCLA porque querían ampliar la investigación sobre neuronas espejo usando técnicas de formación de imágenes. Yo pensaba que las neuronas espejo eran interesantes, pero confieso que me mostraba un poco incrédulo. Estábamos en los inicios de la ciencia de las neuronas espejo. Las propiedades de estas neuronas son tan asombrosas que yo consideré, muy en serio, la posibilidad de que fueran un montaje experimental. En 1998 visité el laboratorio de Rizzolattien Parma, observé sus experimentos y descubrimientos, hablé con los disectores y me di cuenta de que sus hallazgos empíricos realmente eran sólidos. En ese momento intuí que el descubrimiento de las neuronas espejo iba a suponer una revolución en el modo en que pensamos sobre el cerebro y sobre nosotros mismo. Sin embargo, tuve que pasarme varios años haciendo experimentos para llegar a captar en su totalidad el poder explicativo de las neuronas espejo para la imitación, la empatía, el lenguaje, etc.; en otras palabras, nuestra vida social.

LEHRER: Hablemos de la interacción social. ¿Cómo podrían las neuronas espejo ayudarnos a entender lo que otra persona piensa o siente?



IACOBONI: ¿Qué hacemos cuando interactuamos? Usamos nuestro cuerpo para comunicar nuestras intenciones y nuestros sentimientos. Los gestos, las expresiones de la cara, las posturas corporales que adoptamos son señales sociales, formas de comunicarnos entre nosotros. Que nosotros sepamos, las neuronas espejo son las únicas células del cerebro que parecen haberse especializado en la tarea de codificar las acciones de otras personas y también nuestras propias acciones. Obviamente, son unas células del cerebro esenciales para las interacciones sociales. Sin ellas, probablemente seríamos incapaces de percibir las acciones, intenciones y emociones de los demás. La forma en que las neuronas espejo, con toda probabilidad, nos permiten comprender a los demás es proporcionando una especie de imitación interior de las acciones de las otras personas, lo cual a su vez nos lleva a «simular» las intenciones y emociones asociadas con esas acciones. Cuando yo veo que tú sonríes, mis neuronas espejo de la sonrisa también se disparan, iniciando una cascada de actividad neuronal que evoca la sensación que solemos asociar con una sonrisa. No necesito hace inferencias sobre lo que tú sientes, experimento inmediatamente y sin esfuerzo (de forma más leve, claro) lo que tú sientes.

LEHRER: In 2006 su laboratorio publicó un artículo en «Nature Neuroscience» en el que relacionaba el autismo con una disfunción de las neuronas espejo. ¿Cómo puede dar lugar una actividad reducida de las neuronas espejo a los síntomas del autismo? ¿Y se ha avanzado en este frente desde 2006?

IACOBONI: A los pacientes con autismo les cuesta entender los estados mentales de las demás personas; por esta razón no les resultan fáciles las interacciones sociales. Obviamente, una actividad reducida de las neuronas espejo debilita la capacidad de estos pacientes de experimentar inmediatamente y sin esfuerzo lo que experimentan los otros, y esto hace que las interacciones sociales sean especialmente difíciles para estos pacientes. Los pacientes con autismo a menudo también sufren de problemas de movilidad y de lenguaje. Resulta que un déficit en las neuronas espejo puede también, en principio, explicar estos otros importantes síntomas. Los déficits motores del autismo se pueden explicar fácilmente porque las neuronas espejo son simplemente tipos de neuronas premotoras, células del cerebro esenciales para planificar y seleccionar acciones. También se ha planteado la hipótesis de que las neuronas espejo pueden ser importante para la evolución y la adquisición del lenguaje. De hecho, una región del cerebro humano que probablemente contiene neuronas espejo se solapa con una de las principales regiones del lenguaje, la llamada área de Broca. Así pues, un déficit en las neuronas espejo puede en principio ser responsable de tres importantes síntomas del autismo: los problemas sociales, motores y de lenguaje.

LEHRER: Si nosotros estamos cableados para interiorizar automáticamente los movimientos y estados mentales de los demás, ¿qué sugiere esto en relación con la violencia en el cine, la televisión, los juegos de vídeo etc.? ¿Deberíamos tener más cuidado con lo que vemos?



IACOBONI: Deberíamos tener más cuidado con lo que vemos. Es un argumento peliagudo, por supuesto, porque nos obliga a reconsiderar unas ideas muy arraigadas sobre el libre albedrío, y podría tener repercusiones para la libertad de expresión. Hay pruebas conductuales convincentes que relacionan la violencia en los medios con la violencia imitativa. Las neuronas espejo proporcionan un mecanismo neurobiológico plausible que explica por qué el estar expuesto a la violencia en los medios da lugar a violencia por imitación. ¿Qué deberíamos hacer al respecto? Aunque está claro que es difícil dar una respuesta clara y definitiva, es importante debatir la cuestión abiertamente, con la esperanza de llegar a algún tipo de «acuerdo social» sobre cómo limitar la violencia en los medios sin restringir (demasiado) la libertad de expresión.

LEHRER: ¿Le preocupa que se pongan demasiado de moda las neuronas espejo, que reciban demasiada publicidad?

IACOBONI: Me preocupa un poco. La buena noticia es que el entusiasmo que han despertado las neuronas espejo pone de manifiesto que la gente comprende de manera intuitiva el modo en que funcionan los mecanismos neuronales que actúan como espejos. Cuando les hablan de estas investigaciones, pueden llegar a articular lo que, de alguna manera, ya «sabían» a nivel inconsciente. Sin embargo, la excesiva publicidad puede volverse en su contra, y las neuronas espejo pueden perder su carácter específico. Creo que hay dos cuestiones que debemos tener en mente. En primer lugar, aquello con lo que comenzamos: las neuronas espejo son células del cerebro especializadas para acciones. Es obvio que son células críticas para las interacciones sociales, pero no pueden explicar la cognición no social. La segunda cuestión es que las células del cerebro y los sistemas neuronales no operan en el vacío. Todo en el cerebro está interconectado, de forma que la actividad de cada una de las células refleja las interacciones dinámicas con otras células del cerebro y otros sistemas neuronales.

http://www.sciam.com/article.cfm?id=the-mirror-neuron-revolut