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¡Qué vengan los unos!

Fuentes: Rebelión

No se preocupen no estoy pidiendo que llegue el «huno» Atila al frente de sus huestes y nos reduzca a polvo, estoy clamando por que llegue el momento en el que, en este planeta que habitamos, exista Un único gobierno mundial que ejecute Una única legislación planetaria promovida desde una ONU convertida en Un parlamento ( que […]

No se preocupen no estoy pidiendo que llegue el «huno» Atila al frente de sus huestes y nos reduzca a polvo, estoy clamando por que llegue el momento en el que, en este planeta que habitamos, exista Un único gobierno mundial que ejecute Una única legislación planetaria promovida desde una ONU convertida en Un parlamento ( que funcione como una especie de foro digital cuasi permanente en que las discusiones y propuestas se efectúen a través de Internet y la ratificación de los acuerdos se realice mediante firmas digitalizadas; parlamento que no cuente con el injusto sistema actual de Vetos USA, Francia, Inglaterra y Rusia no pueden autoproclamarse democracias en tanto no renuncien a semejante veto-, en el que los acuerdos se tomen con la aquiescencia de, al menos, el 50% de los Estados que supongan, además, el 65% de la población del planeta, acuerdos vetables sólo mediante un «Veto Conjunto» a ejercer, al menos, por el 10% de los Estados del planeta que, además, cuenten con, al menos, el 25% de la población del mismo y cuyo ejercicio, para la misma materia, no pueda volver a darse hasta transcurridos, al menos, 2 años. De esa forma los grandes bloques actuales: soviéticos, europeos, chinos o estadounidenses, no podrían vetar sin ponerse de acuerdo con otros Estados más pequeños que les exigirían a cambio otras medidas y así la gobernabilidad a favor de «los más» estaría asegurada. ); Un solo ejercito de medio millón de efectivos permitiría trocar los actuales ingentes gastos de defensa por infraestructuras sanitarias, educativas, agrícolas o de transporte; Unas condiciones laborales idénticas para todos los habitantes del planeta en las que se fije un salario máximo mundial y un único salario mínimo para toda la humanidad ¿Acaso los brazos de un africano no son capaces de apretar tuercas como los de un europeo o un estadounidense?; Un único Impuesto de Sucesiones Planetario relacionado con ese salario mínimo ( Véase la propuesta de M. Ridao en Millonario por la gracia de…? ) ; Una sola moneda a nivel planetario cuya paridad perjudicase a las actuales potencias hegemónicas para así devolver al resto parte de lo que se les ha depredado en estos últimos 500 años; Una sanidad mínima universal; Un derecho universal a la educación; Un….

Y todo porque estoy convencido de que los unos no somos tan diferentes a los otros, simplemente hemos tenido circunstancias de nacimiento y educación distintas: hemos sido más o menos afortunados y nada más. ¡Mirémonos! Todos tenemos cabeza y extremidades, orejas para oír, manos para agarrar, boca para comer y culo para…; todos parecemos iguales: más tostados o más lechosos, más musculados o flácidos, mejor o peor alimentados y educados, más sanos o enfermos… pero igualmente todos nacidos para morir sin podernos llevar al otro barrio nada de lo aquí acumulado. Qué difícil es distinguir, a simple vista, una cebra de otra, una salamandra de otra o una hoja de hierba de otra. Así mismo ocurre con nosotros, somos tan parecidos que, es de cajón que: todos hemos de tener similares derechos. Además, si es cierto que el mundo entero se contagia con la misma gripe y que tenemos todos los mismos amos ( Las gigantescas Corporaciones multinacionales ), forcemos pues un mundo único en los demás campos: 100.000 individuos perderán -salvo la dignidad- el 99´9% de sus riquezas, 100 millones de seres humanos perderán mucho poder adquisitivo, 900 millones de occidentales algo, pero, a cambio, 5.500 millones de personas ganarán enormemente y todos, absolutamente todos, ganaremos en felicidad y seguridad. ¿Es verdadera vida aquella que se fundamenta en la depredación de nuestros semejantes? Si queremos que el mundo cambie forcemos a nuestros dirigentes a ser verdaderamente democráticos y no sólo de boquilla. ¡¡Legislación mundial ya!! Convirtámonos todos en pequeños Atilas, exijamos un mundo más equitativo. Sólo si cabalgamos arrasando el injusto presente lo haremos hacia un futuro más cierto y mejor.

* Ramón Doria Bajo. Notario en excedencia voluntaria