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COP25

¿Qué se entiende por «financierización de la naturaleza»?

Fuentes: Alainet

«Financierización de la naturaleza» es una expresión nueva que significa volver financiero todo cuanto debería ser tan sólo económico y socioambiental. No todo lo que es económico es financiero, pero, lamentablemente, todo lo que es financiero es económico. Cuando defendemos la importancia del agua en cantidad y calidad, estamos tratando de los derechos fundamentales y […]

«Financierización de la naturaleza» es una expresión nueva que significa volver financiero todo cuanto debería ser tan sólo económico y socioambiental. No todo lo que es económico es financiero, pero, lamentablemente, todo lo que es financiero es económico.

Cuando defendemos la importancia del agua en cantidad y calidad, estamos tratando de los derechos fundamentales y el derecho socioeconómico. Sin agua no hay vida; de ahí su reconocimiento como derecho de vivir, garantizado, incluso, por la Constitución. Sin agua tampoco es posible cualquier actividad económica. Experimente quedar una semana sin agua. Habrá convulsión social. Podemos quedar sin comer por días, pero nuestro organismo no resistirá si pasamos días sin agua. Ninguna ciudad prospera sin agua. Y ¿si quedamos sin aire? ¿Qué sucede?

Sabemos lo que significa quedarse sin tierra, sin casa, sin un lugar digno para vivir. Quiénes pagan alquiler ya experimentaron el sabor amargo de la «financierización». Al pagar mensualmente el alquiler se está pagando para vivir en un inmueble que no les pertenece, rehenes de la eterna deuda inmobiliaria. Igualmente, quienes pagan condominios, aunque sean propietarios del inmueble, pagan por los servicios y costos del mantenimiento de un inmueble colectivo, de modo que el condominio no deja de ser una forma indirecta de alquiler. Hay quienes pagan, además del alquiler, el condominio y el Impuesto Predial y Territorial Urbano, IPTU.

¿Y cuándo no tenemos dinero para pagar? Muchos recurren a préstamos y pagan intereses sobre intereses, considerando que, en Brasil, se aplica el interés compuesto, y no el simple, como ocurre en los países del norte. En el interés compuesto se suma la deuda principal al interés; en el siguiente pago ese interés es sumado al interés de la cuenta anterior. Se vuelve una bola de nieve que va creciendo caso no se logre pagar. Esta es la contabilidad que llamamos de «financierización».

La «financierización» provoca el endeudamiento y es bien distinta del financiamiento. El financiamiento opera con tasas compatibles con la capacidad de pago de quien necesita el préstamo. Permite que el préstamo sea pagado a largo plazo y con tasas bajas o adoptando interés simple, como ocurre, por ejemplo, en los países del norte que prácticamente subsidian los intereses a quienes toman el préstamo. Al subsidiar, el Estado suministra dinero sin cobrar intereses y/o exenta de tributos, o los reduce.

La «financierización», a pesar de ser legal, también podría ser calificada como práctica de «agiotaje institucionalizado». Agiotaje es crimen contra la economía popular, repudiado por nuestra Constitución, y debería combatirse en todos los rincones del planeta; sin embargo, esa vieja práctica, condenada desde siempre, históricamente se repite de diversas formas, con nuevos ropajes; por lo tanto, cada vez más normatizada y legalizada. Para dar legitimidad al agiotaje, la práctica de usurpación, que constituye un «pecado capital» por el catolicismo, judaísmo e islamismo, políticos corruptos y corporaciones, entre otros, han presionado a la sociedad para que acepte la adopción de determinados instrumentos económicos que viabilizan ese modus operandi a través de leyes que promueven la «financierización» para los pobres (endeudamiento con intereses altos como, por ejemplo, tarjeta de crédito) y financiamiento para los ricos (préstamos con intereses bajos o sin intereses). En esa cuenta podríamos incluir también los tributos, que son siempre más altos para los pobres y más bajos para los ricos.

En la naturaleza, la práctica de la «financierización» vincula los derechos fundamentales del ambiente saludable al derecho a la vida al crear mecanismos de pago por todo cuanto la naturaleza produce gratuitamente. La naturaleza nos suministra agua, aire, tierra, minerales, biodiversidad (florestas, fauna y flora) y no cobra por ese beneficio providencial. Sin embargo, para que podamos tener agua en cantidad y calidad, aire puro para respirar, tierra buena para sembrar, plantas medicinales para curar, ríos y mares para bañarnos y abastecernos, con la «financierización de la naturaleza» tendremos que pagar para tener lo que siempre tuvimos por derecho inalienable.

Los que proponen la «financierización de la naturaleza» argumentan que, sin pagar, no es posible mantener los bosques en pie, tener ríos limpios, la ciudad limpia de residuos sólidos, poseer tierra sin agrotóxicos y químicos, el aire respirable sin reducir gases tóxicos; afirman no ser posible preservar y conservar al medio ambiente sin que los bienes comunes (agua, minerales, suelo, ar, biodiversidad) se vuelvan productos financieros.

Señalan que están financiando la transición de una economía marrón (degradadora) para la «economía verde». Dicen que no existe alternativa, sino volver financiero lo que es eminentemente económico. Confunden conceptos y posiciones para que la población, sensibilizada con las justas causas socioambientales y desavisada de los riesgos, acepte el paquete financiero impuesto con la legalización del «agiotaje» Juntamente con el «agiotaje institucionalizado», promueven la legalización de otras prácticas criminales, como biopiratería, robo de tierras de pueblos indígenas y tradicionales, expulsión de campesinos, control del agua y del aire por oligopolios, producción de alimentos industrializados, institucionalizando la «dependencia de la sobrevivencia» de la especie humana y demás seres vivos.

Sucede que alternativas siempre existieron. Son las propuestas que están justamente a contramano de la infame «financierización de la naturaleza». Los pueblos indígenas, los pueblos tradicionales, los campesinos y las poblaciones carentes del interior, que saben manejar al ambiente natural y su diversidad, tienen mucho que enseñarnos, sin nunca haber necesitado de agentes financieros, expertos o consultores ambientales para venderles paquetes de productos y servicios. Por cierto ¡los banqueros jamás tuvieron interés en sus posibles cuentas!

Felizmente, crece el movimiento internacional contra la «financierización de la naturaleza», una maldición que, día tras día, crea nuevas formas complejas y sofisticadas para evadir las normas, los derechos constitucionales adquiridos y los acuerdos internacionales para perpetuar la doctrina del «neocolonialismo», la sumisión y la esclavitud con guerras, tragedias y miserias.

Si hay esperanza, ella radica en el hecho de quedarnos atentos a esa maniobra y seguir denunciando para que las presentes y futuras generaciones no sean afectadas por esa desgracia, como nosotros y nuestros antepasados.

Que el pueblo no se engañe con conceptos vacíos y falsas soluciones: los refugiados y violentados en los campos y florestas por esa guarra fatídica que asistimos diariamente en los medios son víctimas de la «financierización de la naturaleza» en sus territorios.

Sabemos que errar es humano ¡pero persistir en este error es ser cómplice de genocidio!

 -Amyra El Khalili es profesora de economía socioambiental y editora de las redes Movimiento Mujeres por la P@Z! y Alianza RECOs – Redes de Cooperación Comunitaria Sin Fronteras.

Publicado originalmente en la revista virtual «Diálogos do Sul». Acesso em português: https://dialogosdosul.operamundi.uol.com.br/destaque-2/53325/o-que-se-entende-por-financeirizacao-da-natureza

Versión en español: Beatriz Cannabrava

Referencias:

EL KHALILI, Amyra. Desmistificando REDD e Serviços Ambientais por Michael F. Schmidlehner (cuatro vídeo-presentaciones disponibles online) Disponible en: < http://port.pravda.ru/cplp/brasil/07-03-2016/40518-desmistificando_redd-0/ . Acceso en: 07 mar. 2016.Para asistir a las video-presentaciones: https://www.youtube.com/playlist?list=PLDhITDL8VFLpJyO1Bi0WpioxFpuvJDQaK

EL KHALILI, Amyra. O que se entende por «financeirização da natureza»? Fórum de Direito Urbano e Ambiental – FDUA , Belo Horizonte, año 15, n. 87, p. 85-86, mayo/jun. 2016.

KILL, JUTTA. REDD+: um esquema podre em sua essência. Boletín WRM 245. Acceso el 01 out 2019. Capturado el 13 dic 2019. https://wrm.org.uy/pt/artigos-do-boletim-do-wrm/secao1/redd-um-esquema-podre-em-sua-essencia/ Em espanhol:

Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/203842